Todos sabemos que en Euskal Herria estamos en un momento clave para avanzar y dar pasos acertados en la política actual. Y para no seguir cometiendo los mismos y nuevos errores es urgente y necesario contar con políticos inteligentes que dejen a un lado paranoias y delirios de grandeza, fanatismos y el ansia de poder. Que por una vez en su vida piensen en el conjunto de la ciudadanía vasca y no solamente en la parte que les interesa, bien sea por mantener sus votos o bien sea por la limitada visión e inteligencia política que hasta el momento han demostrado tener.

Bastantes problemas tenemos que resolver juntos para que insistamos en que el conflicto vasco, problema cronificado e intensificado por nulas y pésimas estrategias políticas, continúe sin poder resolverse de manera justa.

Se están dando pasos importantes desde la izquierda abertzale y por lo tanto ahora más que nunca, como respuesta a este nuevo ciclo y periodo político y social, urgen políticos inteligentes, que además de inteligencia tengan cordura y coherencia, sensatez y sentido común y sean lo suficientemente atrevidos y audaces como para dar los pasos necesarios en cuanto a sentarse juntos a analizar un problema y buscar puntos de encuentro de dicho problema. Y ese punto de encuentro del que deben partir no es otro que la tranquilidad, la paz y la seguridad de todo un pueblo y nunca la seguridad de mantener en el poder a determinado partido político, como hasta ahora han venido haciendo.

Aquí no se trata de partidos políticos, sino de justicia política y para ello es necesario toda una estrategia política que incluya a todas las partes de todo un conflicto y no de tal o cual partido político, excluyendo a gran parte de la población. Todos los agentes sociales que forman parte de este conflicto y que han sido afectados por ello, teniendo que soportar durante décadas la ineptitud y mediocridad de nuestros supuestos representantes políticos deben ser considerados a la hora de intentar resolver el conflicto vasco. Y aunque es difícil volver a confiar en aquellos que dicen representarnos cuando nos están demostrando cada día que no entienden ni saben aplicar el término «democracia», que no saben respetar los mínimos derechos humanos, que entre unos y otros sólo juegan a ver quién se queda con el poder y el dinero del pueblo, quién insulta mejor al opositor y quién de forma tan arbitraria y deshonesta se inventa leyes totalmente injustas a su antojo y conveniencia. Sin embargo aún nos interesa que haya a partir de ahora políticos con inteligencia necesaria para poder recuperar la confianza de todo un pueblo y volver a creer en que realmente nos representan a todos y de esta forma poder comenzar a trabajar juntos en busca de soluciones justas a un problema que debe terminar de la mejor manera.

Es hora de recuperar nuestra confianza, pero para ello es necesario que nos demuestren que podemos volver a confiar en los que ahora mismo tienen la oportunidad de estar en sitios de poder que nosotros en un momento de ingenuidad les dimos con cada uno de nuestros votos.