El presidente de EEUU, Barack Obama, definió la marea negra del Golfo de México como un 11-S ecológico al inicio ayer de su cuarta visita a la costa contaminada por el vertido y mientras ultimaba el discurso que pronunciará en la tarde de hoy -hora local- sobre el desastre.

Así como los ataques de 2001 cambiaron la política exterior estadounidense, el desastre ecológico «nos lleva a repensar nuestra política energética y ambiental», afirmó.

La tragedia que asola las costas de Louisiana muestran que es la hora «de efectuar una transición» hacia nuevas fuentes de energía, aseguró Obama, cuya Administración está tratando de impulsar en el Congreso una ley para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, la Casa Blanca se mostró ayer convencida de que la empresa British Petroleum correrá con todas las indemnizaciones para los afectados por la catástrofe ecológica, aunque no precisó ni la cantidad de los pagos ni cuándo se producirían.

Entretanto, BP respondió al ultimátum de Washington y presentó ayer un nuevo plan para recoger más petróleo.