El pleno del Parlamento de Gasteiz mostró ayer su apoyo al Centro Internacional de Cultura Contemporánea de Tabakalera para que su proyecto cultural llegue a ser un proyecto «innovador de relevancia internacional». En la misma sesión, los distintos partidos aprovecharon para pedir al Ejecutivo que mantenga su compromiso de inversión. PNV, PSE, PP y Aralar firmaron la enmienda de transacción, a una moción que fue presentada por el PP. Todos los grupos apoyaron la iniciativa, salvo EA y EB, que optaron por la abstención.

Con la firma de este documento, la Cámara mostró su apoyo a la Sociedad de Tabakalera para el desarrollo de su proyecto cultural en Donostia «para que llegue a ser un proyecto innovador de relevancia internacional». Además, instó al Gobierno de López a «dinamizar» el acuerdo de contenidos y modelo de gestión para la antigua fábrica de tabacos en el plazo de seis meses, según lo acordado por el Consejo de Administración de la Sociedad y llamó a Lakua a que mantenga su compromiso de inversión y a trabajar «de modo activo» en la consecución de dicho proyecto innovador de relevancia internacional, «basándose en la lealtad institucional que requiere el mismo».

¿Suspensión de servicios?

Por otra parte, el PP de Gipuzkoa defendió ayer en la Juntas Generales que el centro cultural Koldo Mitxelena de Donostia mantenga el préstamo de libros y la sala de lectura.

Las juntas aprobaron por unanimidad una propuesta de esta formación en la que se instó a la Diputación a que garantice los servicios que actualmente presta la biblioteca foral ante la posibilidad de que dichos servicios, que actualmente se ofrecen y «que cuentan con un gran número de usuarios», pudieran desaparecer.

El juntero Iñigo Arcauz recordó que en marzo de 2008 se alcanzó un acuerdo por el que la Diputación anunciaba que pondría a disposición de Lakua el edificio del centro cultural donostiarra «con sus prestaciones, fondos y personal, como sede de la futura biblioteca nacional vasca».

«Este acuerdo nos preocupó y por ello presentamos una interpelación para que se nos aclarase qué es lo que suponía esta cesión -declaró ayer Arcauz en un comunicado-. Sin embargo, lejos de hacerlo, la respuesta de la diputada de Cultura, María Jesús Aranburu, sembró más dudas, ya que sólo hablaba de la posibilidad de que se mantuvieran algunos servicios sin concretar cuáles».

Arcauz insistió al señalar que Aranburu «aludió a la existencia de otras bibliotecas a las que podía acudir la ciudadanía para leer y hacer uso del préstamo de libros, cuando, para empezar, todo el mundo sabe que los fondos del Koldo Mitxelena no son equiparables a los de cualquier otra biblioteca».

«Ahora que el proyecto se va a redimensionar, parece el momento adecuado para pedir que se garanticen estos servicios, ya veremos dónde, si en Tabakalera o en el propio Koldo Mitxelena», concluía el texto.