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Azkena rock abre la temporada de festivales

A la espera de Dylan y la tormenta, el Azkena más ecléctico reluce

Mientras que el foro del Azkena Rock prepara ya su décima edición con carteles virtuales confeccionados por sus más incondicionales, el festival gasteiztarra iniciaba ayer la que se presupone su edición más exitosa, gracias a un cartel completo y fiel a sus postulados. Rock & roll en todas sus vertientes, con leyendas que vuelven, blues rock, country, chispas de metal y la indispensable presencia escandinava y australiana, además de emergentes sonidos «vintage».

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Anartz BILBAO | GASTEIZ

«Así los últimos serán los primeros, y el primero, último» (Mateo 20:16). Comienza la liturgia del rock & roll, el Azkena Rock ya está aquí y con él llega el verano. Porque, a excepción de aquella mágica noche bajo la carpa con los New York Dolls, en la que una enérgica tormenta estuvo a punto de causar el caos, al sol le gusta sudar envuelto en decibelios.

El festival llega este año con la intención de mecer las caderas, un tanto pesado e hipnótico ayer, más locuaz y hedonista hoy y lírico y soñador mañana. En la sobremesa gasteiztarra los veraneantes que acuden a la piscina de Mendizorrotza y los que acuden al camping del festival se agolpan, pero no se mezclan -son fáciles de distinguir-. En el repleto aparcamiento, por ejemplo, nosotros damos con un joven trío de Arratia, que tocan en Materia Gris y acuden con ilusión al festival por primera vez -¡cada uno ha traído su propia tienda de campaña!-. «¿Preferencias?», los abordamos: «¡Venimos a verlo todo!» contestan enérgicos. Una vez dentro del recinto, también encontramos a un equipo de Ondarroa, habitual en el Azkena. Esta vez acuden al festival sólo en la jornada inaugural, pues mañana celebran el Zapato Azule.

Los hay, incluso, que aunque vivan en pisos de estudiantes en la capital alavesa han montado su camping, bien provisto de comida y bebida.

El recinto de Mendizabala se hace cada vez más familiar, pero siempre hay algún pequeño cambio y la impresión general, que cada vez el espacio se simplifica más. Y es que son nueve años de festival, ocho en el mismo recinto. Además, sólo por citar un pequeño detalle de la organización, las monedas del festival -tras el correspondiente cambio monetario-, se han convertido esta vez en púas de las bandas que han tocado en el Azkena, troqueladas en cartones. A nosotros, tras el primer día, sólo nos sobra una, la de The Cramps.

Up the pin-up!

A los destellos de Bronze, que han solventado la difícil tarea de romper el silencio tocando «maite ditugun lagunentzat», mientras centenares de fieles se agolpaban en la sombra que producía el escenario principal, les ha seguido Baskery -hoy se desarrolla toda la jornada en el Stage 1, dedicado a Alex Chilton, que pasó por Gasteiz con Big Star en 2006 y falleció el pasado marzo-. Las tres hermanas suecas, rubias, jóvenes y simpáticas, en una propuesta más estética que musical, han facturado un country bailable y semiacústico. El turno era después para The Legendary Shack Shackers, que, como las suecas, también tocaron el banjo. Con The Jim Jones Revue, capaces de poner patas arriba cualquier local cerrado, comenzó a quemar la tarde; pero, de ayer, nos quedamos con Kitty, Daisy & Lewis, los británicos hermanos Durham que miran a los orígenes del r & r para dar color a una época en blanco y negro.

De Gov´t Mule -vuelven tras actuar en el 2005-, popularmente no tan conocida como Kiss o Dylan, pero de gran prestigio entre los rockeros, toca hablar mañana. Pero, para cuando The Hold Steady comenzó, ardía la noche.

Hoy la juerga comienza a las 16.40 con 77`y The Hot Dogs. Ya con alternancia de escenarios, se recomienda estar vivo para la tarde trepidante de El Vez e Imelda May. A las 21.00 actúan los aussies The Saints, seguidos del punk de The Damned. Los fuegos artificiales, con el tridente final: Slash, KISS y Imperial State Electric.

UN SOL DE BRONZE

Con tanta actitud como aptitud, al quinteto gasteiztarra Bronze, cantando en euskara, le tocó levantar la piedra más pesada en casa y romper el silencio para dar inicio al festival de rock más bailable de nuestra cercana galaxia.

Si no estás tatuado, maquíllate como los Kiss

Estampados en el pecho sobre fondo negro, así llevan la mayoría de los rockeros a sus ídolos sónicos. Algunos -cada vez más- llegan más lejos todavía y los llevan grabados con tinta en la piel, en unos cuerpos que lucían ayer radiantes. Antes de que la oscuridad nos vuelva a todos pardos, «el juego» consiste en encontrar la camiseta más «cool» del festival, y son tantas las bandas que han pasado ya por el Azkena Rock -la mayoría de prendas hace referencia a ellas, amén de alguna que otra propuesta solapada-, que casi no encontramos a ninguna repetida. Nuestra favorito resulta el tío que, con un paraguas tricolor encasquetado en la cabeza, paseaba sudoroso con un mono de Kiss. Stanley, Simmons & Cía llegan mañana, y en el stand de Gauekoak, donde ayer se proponía que cada cual realizase su «chapa» gratis, te ayudarán sin duda a maquearte como ellos. A. B.

 
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