Euskaltel vio cómo en 2004, en su única experiencia con el pavés, Iban mayo perdía cuatro minutos y cualquier opción a la general del Tour. El infierno del Norte imponía mucho respeto al equipo naranja, pero su mánager Igor González de Galdeano hacía un balance positivo.

«No le doy ninguna importancia al tiempo perdido para la general por Samuel. Son dos minutos con los primeros y esto está bien. Era un día para salvarlo y eso que Samuel no ha tenido suerte. En el pavés hay dos puntos, la fuerza y la suerte. Evans ha tenido fuerza y ha sabido manejarse y Samuel ha tenido la mala suerte de que cuando se ha caído Chavanel le ha dado por detrás y se ha roto la rueda y no había sitio para cambiarla. Hemos pasado el día y dos minutos no es excesivo. Además le va a dar una cierta libertad para intentar algo».

El mánager del Euskaltel trasmitía un enfado aún mayor al de la víspera en Spa. Sentía que el mismo corredor que paró la carrera por la caída de los Schleck iba a romperla ayer sin importarle las caídas que se iban a producir y se confirmó su temor. Por eso estaba molesto por la jugada del Saxo Bank y porque sus corredores no cumplieron sus órdenes el lunes.

«En Spa engañaron al pelotón y hoy han sacado tajada. No hubo capacidad de reacción de los corredores porque todos los directores que teníamos gente por delante mandamos tirar y no tiraba nadie. Y el que diga lo contrario miente», señalaba Igor.

Pero lo que más le dolía era las fuertes caídas de Txurruka y Velasco: «Eran los dos que quedaban por caerse y sólo les había pedido que no se cayeran. Daba igual que llegaran a 20 minutos. El Tour no perdona, quizás se han encontrado en un terreno que no dominan bien, se han puesto nerviosos y eso ha provocado sus caídas».

Satisfacción de Arkaitz Durán

Pero el vasco más satisfecho en el parking de los autobuses era Arkaitz Durán, aunque trasmitía que pudo llegar más adelante: «Me he encontrado muy bien toda la etapa y la única pena ha sido que se ha producido una caída y un corte al entrar en un tramo de pavés y eso me ha impedido entrar con el grupo de Contador, pero estoy muy contento con la experiencia».

También Egoi Martínez estaba contento porque «para mí ha sido una etapa más bonita de lo que esperaba. Tenía mucho miedo y una vez que me quitado la tensión antes de entrar en el primer tramo me ha gustado. También ha ayudado el tiempo, estaba seco. Porque si llega a llover habría sido un caos».

Gorga Verdugo transmitía la visión contraria al afirmar que «iba colocado con Samuel adelante y he pinchado 500 metros antes de entrar al temido tramo de pavés. He intentado empalmar y, cuando iba entrar, por una caída me he quedado cortado. No me gustan estas etapas, me parece que en una grande perjudican bastante a la carrera. Ya está la París Roubaix para especialistas. En una gran vuelta se te cae un Contador o Andy Schleck y se te chafa la carrera. Pero es así y hay que pasarla».

Rubén Pérez entendía que «se ha ido muy rápido y ha sido un día de percances. Es bonito para el espectador y lo tenemos que aceptar porque vivimos de la publicidad, pero es bastante peligroso y nos da mucha tensión». Por su parte, Iñaki Isasi apuntaba que «estas cosas son bonitas para el espectador, pero los corredores lo pasamos mal. Hay mucha tensión al entrar en los pavés y lo duro es caerte. Yo por lo menos me he librado».