La ola de calor que azota Rusia desde finales de junio ha disparado los termómetros en el país, y el mes de julio se ha situado ya como el más caluroso de su historia.

La temperatura media de la primera quincena de julio ha sido 6,2 grados más alta que la media normal que corresponde a esta temporada estival. De esta manera, Rusia ha superado el récord registrado en julio de 1938, cuando la temperatura media sobrepasó los 5,3 grados.

Para combatir el calor en Moscú, varios camiones cisternas recorren las calles de la ciudad lanzando agua por las avenidas. Y es que las temperaturas no dan tregua ni en el famoso Metro de Moscú, uno de los más profundos del mundo, donde las temperaturas no bajan de los 26 grados y han llegado a alcanzar los 31 grados.

Como medida para hacer frente al calor, Guennadi Onichtchenko, jefe del Servicio Federal Ruso de Control Sanitario, decidió instalar a principios de esta semana una «siesta oficial» durante las horas más calurosas del día y además, decidió reducir la jornada laboral.

Mientras, otros prefieren refrescarse en las fuentes de la capital y en las orillas del río Moskova. Sin embargo, los servicios médicos piden precaución, ya que ya se han registrado 92 casos de ahogamiento.

La ola de calor también ha causado estragos en la parte europea de Rusia y en los Urales, donde la agricultura ha sido gravemente afectada. En total, 9,6 millones de hectáreas de cultivos se han echado a perder. El ministerio de Agricultura ya ha anunciado que reducirá la cosecha de cereales a 85 millones de toneladas, frente a los 95 millones previstos con anterioridad.

Asimismo, debido a la sequía y a las altas temperaturas que se han alcanzado en este sofocante principio de verano, 19 estados declararon el jueves el estado de emergencia.

Las regiones de los alrededores de Moscú, además, están siendo gravemente afectadas por los incendios provocados por la canícula. Sin embargo, la situación parece estar bajo control, según han anunciado las autoridades. «Durante las últimas 24 horas, han sido detectados 42 incendios en bosques que abarcaban un total de 58,2 hectáreas», informó el jefe del Ministerio de Situaciones de emergencia de la región de Moscú, Evguenni Sekirine. Sin embargo, ningún hogar ha sido todavía afectado por el fuego.

Las autoridades aún no tienen constancia de cuándo comenzará a remitir la ola de calor, pero sí han alertado de que los próximos 5 días serán también calurosos y secos, llegando a alcanzar temperaturas que oscilarán entre los 32 y 36 grados.

Mal de unos, consuelo de otros

Pese a que los incendios y la sequía hayan afectado a buena parte del país, otros han conseguido sacar rentabilidad a la situación que afecta al país.

En la capital rusa, la venta de ventiladores se ha disparado y se han multiplicado por diez respecto a las del año pasado. La venta de hielos también ha crecido considerablemente, y en comparación con el año pasado, la venta ha aumentado de 180 a 250 toneladas.