La compañía petrolera británica British Petroleum anunció anteayer que finalmente ha conseguido detener por completo la fuga de petróleo en el golfo de México, tres meses después de que la plataforma Deepwater Horizon explotase para posteriormente, hundirse. En el accidente, entre 2.3 y 4.5 millones de barriles de petróleo fueron derramados.

BP ha informado de que las pruebas de la campana instalada el pasado lunes continúan «con éxito». Además, ha comunicado que tras encontrar una grieta en la prueba de resistencia el jueves, las operaciones han sido retomadas.

El presidente de los Estados Unidos Barack Obama se ha mostrado esperanzado con los resultados, pero ha añadido que «todavía se encuentran en fase de pruebas». El gobernador de Luisiana coincide con Obama y ha afirmado que «todavía es demasiado pronto para cantar victoria» y ha enfatizado el hecho de que aún queda mucho trabajo por delante.

Sin embargo, pese a que la fuga de petróleo hubiera sido controlada, la limpieza de los daños causados por el derrame del 22 de abril está lejos de haber terminado. El daño ambiental y económico que el accidente de la plataforma Deepwater Horizon, propiedad de BP, provocó podría sufrirse durante décadas.

El petróleo que se deposita en el fondo del mar difícilmente podrá ser recuperado por la campana instalada por la compañía petrolera.