ELA rechaza el copago en Sanidad y reclama servicios públicos con recursos
ELA rechazó ayer la intención del Gobierno de Patxi López de obligar a los ciudadanos a pagar por determinados servicios sanitarios, que hasta la fecha presta Osakidetza de forma gratuita. Según la central sindical, la CAV es de las que menos gasto sanitario realiza en la OCDE.
Juanjo BASTERRA |
ELA rechazó ayer la propuesta del Gobierno de Patxi López de establecer que haya que pagar por determinados servicios sanitarios que ahora se prestan por la sanidad pública, que es conocido por el término de copago. El secretario de Política Social, Mikel Noval, y la responsable de de Osakidetza, Mirari Irure, se reafirmaron ayer en la demanda de «un sistema sanitario público, universal y gratuito». Ambos reconocieron que desde la Administración autonómica se camina desde hace años en la reducción del presupuesto público, «al contrario de por dónde van las necesidades crecientes de la población».
ELA lamentó que no sólo esa carencia se está produciendo a nivel económico, sino también a nivel de personal y atención sanitaria «que empeora a marchas forzadas». La central ve esa estrategia como una manera de dar credibilidad al sistema privado, para justificar que el servicio público no cuenta con recursos económicos para atender a la población. Mikel Noval recordó que si el sistema público «no es suficiente, menos lo será el privado».
A juicio de los representantes sindicales, tendría que estar dotado con los recursos económicos suficientes y con las plantillas adecuadas para llevar adelante esa labor, puesto que la sanidad es un derecho universal, como explicó Noval.
Ambos dejaron claro que el Gobierno de Lakua «falta a la verdad» porque «nos está diciendo que no hay recursos económicos y que gasta más de lo que puede» pero, sin embargo, «los datos muestran que el gasto sanitario público en la CAV en relación al PIB es, tras Grecia, el más bajo del conjunto de los países de la OCDE, es decir los más industrializados».
Por lo tanto, ELA sostiene que para alcanzar la media de los países más desarrollados, el Gobierno de Lakua tendría que haber añadido 1.683 millones más al presupuesto previsto en 2010, que suma 3.525 millones.
Los representantes de ELA criticaron a Lakua por su «falta de transparencia en cuanto a explicar los recortes de gastos y de actuaciones» que van en beneficio del sistema privado. Para ello, Mikel Noval aportó otro dato importante como es que el gasto público en salud en la CAV está cayendo desde el año 2000.
De cada cien euros que se destinan al gasto sanitario, 72 euros los aporta el servicio público, pero este dato está muy alejado de la situación de Gran Bretaña, que destina 87 euros; Suecia, 85 euros y Dinamarca, 84 euros. Por debajo del gasto público sanitario de la CAV sólo se encuentran el Estado español, Canadá Suiza, Estados Unidos y Grecia.
El secretario de Políticas Sociales de ELA afirmó con rotundidad que desde el año 2000 la actividad privada ha aumentado en seis puntos, «debido a la marcha atrás que está dando el servicio público que se orienta a la privatización».
Mikel Noval recordó que «sólo se puede garantizar el derecho a la salud, si el sistema público es universal y gratuito. Para ello, recordó que «la financiación de la Sanidad debe realizarse por la vía de los impuestos».
ELA reclama, junto a la mayoría sindical vasca, «un cambio radical de la política fiscal» con el objetivo de lograr que los ingresos aumenten y se pueda hacer frente a las necesidades de la población en los diferentes niveles. El responsable de Política Social de ELA exigió que «luche contra el fraude fiscal, para lo que reclamó la inspección de todas las rentas que no son del trabajo antes de que prescriban». También exigió que se «dé marcha atrás a las reformas del IRPF, Impuesto de Sociedades y Patrimonio, que han conllevado una reducción de los impuestos que pagan las rentas más altas, las empresas y el capital». Noval, ante esta situación, recordó que con la idea del copago se quiere transmitir que la sanidad «no se puede financiar colectivamente vía impuesto, y pase a ser financiada por cada persona. Lo que se esconde detrás de esa idea es un recorte de los derechos de la ciudadanía y excluir de los servicios a quienes no tengan recursos». J. BASTERRA
La CAV destina 1.683 millones menos que la media de la OCDE al gasto de la Salud. Es de los más bajos de los países desarrollados, sólo por encima de Grecia. Esa falta de impulso de la sanidad pública está beneficiando a las empresas privadas.
