La corta de Gallarta seguirá viva como Conjunto Monumental
La histórica Corta de Bodovalle, situada en la localidad vizcaina de Abanto Zierbena, ha sido declarada Bien Cultural Calificado, con la categoría de Conjunto Monumental por el Gobierno de Lakua. La mayor y más reciente explotación a cielo descubierto de Bizkaia queda así protegida de la amenaza de la SEPI, que pretendía cubrirla con escombros.Ane ARRUTI | ABANTO
Como sus antepasados mineros que dedicaron su vida a la explotación del hierro, la Asociación Cultural Museo Minero ha trabajado a base de pico y pala para conseguir la protección de la Corta de Bodovalle de Gallarta, en la localidad vizcaina de Abanto Zierbena. Desde el 2003 no han dejado de tocar puertas hasta que, por fin, sus peticiones han tenido respuesta. El Gobierno de Lakua la declara Bien Cultural Calificado, con la categoría de Conjunto Monumental. La resolución se encuentra ahora abierta a alegaciones.
El Departamento de Cultura de Lakua protege en su delimitación la corta propiamente dicha. Según puntualiza en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV), «la delimitación del presente conjunto monumental, dadas sus características, la dispersión actual de los elementos y los cambios sufridos en el paisaje minero circundante, es discontinua». Dicha delimitación parte del futuro nuevo edificio del Museo de la Minería -obra paralizada por falta de financiación- y hasta la rotonda del polígono de El Campillo. Hacia el este, sigue la línea de cumbres por las cotas del alto de la Jarrilla, y luego continúa hacia el este por la parte superior de los bancales de la mina Concha I. «Con la presente delimitación, y a la vista de sus destacados valores culturales a nivel de patrimonio industrial, se protegen no sólo la Corta Bodovalle propiamente dicha, sino los elementos expresamente señalados», destacan.
Entre los elementos y edificios incluidos como Conjunto Monumental, se encuentran con protección especial la corta y elementos geológicos, la explanación del ferrocarril de la Orconera, la galería del ferrocarril de la Franco-Belga, el plano inclinado y la jardinera, y el Castillete de la Mina Ezequiela. En cuanto a los elementos de protección básica, se enumeran las casas de mineros del antiguo Gallarta, la cuadra de animales utilizados en el arrastre de la mina Peñusco Mendiola o Concha V y el edificio original del matadero, hoy convertido en Museo de la Minería.
«Estamos orgullosos», confesó Carmelo Uriarte, presidente de la Fundación Museo Minero. «Hemos luchado contra viento y marea. Es la mina más espectacular que existe y, además, es un símbolo, es parte de la riqueza del País Vasco», añadió. Con la declaración de Conjunto Monumental, han conseguido paralizar a la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) en su intención de depositar millones de metros cúbicos de escombros sobrantes en las obras del parque empresarial, hasta una cota aproximada de cincuenta metros, tapando gran parte de las entradas de las galerías de la corta.
La última y la mayor
La Corta de Bodovalle es un gran corte geológico de 700 metros de largo, 350 metros de ancho y 150 metros de profundidad, casi cuarenta metros por debajo del nivel del mar. Es la última y la de mayores dimensiones de todas las explotaciones que a cielo descubierto existieron en la cuenca minera vizcaina.
En el interior de la corta existe un acceso a la mina subterránea donde, desde los años sesenta hasta su cierre en 1993, fueron excavados más de cincuenta kilómetros de galerías. Con una plantilla que llegó hasta los 500 operarios, en la década de los años setenta se convirtió en la segunda explotación de hierro más grande de Europa.
El método de explotación utilizado fue el de cámaras y pilares con subniveles abatidos, que consiste en esencia, en la creación de grandes cámaras con perforación de barrenos largos (25 metros) desde ciertas galerías o subniveles.
La corta fue abierta justo donde se situaba el antiguo pueblo de Gallarta. «Se había agotado el mineral en la zona exterior, en la superficie. Una vena se metía para abajo, y entonces dijeron: `Pues tiramos el pueblo de Gallarta'. Y no se pararon a rezar ni nada», explicó Uriarte. Fue en los alrededores de los años 1958-59, aunque la mina ya existía antes. «Se tiró todo el pueblo prácticamente. Y no creas que era una aldea. Vivían cerca de siete-ocho mil habitantes, con sus cines, sus plazas...», recordó.
Los habitantes del Gallarta actual y alrededores mantienen una relación muy especial con la corta, según subrayó la subdirectora del Museo de la Minería, Oihane Herrera. «El Gallarta que conocemos ahora, buena parte de ella, fue construída con muchas prisas. Algunos de los vecinos se quedaron, otros tuvieron que marcharse a otra parte. Al fin y al cabo, la corta es parte de su historia, la historia de todos nosotros, porque no es simplemente que se hubiera derribado un pueblo, se destruyó la vida que había en él, todas las relaciones...».
El nuevo museo, paralizado
Entre las intervenciones permitidas en el área protegida, se detalla que «únicamente se autorizarán los usos y actividades que vayan dirigidos a la protección del propio espacio y aquellas instalaciones que estén destinadas y se entiendan precisas para la investigación y/o difusión cultural».
Esa es, precisamente, la labor que está realizando en los últimos años la Asociación Cultural Museo Minero, una entidad sin ánimo de lucro creada en 1986 y formada por personal voluntario, y quien creó el primer museo de la minería de todo el Estado español. «El museo minero se ha levantado a base de voluntarios pero con voluntarios no se puede seguir. Llega un momento en el que hace falta gente competente y profesional», advirtió Uriarte. Hoy en día, cuenta con siete empleados asalariados, pero trabajan en él más de treinta voluntarios. «Algunos trabajan en la gestión, o en la recuperación de las piezas, restauración... Por ejemplo, los viernes, Carmelo dirige un taller de restauración. La plantilla es muy reducida porque el museo carece de una financiación estable o continua y es realmente lo que necesitamos», dijo Herrera.
La falta de financiación ha sido el motivo principal también de la paralización de las obras del nuevo museo. Se trata de un proyecto de IMB Arquitectos, con un presupuesto inicial de 1.500.000 euros, que ha ido en aumento con el paso del tiempo y que la asociación no puede solventar sin la ayuda de las instituciones. Una cifra que resulta irrisoria si la comparamos con otros proyectos culturales ideados para revitalizar otras comarcas vizcainas, ya que, sin duda, el nuevo edificio supondría un impulso económico para Enkarterri.
El Museo de la Minería de Euskal Herria fue creado por la Asociación Cultural Museo Minero y fue el pionero en todo el Estado español. Se sustenta, sobre todo, a base de trabajo voluntario.
Fueron excavados más de cincuenta kilómetros de galerías, con una plantilla que llegó hasta los 500 operarios en los setenta, convirtiéndose en la segunda explotación de hierro más grande de Europa.
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Bestalde, hilabete bakoitzeko azkenengo igandean, sutegia martxan jartzen dute, eguerdian. Honela, burdin lantzearen antzinako teknikak ezagutzeko aukera dago. Horrez gain, pasa den udan abiatutako egitasmoarekin jarraitzen dute uztailean, 8 eta 12 urte bitarteko haurrentzat udalekuak antolatuz. «Modu jolasgarri eta kulturalean gazteek gure arbasoek utzitako ondarea hurbiletik ezagutuko dute».
A. A.