El respeto de los derechos humanos en lo referente al acceso igualitario a la asistencia sanitaria, a la prevención y a la no discriminación es la base de una respuesta adecuada a esta pandemia que cada año se cobra dos millones de vidas. Así lo asegura Michel Sidibe, director ejecutivo de ONUSIDA, la agencia de Naciones Unidas que impulsa la conferencia internacional sobre esta enfermedad que comienza hoy en la capital austríaca con la participación de más de 25.000 expertos. «Ésta será la conferencia de los sin voz», asegura Sidibe.

Científicos, políticos, religiosos, cooperantes, artistas e incluso representantes de marcas de preservativos pasarán por Viena hasta el día 23 para llamar la atención sobre una pandemia que se ha cobrado ya más de 25 millones de vidas y que en 2008 afectaba a más de 33 millones de personas, según datos de la ONU.

Por eso, esta cita pretende recordar que, a pesar de los grandes avances en el tratamiento del sida y, en menor escala, en su prevención, aún queda mucho trabajo por hacer en laboratorios y despachos. Pero aunque la conferencia quiere llamar la atención sobre la parte médica, otro de sus objetivos esenciales es exigir mayores derechos y protección para los enfermos y para aquellas personas susceptibles de contraer este mal.

«SIDA 2010 subrayará que la protección de los derechos humanos es un requisito fundamental para una respuesta efectiva al VIH», se destaca en la declaración de objetivos de la conferencia. «Es ya evidente -añade- que el estigma, la discriminación y la violación de derechos, así como las políticas punitivas o equivocadas hacia los grupos de población más afectados por el VIH, son grandes obstáculos para dar una respuesta efectiva al VIH».

Así, el debate sobre la necesidad de que las estrategias de reducción del daño tomen el testigo de las actuales políticas represivas será uno de los ejes centrales de la conferencia de Viena. Los convocantes de la conferencia quieren, en esa línea, sacar a relucir que el enfoque coercitivo que hoy tiene la lucha contra la drogadicción no sólo ha sido ineficaz sino que ha contribuido de una manera considerable a la propagación del VIH.

Por ello, solicitan al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que «con urgencia implemente medidas que aseguren que el sistema de las Naciones Unidas (...) hable con una sola voz en apoyo de la despenalización de los consumidores de drogas».

«Muchos de nosotros, que trabajamos en investigación y cuidado del sida, nos enfrentamos cada día a los impactos devastadores de las políticas de drogas mal informadas», apunta al respecto el doctor argentino Julio Montaner, presidente de la conferencia.

En ese sentido, la conferencia quiere hacer especial hincapié en la situación de Europa del Este y Asia Central, donde el sida se está expandiendo a un ritmo preocupante, debido sobre todo al uso de drogas inyectables y a su excesiva criminalización.

África subsahariana

Aunque el número de jóvenes infectados de sida ha descendido de forma significativa en ocho países del África subsahariana, sigue siendo la región más afectada, ya que concentra el 71% de los 33,4 millones de personas afectadas en todo el mundo, según un informe de ONUSIDA.

«En Costa de Marfil, Etiopía, Kenia, Malawi, Namibia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe se ha registrado un fuerte descenso en el número de personas infectadas de sida, que ha venido acompañado por cambios positivos en el comportamiento sexual de la gente joven», apuntan en el estudio.

El organismo afirma que en países como Camerún, Etiopía o Malawi, la edad en que los jóvenes comienzan a ser sexualmente activos se están retrasando, mientras que en otros países de la zona han caído el número de personas que tienen varias parejas a la vez y ha aumentado el uso del preservativo.

Sin embargo, según el portavoz de Médicos Sin Fronteras (MSF) y coordinador médico de la ONG en Ginebra, Nathan Ford, no se muestra tan optimista, ya que su organización «no nota» el descenso en el número de infectados.

«Desde que una persona se infecta con el VIH hasta que surge la enfermedad del sida pueden pasar diez años, así que aunque la trasmisión esté bajando ahora, vamos a seguir recibiendo a aquellos que se infectaron hace 10 años y que siguen necesitando tratamiento», explicó el portavoz de MSF.

«Sólo notaremos el descenso en la incidencia del sida a medio plazo, pero hasta entonces el número de gente que necesita tratamiento va a seguir creciendo y, mientras, seguimos trabajando en situaciones en las que la necesidad de tratamiento es mucho más grande que la disponibilidad de antirretrovirales», afirmó Ford.

El mismo informe destaca que en América Latina -situada detrás del África subsahariana en el ranking-, donde se mantiene el drama de los afectados por la pandemia con cifras no exactas por la cantidad de personas desconocedoras de su condición de portadoras del virus causante de la enfermedad, la prevención es una urgencia.

ONUSIDA aplaude a países como México y Brasil por su liderazgo en el campo de la prevención, pero urge a «fortalecer los sistemas de vigilancia» en la región y a tener «evidencias más sólidas para la planificación nacional en la prevención del VIH».

Un análisis de la publicación estadounidense «Science» indica que las labores de prevención del sida también se verán lastradas por el alto precio que tiene el tratamiento teniendo en cuenta la crisis financiera global. El estudio revela que los 25.000 millones de dólares que los países pobres tenían pensado destinar, sufrirán un gran recorte de 11,3 millones.