Juicio a Udalbiltza
Miles de vascos respaldan a Udalbiltza y a los imputados
Los imputados por formar parte de Udalbiltza, que volverán el jueves a la Audiencia Nacional española, sintieron ayer el arrope de la sociedad vasca gracias a los ánimos que recibieron de las cerca de 10.000 personas que marcharon por las calles de Bilbo tras una pancarta con el lema «Udalbiltza Aske! Bai Udalbiltzari. Bai Euskal Herriari». Entre ellos se encontraban representantes de PNV, izquierda abertzale, EA, Aralar, Alternatiba y hasta algún concejal del PSE.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Maribi Ugarteburu, que intervino al finalizar la marcha frente a la casa consistorial junto a Loren Arkotxa, confesó a la conclusión de la manifestación de ayer en Bilbo que el jueves, cuando retornen a Madrid para volver a pasar el «duro trance» de sentarse en el banquillo de los acusados del tribunal especial español, tendrán aún más fuerzas por el apoyo ciudadano recibido en la movilización. «Aunque parezca mentira, estamos contentos y fuertes gracias a todos vosotros. Y con esa misma fuerza iremos de nuevo el próximo jueves a Madrid, orgullosos y con ánimo», concluyó.
El sentimiento expresado por la que fuera alcaldesa de Amoroto era el resultado del apoyo recabado por los 21 imputados en el conjunto de Euskal Herria, por encima de siglas políticas, y es que quienes marcharon detrás de la pancarta sostenida por una parte de los procesados constituían una muestra variada de la sociedad vasca. No faltó tampoco la foto del único acusado en prisión, Xabier Alegria, condenado a raíz del macrosumario 18/98.
Allí estuvo el secretario general de EA, Peio Urizar, encabezando una amplia delegación de su partido con rostros conocidos como Rafa Larreina, Santi Merino, Ikerne Badiola, Sabin Intxaurraga, Juan Carlos Goienetxe y Juanjo Agirrezabala. También sobresalían los rostros de la izquierda abertzale, entre los que se vio a Tasio Erkizia, Amparo Lasheras, Periko Solabarria, Rufi Etxeberria y Jone Goirizelaia, entre otros muchos.
Por Aralar participaron Patxi Zabaleta, Aintzane Ezenarro, Rebeka Ubera e Iñaki Aldekoa, mientras Oskar Matute fue uno de los representantes de Alternatiba que se manifestó cerca de sindicalistas de ELA como Mikel Noval y Leire Txakartegi; de LAB, como Txomin Lorca y Jabi Garnika; y otros de ESK, Hiru, EHNE y STEE-EILAS. Estuvo presente además el ex alcalde de Getxo, Iñaki Zarraoa (PNV); el edil del PSE de Berriz, Koldo Méndez, y la ex concejala del PSN en Iruñea Ainhoa Aznárez. También el presidente de Ikastolen Elkartea, Koldo Tellitu; el secretario general de Kontseilua, Paul Bilbao; Maixux Rekalde, de Lokarri; o Garbiñe Petriari, de Euskararen Behatokia.
La movilización partió pasadas las 17.40 de la plaza de La Casilla y, tras discurrir por las calles Autonomía, Zabalburu, Hurtado de Amezaga, Circular y Buenos Aires, finalizó en las escalinatas del Ayuntamiento de la capital vizcaina, donde se desarrolló el acto final. La marcha tardó en alcanzar su meta algo más de una hora.
La encabezaban personas portando los escudos de los herrialdes de Euskal Herria, tras los que iba la pancarta con el lema de la convocatoria: «Udalbiltza Aske! Bai Udalbiltzari. Bai Euskal Herriari». Nada más echar a andar se oyó un atronador irrintzi, que luego se repetirían en el acto final por parte de varias mujeres que subieron al escenario, y se corearon también gritos en favor de la independencia y de la primera institución nacional de Euskal Herria que ahora los jueces españoles sientan en el banquillo.
Entre gritos de apoyo y aplausos, la cabeza de la manifestación fue recorriendo una calle Autonomía con menos paseantes que en otras ocasiones, por aquello de las fechas estivales en las que nos encontramos. Las únicas personas que permanecían apostadas en las aceras lo hacían para sumarse a ella. La anécdota llegó en la calle Hurtado de Amezaga, a la altura de la iglesia de la Quinta Parroquia, donde hubo gritos jocosos de «Viva los novios» hacia los participantes en una boda.
Una vez en el Ayuntamiento, los manifestantes fueron recibidos por las melodías de Esne Beltza, una banda que ha compuesto una canción de apoyo a los imputados, que fue la que luego serviría de broche final. Antes, hubo tiempo para irrintzis, respondidos por gritos de «independentzia», y para la actuación de los bertsolaris Xabier Amuriza, Amets Arzallus y Maialen Lujanbio.
Trabajo en común
A renglón seguido llegó la alocución final, en la que Loren Arkotxa, ex alcalde de Ondarroa, recalcó que no se sienten solos y que saludan que, ante el proceso contra ellos por apostar por la constitución y desarrollo de una institución nacional democrática como Udalbiltza, se haya vuelto a demostrar que es posible el trabajo en común de aquéllos que creen en su viabilidad. Animó a dar pasos en esa dirección.
La imagen de confluencia entre distintos agentes le sirvió para sentirse esperanzado, a pesar de que él es uno de los imputados para el que se reclaman las penas más altas, junto al que fue alcalde de Oiartzun, Xabier Iragorri; el ex edil de Urretxu Joseba Garmendia; y el propio Xabier Alegría, de Lezo.
El que fue su primer presidente y a partir de 2001 responsable de Relaciones Internacionales, abogó por una confluencia de acción entre la mayoría política y social de Euskal Herria para abrir camino y posteriormente desarrollar la labor que tiene hasta ahora hitos como su constitución el 18 de setiembre de 1999 en el Palacio Euskalduna de Bilbo y la asamblea que se celebró en febrero de 2001 en el Kursaal donostiarra.
«Udalbiltza no está sola. Euskal Herria no está sola. Nunca el camino fue fácil para los vascos», subrayó el ondarroarra. Después se encargó de acceder al atril ubicado en la balconada del Consistorio bilbaino para dar las gracias por el apoyo y la solidaridad mostrada por la ciudadanía hacia su causa, que les puedan acarrear penas de cárcel de entre 10 y 15 años.
A continuación, Ugarteburu señaló que habían regresado de Madrid «con la cabeza erguida y con la sonrisa en los labios», a pesar de que se sientan «en un juzgado extranjero y por una mentira», a través de un sumario sin sentido. La amorotoarra subrayó que el proceso va contra un trabajo político institucional que efectuaron en todo momento de forma «completamente pública y transparente» y remarcó que eso es lo que trataron de explicar el jueves y viernes a los jueces y al fiscal en el inicio de la vista oral.
Quien ha sido una de las caras más conocidas de las 21 personas procesadas dijo que, «desde su pequeña experiencia, habían pretendido explicarles lo que es democracia». «Y al presentar lo que es democracia, ha quedado al descubierto el juicio antidemocrático», apostilló.
A su vez, Arkotxa recordó cuáles fueron los principios fundamentales sobre los que inició su andadura Udalbiltza, como que Euskal Herria es una nación y sus ciudadanos deben ser dueños de sus derechos; la necesidad de lograr la estructuración institucional de Euskal Herria; y que el avance hacia una articulación nacional del país hace necesario profundizar en áreas como el euskara, la ordenación del territorio, la cultura, la protección de los derechos civiles y políticos, y el desarrollo socioeconómico.
El ex alcalde de Ondarroa incidió en que lo que pusieron en marcha tiene todo el aval democrático, y que con el juicio contra ellos, representantes elegidos democráticamente, queda en evidencia «la escasa calidad democrática del Estado español». «Por hablar de política, nos enfrentamos a un juicio penal», denunció Arkotxa, insistiendo en las duras penas de cárcel que les piden desde la Fiscalía y la acusación popular ejercida por el colectivo ultraderechista Dignidad y Justicia.
Maribi Ugarteburu añadió que la única resolución que aguardan del tribunal especial español al que se enfrentan es la absolución: «Es la única sentencia posible».
La ex alcaldesa independiente de Amoroto no perdió la ocasión de enumerar la cascada de apoyos que dentro y fuera de Euskal Herria han ido cosechando en los últimos meses y semanas, así como la movilización social, y no sólo en la calle, también en instituciones vascas y extranjeras y en otros foros.
«Euskal Herria tiene pleno derecho para desarrollar sus propias instituciones al objeto de potenciar el euskara, la cultura y la identidad nacional. No sólo es un derecho, sino que es una necesidad, porque se puede extinguir como nación».
«Después de siete años de proceso injusto, sólo pedimos que todos salgan indemnes, que ninguno salga con condena alguna y que puedan seguir trabajando de manera política y pacífica por los objetivos políticos que libremente elija cada uno».
10.000
son aproximadamente las que marcharon por las calles de Bilbo en favor de Udalbiltza y de los electos y ex electos procesados. La manifestación tardó algo más de una hora en cubrir el recorrido previsto por los convocantes.
«La democracia exige que se abran las puertas de la política a todas las acciones que se hagan por caminos pacíficos, por caminos democráticos y a través de la palabra. No es homologable en democracia la teoría de que `todo es ETA'».