Diecisiete jóvenes murieron por disparos de un grupo de desconocidos que abrió fuego sobre ellos durante la noche del sábado al domingo en el transcurso de una fiesta en Torreón, en el norte de México, según anunciaron la Fiscalía local y la Policía.

Una decena de personas también resultaron heridas por los ráfagas que disparó un grupo fuertemente armado que irrumpió en plenas fiestas de un barrio de Torreón, capital del estado de Coahuila, fronterizo con Texas (EEUU), añadieron las mismas fuentes.

El ataque se llevó a cabo al estilo de los cárteles de la droga. «Gritaron `mátenlos a todos' y comenzaron a disparar», declaró un policía a France Presse, citando a testigos.

Los sicarios huyeron del lugar dejando más de 200 casquillos de munición de fusiles de asalto, añadió.

Una masacre similar provocó quince muertos el pasado febrero en una fiesta estudiantil en Ciudad Juárez, en la frontera entre el vecino estado de Chihuahua y Texas.

Los sicarios de la banda de los Aztecas, a sueldo del cártel de Juárez, uno de los más conocidos del país, habrían acribillado a tiros al grupo de estudiantes al creerles miembros de otra banda rival.

Fin de semana sangriento

La violencia ligada al crimen organizado y especialmente al narcotráfico deja este fin de semana un balance de 33 muertos desde el viernes. Entre ellos, hay seis policías, cuatro en la célebre ciudad turística de Acapulco y otros dos en León, al norte.

En el estado de Chihuahua, diversos actos de violencia supusieron la muerte de quince personas en la noche del viernes al sábado en Ciudad Juárez, la ciudad más violenta de México.

El viernes, tiroteos entre el Ejército y sicarios de las bandas de la droga se saldaron con un balance de doce muertos en la ciudad de Nuevo Laredo, el noreste de México, también en la frontera con Texas, indicó el Ministerio en un comunicado.

En México, la violencia ligada a la guerra de los cárteles ha provocado 7.000 muertos desde comienzos de año, según el Ministerio de Justicia, un nivel jamás alcanzado. En el conjunto del año pasado, los enfrentamientos entre bandas y las fuerzas de seguridad provocaron 9.000 muertos.

El balance alcanza los 25.000 muertos desde diciembre de 2006, fecha de la llegada al poder del presidente Felipe Calderón, que declaró la guerra a los traficantes movilizando a 50.000 militares.

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