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CRÓNICA Salud laboral

La protección de la trabajadora embarazada es esencial en las empresas

La protección de la maternidad es una de las preocupaciones que la OIT siempre ha puesto en primera línea, lo mismo que la necesidad de terminar con la discriminación y abusos que se producen en algunas empresas con despidos injustificados o presiones para que las embarazadas abandonen la empresa. Dos delegadas de LAB cuentan su difícil experiencia y la necesidad de llevar adelante denuncias.

Juanjo BASTERRA

Manuela Tomei, directora del programa sobre condiciones de trabajo y empleo de la OIT, advierte que «se ha avanzado en la protección de la maternidad en los últimos quince años», pero también admite que, aunque se ha progresado, todavía algunas empresas ponen impedimentos a las embarazadas en el trabajo, incluso las mutuas también están dificultando que las mujeres logren las bajas por el embarazo en el momento adecuado para preservar su salud.

María del Mar Vega Sánchez, de 32 años, delegada de LAB en Ingeteam Paneles SAU de la localidad navarra de Sesma recuerda que en esta empresa, que se dedica a elaborar armarios eléctricos para aerogeneradores y para placas solares, «sí que tienen riesgos para las mujeres embarazadas: trabajos de soldaduras, manipulación manual de cargas, productos químicos, empujes y arrastres de cargas entre otras».

Reconoce que «normalmente» la dirección establece medidas de mejora en materia de prevención, pero «en mi caso, acontecido el año pasado y que finalizó en un aborto, la empresa sólo me puso trabas para poder suspender mi relación laboral por riesgo de embarazo», dice la delegada de LAB. Señala que estuvo trabajando hasta la semana veintinueve y «no se le cambió de puesto, permaneciendo ocho horas de pie, lo que significa riesgo de bipedestación mantenida, e incluso manipulé cargas».

A raíz de esa situación, LAB interpuso una denuncia «por lo que todo cambió ostensiblemente, incluso se puso un protocolo que no existia y su ausencia provocó una sanción por parte de la Inspección de Trabajo». En este momento, María del Mar Vega reconoce que «sí se cambia de puesto a las mujeres embarazadas, aunque no ocurrió en mi caso». La delegada sindical precisa que en esa empresa la plantilla femenina es numerosa, por lo que Ingeteam ya sabía a lo que se exponía, pero entiende que «en mi caso es una represalia por parte de la dirección». También critica los impedimentos que le puso Mutua Navarra.

Por su parte, Marta Ibañez es delegada de LAB en Emaus Fundación Social, donde trabaja en un centro de acogida temporal de persona y cree que hay un exceso de carga sicológica. En materia de prevención del riesgo de embarazo en el ámbito laboral admite que «la empresa Emaus Fundación Social está bastante verde» y, aunque reconoce que la empresa ha manifestado su intención de ponerse al día, «no sé si es real».

Según indica a GARA, «la empresa reconoce que no hay puestos exentos de riesgos, pero delega la responsabilidad del bienestar de la trabajadora en la mutua y en el servicio de prevención». Marta Ibañez expresa que «sí es cierto que al no poder cambiar de puesto a otro sin riesgo, porque no lo hay, intentar prevenirlos, pero sólo en aquello en lo que se puede planificar, es decir, manejo de cargas, descansos dentro de la jornada e incluso bajar el ritmo de los objetivos a conseguir con la persona usuario del servicio».

Afirma que «hace falta un mayor esfuerzo e interés de todos los involucrados para salvaguardar la salud y el bienestar de la mujer embarazada. Es necesario que este derecho se garantice», termina.

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