British Petroleum aseguró que la dimisión de Tony Hayward, de 53 años de edad, se decidió de «común acuerdo» con él. El presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, aseguró que la dirección «está profundamente consternada por perder a un director general cuyos éxitos en los últimos tres años le han valido una merecida admiración».

No obstante, reconoció que «la tragedia de la explosión del pozo de Macondo (en el golfo de México) y los daños medioambientales consiguientes han supuesto un giro total».

El grupo británico anunció unas pérdidas por valor de 16.900 millones de dólares en el segundo trimestre del año en curso, la mayor pérdida trimestral registrada nunca por una empresa británica. Esta pérdida tiene directa relación con las provisiones presupuestarias destinadas a hacer frente a los estragos del vertido.

Y es que BP ha puesto de su bolsillo 32.192 millones de dólares. Esta cifra incluye la fianza de 20.000 millones exigida por la Administración Obama para pagar las indemnizaciones por los daños, los costes de limpieza y los gastos de indemnización satisfechos hasta la fecha. La multinacional ha anunciado asimismo su intención de vender parte de sus activos por valor de 30.000 millones de dólares en los próximos 18 meses.

La llegada a la dirección general de la petrolera de Dudley, de 54 años de edad, tiene como objetivo tranquilizar tanto al Gobierno como a los ciudadanos estadounidenses.

El que en otoño tomará las riendas de BP es el encargado desde el pasado junio de la gestión de la marea negra en el golfo de México, una región que conoce al haber pasado allí una parte de su infancia. Dudley dirigió el consorcio de BP en Rusia TNK-BP durante cinco años pero tuvo que salir precipitadamente del país en 2008 por un conflicto con los socios rusos.

El presidente Svanberg aseguró que «tenemos mucha suerte por contar con un sucesor del calibre de Bob Dudley (...), quien ha mostrado saber trabajar de manera sólida en las circunstancias más difíciles».

Un año de salario astronómico

Tony Hayward será nombrado para el consejo de administración de TNK-BP pero en un puesto no ejecutivo, y abandonará el consejo de administración de British Petroleum en noviembre.

No se irá de vacío, ya que recibirá un año de salario, en concepto de indemnización, que asciende a la cantidad de 1,045 millones de libras (1,2 millones de euros), «conforme a las prácticas del grupo».

Dudley, antiguo empleado de la estadounidense Amoco hasta su fusión con BP, se mostró «honrado de recibir el encargo de reconstruir la reputación de BP, pero triste por las circunstancias» de su llegada a la cúspide de la petrolera.

En la picota en EEUU por su gestión de la marea negra, Hayward llegó a la dirección de BP en 2007 con el objetivo de dar al grupo respetabilidad.

Cuando se le llamó para que sucediera a John Browne, el grupo británico vivía una grave crisis de imagen enturbiada por una serie negra que comenzó con el incendio de una refinería en Texas en 2005 (quince muertos) y la fuga en un oleoducto en Alaska el año siguiente para terminar con un escándalo que afectó al propio Browne.

En su primera entrevista como nuevo patrón, concedida al «Houston Cronicle», Hayward señaló textualmente: «Tenemos la oportunidad de mostrarnos como un ejemplo en materia de seguridad industrial. Tenemos que lograr un ambiente de trabajo en el que nadie resulte herido, y menos muerto».

El 20 de abril de 2010, la plataforma «Deepwater Horizon» explotó, dejando un saldo de 22 muertos antes de ennegrecer el océano, a 65 kilómetros de las costas de Louisiana.

Sus más cercanos aseguran que Hayward se considera el chivo expiatorio de una situación que no entiende. El presidente Obama dictó en junio su «sentencia de muerte».