«La gente tiene que aprender a consumir comunicación»
José Ignacio Aguaded es catedrático de Comunicación y Educación, y vicerrector de Tecnología y Calidad de la Universidad de Huelva. Además, es el director del Grupo Comunicar, creado hace ya 20 años. Comunicar cuenta con mas de 1.400 publicaciones y está enfrascado en el proyecto «Rostros de mujer», una ludoteca virtual de recursos para el análisis de estereotipos de mujer en los medios.
Nagore BELASTEGI
El Grupo Comunicar nació hace 20 años por iniciativa de José Ignacio Aguaded; un colectivo compuesto por profesorado de distintos niveles educativos y profesionales del periodismo. Su principal objetivo es potenciar el uso didáctico, crítico, creativo y plural de los medios de comunicación en el ámbito de la investigación, actividades de formación, sensibilización mediante campañas y publicaciones que les han permitido desarrollar colecciones y materiales curriculares. La publicación se materializa en una web destinada a diferentes colectivos sociales que quieren materiales de calidad en soporte digital.
El proyecto «Rostros de mujer» se ha creado entre mucha gente, la mayoría mujeres, para descubrir los estereotipos de género que plantean los medios de comunicación. Para ello, eligen un mensaje comunicativo y lo analizan, de forma que queda claro cuáles han sido las herramientas utilizadas para conseguir el efecto.
¿Qué valores trasmiten las publicaciones femeninas?
Existe una serie de revistas de lectura juvenil que juega mucho con los estereotipos y lo que hacen es reproducir los que hay en la sociedad. Creo que eso se podría reconducir de una forma mucho mas inteligente, y que en ese sentido se ha demostrado el fracaso de las escuelas.
Hoy en día, que todos los niños están escolarizados, no entiendo cómo no hemos conseguido una mayor criticidad ante estos hechos mediaticos. Actualmente, la gente con un nivel cultural alto sigue viendo los mismo programas que los que tienen un nivel bajo. Que el factor cultural no marque los hábitos mediaticos es realmente llamativo.
¿Qué usos pueden tener los medios en la educación?
Los medios sirven como recurso para aprendizaje, por ejemplo ilustrando con vídeos las clases de historia. También pueden ser objetos de estudio, para ver cómo nos afectan, quién trabaja en ellos, cómo se construye un mensaje o qué es un croma key. No se trata de que todo el mundo se convierta en un profesional del periodismo, si no que tenga los conocimientos básicos para poder interpretar los mensajes.
Por ultimo, los medios pueden ser instrumentos creativos. Los alumnos pueden demostrar lo aprendido mediante un reportaje, un artículo, un documento sonoro o audiovisual, o una página de Internet, en vez de con un examen. Los adultos no utilizamos los exámenes para demostrar lo que sabemos.
La escuela debería incluir el aprender a consumir medios como asignatura, igual que se imparte matemática o literatura. La gente tiene que aprender a consumir comunicación. De este modo se consiguen ciudadanos más conscientes, críticos, inteligentes y libres. Pero claro, a los gobiernos no les interesa eso, porque el ciudadano libre piensa y busca otras respuestas. Un público que sabe consumir medios no se conforma con cualquier cosa.
¿Cuál es un ejemplo de formato mediatico educativo?
Cualquier programa puede ser educativo; un telediario o incluso los programas del corazón, si las conversaciones se basan en aspectos positivos de las personas. Creo que la televisión ha perdido mucha credibilidad. Internet cada vez es una competencia más grande que tiene unos recursos que la televisión no tiene.
La televisión triunfó porque llegó a ser el medio de medios. Cogió el cine, la radio y la prensa, pero es que Internet también concentra a todos los medios, incluidos la televisión. El problema es que la televisión llega al 98% de la personas, mientras que Internet sólo al 50-60%, pero cuando se equiparen, Internet será la convergencia de los medios.
¿La imagen que se da de la mujer en los medios pueden fortalecer al maltratador?
Hoy en día se es tan sensible con este tema que salen todos los actos de violencia de género. No sé hasta que punto es positiva la persistencia de esta información, porque puede tener una doble cara. Por un lado, está el querer enfatizar un acontecimiento y, por otro, que puede retroalimentar a las personas violentas.
Es un tema complicado. El problema de la violencia de género no es de los medios, es de la sociedad, que en muy poco tiempo ha tenido que cambiar sus estereotipos, porque hasta hace poco estaba el del hombre dominador. Los cambios de estos últimos 25 años afectan principalmente al ámbito interior y cultural de las personas, precisamente el más difícil de cambiar. Por eso la mayor parte de la violencia de género ocurre donde el cambio social es más difícil.
Estos son coletazos de una sociedad ya desfasada. Por eso, en situaciones en que la persona sea proclive a la violencia la información la reforzará. En cambio, a quien no sea violento le creará una situación de conciencia y la violencia no les afectará.
¿Cómo se puede romper con los estereotipos?
Los estereotipos están siempre presentes, es imposible no tenerlos en cuenta. Los construimos en nuestra mente, como si fueran etiquetas, para no perder la información. Lo que pasa es que en lugar de jugar siempre con las mismas etiquetas, se pueden alternar, para que en los medios haya las mismas clases de personas que tenemos en la vida real. Si siempre aparecen mujeres altas, guapas, ricas y delgadas, finalmente la chica que es obesa querrá ser delgada porque ve que para triunfar en esta vida hay que ser así.
¿Qué opina sobre la prohibición de los anuncios de prostitución?
Creo que todo tipo de prohibición es negativa. Es verdad que la publicidad explícita de la prostitución en medios generalistas realmente no hacen un buen aporte social, porque esa información está expuesta a personas que no tienen toda la capacidad selectiva, pero creo que prohibir sin más no es una medida acertada. Yo creo que lo que hay que hacer son políticas globales.
En este sentido, lo que hay que hacer es fomentar una sociedad más participatíva, más consciente de los medios, porque cuanto más cualificada sea, este tipo de publicidad será más inviable.
Yo no creo que sea el Gobierno el que tenga que prohibir los anuncios de prostitución. Deberían ser los movimientos ciudadanos los que se revelaran contra este tipo de información. Si las asociaciones de consumidores de cada medio decidieran que no quieren la página de publicidad pornográfica, los medios se verían obligados internamente a suprimirla. De este modo no podrían llamarle censura. Ésa es la autentica regulación que hay que proclamar.
¿Estos anuncios no manchan la imagen de la mujer?
En mi opinión, a la mujer le hace más daño la publicidad subliminal de los contenidos normalizados, que los anuncios de prostitución. Nos intentan vender siempre el prototipo de la mujer alta, delgada, blanca y rica. Esos fogonazos permanentes son los que crean un solo modelo de mujer y finalmente hacen que la gente esté dispuesta a incluso caer en enfermedades como la anorexia. Las cosas buenas no sólo están en el exterior, también están en el interior, y eso en muchos medios no se fomenta.
Creo mucho más en la autorregulación de los medios que en una heterorregulación. Es decir, lo mejor sería que los medios tomaran conciencia, y para eso hacen falta unos profesionales que asuman más esa responsabilidad social. Su función única no es entretener y ganar dinero, también tienen que participar en la construcción de una sociedad mejor.