El presidente cubano, Raúl Castro, descartó el domingo ante el Parlamento que «los enemigos de la Patria vayan a quedar impunes» tras su decisión de liberar a 53 opositores y subrayó la importancia de la unidad para superar las dificultades socioeconómicas.

«La Revolución puede ser generosa porque es fuerte y su fuerza reside en el apoyo mayoritario del pueblo. En consecuencia, no es vano recordar que no habrá impunidad para los enemigos de la Patria, para aquellos que intentan poner en peligro nuestra independencia», declaró Raúl Castro, que comparecía en público por vez primera desde que decidió liberar a 53 opositores, una medida que fue aplaudida por Washington y Bruselas.

«Que nadie se equivoque. La defensa de nuestras conquistas sagradas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios», añadió en la clausura de la sesión bianual del Parlamento.

Tras la liberación de un primer opositor gracias a su mediación en juno, la Iglesia católica cubana anunció a mediados de julio las liberaciones de otros 52 opositores presos desde marzo de 2003. Veinte de ellos fueron enviados al Estado español. Otro, liberado en junio, se encuentra en EEUU.

Raúl Castro también destacó que «nada ha cambiado» con la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama hace un año y medio, «aunque sí que hay menos retórica y conversaciones bilaterales ocasionales sobre temas específicos y limitados», especialmente sobre inmigración.

En el ámbito interior, reiteró que los cambios socioeconómicos se producirán «paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros», para evitar que se produzcan errores.

Raúl Castro descartó que haya «una lucha de tendencias» en el seno del Partido Comunista y destacó la importancia «de la unidad entre revolucionarios, la dirección de la Revolución y la mayoría del pueblo cubano para continuar perfeccionando el socialismo».

En este sentido, anunció que hasta el primer trimestre de 2011 se adoptarán nuevas disposiciones para las decenas de miles de trabajadores sin empleo, que serán dirigidos hacia sectores en los que la mano de obra es escasa. Junto a ello, se autorizará una extensión de la actividad privada para pequeños comercios, como la que existe actualmente para peluquerías, taxis o restaurantes familiares.

Debido a un retroceso del ingreso de divisas por una bajada del turismo, el Estado cubano busca reducir sus costes.