Lurdes Caro Capellan y Juan José Goikoetxea Miembros de la izquierda abertzale
Olazti: hechos y derechos
La incineración de residuos en Olazti está en el meollo de buena parte de los acontecimientos acaecidos esta legislatura. El hecho de que los dos últimos alcaldes fueran trabajadores de dicha empresa y las presiones que la empresa está ejerciendo en este tema han venido condicionando la vida municipal y social de Olazti
Sería muy extenso explicar uno a uno los distintos capítulos de la actual crisis institucional pero se nos antoja necesario aclarar por lo menos algunos aspectos.
Antes de la dimisión actual, en Olazti, habían dimitido tres alcaldes y numerosos concejales Pese a que algunos dirigentes de Aralar han achacado públicamente estas dimisiones a presiones, lo cierto es que «motivos personales», «motivos laborales» y «discrepancias internas con Olazti Bai y NaBai» son las razones esgrimidas para dichas dimisiones (existe documentación que lo atestigua).
En todos y cada uno de los casos la izquierda abertzale ha expresado públicamente «que dichas crisis debía solventarse en base al escrupuloso respeto a la voluntad popular, Olazti Bai ganó las elecciones y a Olazti Bai corresponde designar alcalde». Es más, tras la dimisión de Marín (por discrepancias internas), la izquierda abertzale ostentó la alcaldía de forma provisional y en precario, invitando una y otra vez a Olazti Bai a proponer candidato, proceso que se prolongó durante más de dos meses, (el plazo para convocar pleno y designar nuevo alcalde es de diez días), a la espera de que esto ocurriera.
Al final Olazti Bai presentó candidato y utilizó el artículo 182.2 para completar la corporación con personas que no estaban en las listas. En este sentido, la izquierda abertzale aceptó la fórmula pese a la negativa de NaBai a utilizarla en otras localidades, donde las listas de la izquierda abertzale fueron ilegalizadas, para que los ayuntamientos se compongan en base a la voluntad popular expresada en las urnas.
De esta forma resultó elegido alcalde y tomaron posesión los ahora dimisionarios. Su primera acción de gobierno fue realizar reuniones con Cementos Portland Valderribas referentes a la intención de dicha empresa de incinerar residuos en su planta de Olazti, saltándose los protocolos municipales aprobados. Esto generó la reapertura de esta polémica y el aumento de sus discrepancias internas, ya que existe gran división interna en torno a este tema.
La incineración de residuos en Olazti está en el meollo de buena parte de los acontecimientos acaecidos esta legislatura. El hecho de que los dos últimos alcaldes fueran trabajadores de dicha empresa y las presiones que la empresa está ejerciendo en este tema han venido condicionando la vida municipal y social de Olazti.
Sin embargo el detonante de esta situación llegó con la programación y preparación de las fiestas. La Gazte Asamblada, como lleva muchos años haciendo, tenía preparadas unas actividades alternativas, y esta programación se repartía por las casas junto con la oficial por parte del Ayuntamiento hasta ahora. Sin embargo la inclusión de una actividad contra la incineración llevó al alcalde a decidir no hacerlo con la consiguiente crítica por parte de la Gazte Asanblada.
En este sentido, de una «macarronada» alternativa al Zikiro oficial organizada por la Gazte Asamblada se desencadena todo el circo político y mediático de los últimos días.
Cabe recordar que durante la preparación de la rueda de prensa para notificar las dimisiones estuvieron presentes una parlamentaria de Aralar (Asun Fernández) y el alcalde de Irurtzun y miembro de la Ejecutiva (Txiki Iriarte). Con posterioridad varios de sus dirigentes (Jon Abril, Txentxo Jimenez y Patxi Zabaleta) acusaron a la izquierda abertzale de presiones y amenazas en Olazti, e intentaron utilizar la macarrónica escusa de las dimisiones para arremeter contra la izquierda abertzale y lo que es más preocupante, utilizar políticamente estas acusaciones para cuestionar la necesaria acumulación de fuerzas abertzales y de izquierdas que Euskal Herria necesita.
Por ello, resulta significativo que en el pleno realizado en Olazti este pasado miércoles 28 de julio, el alcalde dimisionario «no se responsabilizara de las declaraciones realizadas en los medios por la dirección de Aralar» o como resumía «Diario de Navarra», «se desmarcó de la dirección de Aralar».
La izquierda abertzale quiere superar estas situaciones y construir confianzas, alianzas y articular una mayoría social en base a las necesidades colectivas y no a intereses partidarios. Las direcciones de los partidos políticos deben desterrar de su práctica diaria la utilización interesada y falaz de los acontecimientos, salvo que en realidad la estrategia sea torpedear la acumulación de fuerzas para el cambio político y social en toda Euskal Herria.