GARA > Idatzia > Iritzia> Editoriala

Se busca estrategia ganadora sin victoria militar

Obama anunció ayer ante millares de soldados discapacitados y lisiados de guerra el fin de las operaciones de combate en Irak para finales de este mes. El anuncio-sorpresa no es tal. Ya se conocía, sirvió como argumento legitimador de la decisión de triplicar los efectivos de las operaciones en Afganistán y se produce en un contexto de parálisis en la constitución y funcionamiento de las instituciones iraquíes, que siguen sin poder formar Gobierno. Todo ello cuando en el mes de julio han vuelto a aumentar sensiblemente las víctimas civiles.

Estados Unidos sabe que estratégicamente no ha conseguido ganar la guerra. Ni ha conseguido estabilizar el régimen de la ocupación, y menos aún exportarlo a otros países de la zona. Irak, y Afganistán, se han convertido en un cepo para los ocupantes. Si se quedan, corren el riesgo de desangrarse en una guerra que no tiene victoria militar posible, algo que a nivel económico y humano supone un elevadísimo coste que no pueden seguir pagando. Y si se van, como anunció ayer Obama y como también ha programado en Afganistán, corren el riesgo de perderlo todo, pues la situación real, lejos de normalizada y estabilizada, se asienta sobre un polvorín que pronto podría explotar en forma de conflicto civil abierto entre comunidades o incluso en un conflicto regional con intervención directa de países vecinos.

La cuestión que plantea el anuncio de Obama es un viejo dilema al que muchas guerras de ocupación se han enfrentado: la conquista de la victoria política -y mediática- en una guerra que no se puede vencer militarmente. En ese sentido, Obama, mueve ficha, maquilla y reconduce estratégicamente el desastre. Irak y su gente, mientras tanto, siguen desnudos ante un futuro incierto y lleno de amenazas, con sangrientos y diarios episodios de guerra, prácticamente desmantelado e inviable como país.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo