La plataforma Berlojatzen, que agrupa a las cerca de 400 familias del barrio laudioarra de Areta afectadas por los futuros derribos originados por la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que ha ampliado el cauce del río Nerbioi para evitar las consecuencias de las cíclicas riadas, siguen movilizándose para reclamar una solución. Para octubre, según las previsiones vecinales, está previsto que la Agencia Vasca del Agua (URA) se pronuncie sobre la viabilidad de su alternativa.

Al margen de las mesas informativas que han instalado e instalarán en las fiestas de Laudio, de las fachadas de sus viviendas cuelgan pancartas en las que recuerdan «que ni se ha solucionado la problemática ni tiene visos de ser solucionada a corto plazo». «Desde las administraciones recibimos todo tipo de mensajes de buenas intenciones, que no queremos entrar a valorar -explican-, pero que se quedan en eso, mensajes. Pero en realidad, a día de hoy, estamos en el mismo punto que hace más de seis meses».

Insisten en aclarar que ningún edificio de los implicados -la conocida como «Casa Rosa», así como los inmuebles de las calles Nervión, Virgen del Carmen y Doctor Fleming- «se han salvado». La sensación que tienen desde el colectivo vecinal, en función de la información que van pudiendo obtener, «es que si se están dando pasos, son pasos hacia atrás».

La plataforma aclara que la mayoría de los afectados -lo cifran en un 85%- apuestan por quedarse en su casa y que no se produzca ningún realojo, aunque desean que se reconsidere dejar sus viviendas «fuera de ordenación». Los vecinos de Areta insisten en que su alternativa es viable y consiste en «no desarrollar la zona de Caminos Viejos, haciendo en ella un parque fluvial, tal y como fluía el agua en 1880, y de esta manera salvar todos los inmuebles».