El agente de la policía municipal de Iruñea número 46 ha sido suspendido de empleo y sueldo por robar pruebas que le autoinculpaban por un presunto delito de pornografía infantil, según fuentes internas del cuerpo policial. El área de Seguridad Ciudadana ha tardado un año en imponer medidas disciplinarias ya que los hechos ocurrieron en agosto pasado.

La sanción, calificada de «falta muy grave» en la resolución del 20 de julio, se produjo después de que robara del almacén de pruebas la tarjeta de una cámara fotográfica, con la que supuestamente filmó o fotografió a unos menores mientras se cambiaban en los vestuarios de una piscina.

El agente fue detenido a raíz de la filmación en la piscina, por el que fue denunciado. Ya en el cuartel de la Policía Municipal, se le requisó la cámara como prueba del delito. Poco después, el agente, aprovechando un descuido de sus compañeros, entró en el almacén y se llevó la tarjeta de memoria. No obstante, existe una grabación «que no deja lugar a dudas de que sustrajo la tarjeta», según indica el expediente sancionador.

De esta forma, el agente ha logrado destruir las pruebas que serían fundamentales en el procedimiento penal abierto contra él. La Ley de Policías, bajo la cual ha sido sancionado, permitía privarle del ejercicio de sus funciones hasta tres años. La alcaldesa califica el castigo de «garantía de calidad» del cuerpo.