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Maite SOROA

Resaca de detenciones

La verdad sea dicha, resulta aburrido contemplar las alharacas con que los encargados de mantener alta la moral del nacionalismo español tratan de despertar el alborozo de los suyos tras cada operación policial.

Ayer en «La Gaceta», del grupo Intereconomía, María Luisa García Franco se las prometía felices después de las detenciones de Hernani. Hasta el punto de darles valor histórico. No crean que exagero: «Durante décadas nadie en el País Vasco ha creído en la posibilidad de una derrota policial de ETA, pero la operación de la Ertzaintza que ha culminado con la detención del presunto asesino de Joseba Pagazaurtundua ha marcado de forma fulminante un antes y un después en esa percepción ciudadana. Incluso en pueblos como Hernani, donde todavía se aplaude a los asesinos y se abuchea a los policías, se ha extendido ya la sensación de que ha terminado la impunidad». Para mí que se ha dejado llevar por la euforia.

Y en medio del entusiasmo, la columnista reparte abrazos y efusiones... pero se pone una venda antes de sufrir la herida: «La detención de Gurutz Agirresarobe, quien durante siete años ha vivido con normalidad a menos de 10 kilómetros de la escena del crimen, sin miedo aparente a ser descubierto, ha sorprendido a todos. Terroristas y ciudadanos sabemos ahora que la Ertzaintza tiene en estos momentos una unidad antiterrorista eficaz y, dado que conoce a fondo el terreno que pisa, todo indica que esto puede ser el principio del fin.... Si no se dan pasos atrás en el terreno político». Ya ven que para algunas, dar pasos atrás es abordar los problemas políticos en términos políticos.

Según García Franco, «la implicación de Francia y de su Policía en la lucha contra ETA supuso un salto cualitativo en la batalla contra la banda terrorista y ahora la Ertzaintza tiene que demostrar hasta dónde puede llegar. La historia del ADN en la taza del café que tomó el asesino el día del crimen y en la boquilla donde sopló en un control de alcoholemia siete años después promete». No sé si promete, pero tiene una pinta de película...

Y aunque la felicidad le rebasa, la comentarista no las tiene todas consigo. Confía en que también el PNV apueste por «una derrota policial de la banda», pero no se queda tranquila: «Veremos qué pasa en los próximos meses». Eso ahora les preocupa. Llegará a angustiarles. Ya lo verán.

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