Olaso
Callar
Han tenido que ser centenares de hosteleros y comerciantes bilbainos los que hagan callar a Iñaki Azkuna. La seriedad de un sector beneficiado por la tarea de las comparsas y el modelo festivo popular contrasta con el discurso frívolo de un alcalde que, aunque no se atreva a decirlo en público, quisiera acabar con unas fiestas que no controla de la A a la Z. Aunque sean económica y socialmente rentables. A ver qué se le ocurre ahora.