Las conclusiones del debate en el seno de la izquierda abertzale posibilitaron primero el acuerdo estratégico con EA y posteriormente el diálogo que últimamente mantienen esas dos fuerzas con otras formaciones abertzales. Pero la influencia de la iniciativa fruto de aquel debate trascendió el ámbito abertzale, y la primera muestra palpable de ello fue el documento del presidente del PSE, Jesús Eguiguren, en el que abogaba por adoptar actitudes encaminadas a abordar la solución del conflicto, si bien Alfredo Pérez Rubalcaba y Patxi López dijeron al respecto que no tenían intención de abandonar su actual estrategia. Y ahora, inesperada pero comprensiblemente, se ha dado a conocer otro documento, en esta ocasión de Antonio Basagoiti, que insta a Patxi López a hacer «una apuesta en positivo para el final de ETA».

Resulta curioso que la iniciativa de un movimiento político al que incluso habían dado por muerto provoque tales efectos en todo el arco político. Los unionistas no son muy amigos de ese tipo de maniobras, pero esa iniciativa abertzale ha abierto un camino que lleva a un nuevo escenario político, y los unionistas temen que sus viejos discursos y recetas en ese escenario queden fuera de lugar, y sobre todo que los ciudadanos lo perciban así. Temen, como confiesa Basagoiti, aparecer como los abanderados del «no», con lo cual dejan claro quiénes son los del «sí».