La lluvia que durante la semana había estado presente en la capital alavesa dio tregua ayer para animar el día más esperado por los más txikis de Gasteiz. Era el cuarto día, y aunque muchos arrastran el cansancio desde el primero, los más pequeños no entienden de eso. Les tocaba a ellos celebrarlo a su manera. Y es que ellos también tienen derecho a sentir el txupinazo y toda la animación de las fiestas de la ciudad.

Eran las doce en punto cuando, junto con el sonido de las ampanas de la Iglesia San Miguel, Alejandro Izaga e Idoia Beitia -Celedón y Neska Txiki del año pasado- encendían la mecha que daba comienzo al día grande de los más pequeños. Y aunque muchos de ellos se asustaron con el ruido, Celedón y Neska Txiki descendiendo desde el balcón captaron su atención en cuestión de segundos.

La banda municipal acompañó la bajada entonando la conocida canción de Celedón junto a los txikis y padres reunidos en la Plaza Nueva. Pocos minutos más tarde, Aitor y Marcelina ya habían llegado al escenario que tenían preparado. Nada que ver con el paseo que Gorka Ortiz de Urbina tiene que realizar cada 4 de agosto. Ni humo de los puros ni cava, pero la misma expectación y ganas de fiesta.

Entonces se produce uno de los momentos más temidos de los protagonistas; su familia, sus amigos y cientos de personas más esperan unas palabras. Los nervios aparecen y, aunque lo lleven muy ensayado desde casa, las cuerdas vocales tiemblan, pero tanto Aitor como Marcelina superaron, ayer, y con creces, la dura prueba del escenario.

Saludó Aitor: «Kaixo, egunon guztioi» y añadió «Oso pozik gaude, begira nola dagoen plaza, jende pila bat etorri da ongi pasatzeko» Marcela, de origen brasileño, mostró también su agradecimiento. No se olvidaron de los niños que, por estar «malitos», no pudieron acudir al lugar y quisieron ofrecerles un especial saludo. Además, invitaroon a todos al «paseíllo» de las cinco y a la merendola posterior. Lo más duro del día terminaba con un «Gora Gasteiz, gora Zeledon Txiki, gora Neska Txiki, gora Alaves eta gora Baskonia» y, cómo no, con la canción de Celedón.

Ensayando desde abril

Acto seguido, el alcalde y dos concejalas hicieron un regalo a los txikis, a los que se unió Jon, que hizo de director de la Banda Municipal. Los gigantes y cabezudos, que este año tenían como invitada una «palmera» de la compañía Colla Gegantera de Valldemia, les dedicaron el baile al sono de los gaiteros, y así se dio por finalizado el acto de la Plaza Nueva. Los gigantes y kilikis amenizaron luego la mañana por las calles de Gasteiz, así como los gaiteros, los txistularis y trikitilaris que durante las fiestas se encargan de ambientar y despertar a los menos madrugadores.

Aitor, de 11 años, y Marcela, de 9, llevan ensayándolo todo desde el pasado mes de abril. De hecho, ambos se conocieron en estos ensayos. Él es de la cuadrilla de blusas Nekazariak; ella, de Los Bainas.

Lo que más cuesta preparar, dicen, es el aurresku. Ayer a las 11.30, tras la misa, dejaron claro que habían trabajado duro para que el agurra saliera sin fallos y perfecto. Tras el baile en honor a la Virgen Blanca realizaron la conocida ofrenda floral. Subidos en la escalera, gritaron «Gora gasteiz eta gora Andra Mari Zuriaren jaiak». La txaranga puso música al finalizar la ofrenda, de camino a la Plaza Nueva, para tirar el txupinazo.

Fue un acto que reunió a bastante gente, dispuesta a sacar miles de fotos de los más txikis dejando las flores. Mejor dicho, de los que se dejaban, ya que cualquier distracción valía para dejar de mirar a la cámara.

El siguiente acto al que asistieron fue el concierto que la Banda Municipal realizó para ellos en el kiosko del parque de la Florida. Ya sólo se trataba de escuchar, lo más grande había pasado y los nervios iban desapareciendo. En el «paseíllo» de las cinco se les volvía a ver, ya con cara de estar disfrutando de la fiesta, como si llevaran tiempo en ello.

El día de ayer fue redondo para todos los txikis, ya que pudieron disfrutar en diferentes lugares. Así, en el parque del Prado, al que acudieron acompañados por la Comisión de Blusas y Neskas, o en el área de la aventura, en los hinchables, los juegos, la pista de deporte, el teatro... Además, en la la Plaza de la Virgen Blanca pudieron disfrutar también del teatro de la compañía Vagalume, con la obra «Nostras Ladamus». A las ocho hicieron la vuelta desde el parque del Prado a la Plaza Nueva.

Ademas en el área de las txosnas también se instalaron hinchables y talleres.

No todo terminaba ayer. Los txikis pueden seguir disfrutando de actividades festivas preparadas para ellos, como las obras de teatro o el área del Prado, y cómo no, el torico de de fuego, todos los días a las 23.30.

A Marcela y Aitor los veremos el año que viene encendiendo el txupinazo y acordándose del día que ayer tuvieron el privilegio de vivir.