Los bancos de tierras, oportunidad para los nuevos baserritarras
Con el paso del tiempo, el sector agrario y alimentario ha perdido baserritarras. Por eso, cada vez se intentan aprovechan mejor las tierras que aún permanecen útiles para la producción agraria. Las creaciones del fondo de tierras o Aldalur son claros ejemplos de ello.
Janire MENDIETA
Agran parte de los jóvenes no les interesa trabajar en el campo. Pero los que sí quieren, tienen pocas tierras útiles para aprovechar. Por esta razón, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa mantienen proyectos con el fin de explotar mejor las tierras disponibles. A estos proyectos, además de las diputaciones, se han sumado UAGA , EHNE y Etorlur, entre otros.
En Bizkaia se creó este año el «Fondo de suelo agrario y oficina de intermediación e intervención». Evitando la especulación, su función es facilitar terreno a personas que se quieran dedicar a la agricultura. El fondo cuenta con 500 hectáreas. Asimismo, la Diputación cuenta con otras 42 hectáreas en Arrigorriaga, Abanto, Ortuella y Trapagaran. EHNE también cederá terreno para el proyecto. La Asociación de Municipios Vascos Eudel se han comprometido a fomentar la cesión de tierras entre los ayuntamientos.
Forman parte de este suelo las fincas rústicas o sus derechos cedidas para su uso, y los bienes y derechos de naturaleza rústica que la Diputación o la Comuniad Autonómia le adscribe.
Entre los objetivos del proyecto se encuentran asegurar las explotaciones agrarias, promover a los jóvenes al sector, potenciar y preservar la dimensión estructural de las explotaciones y evitar el abandono, los riesgos de incendio y daños a colindantes en algún terreno con aptitud agrícola. Una comisión determina el precio del arrendamiento anual, para que sea razonable y evitar expeculaciones. Lo recaudado se invertirá en mejorar los terrenos del banco.
Aldalur araba
En Araba el pasado mes de mayo, la Diputación y UAGA iniciaron las reuniones oportunas para crear Aldalur Araba, un organismo para gestionar los bancos de tierras.
Por el momento, la Diputación dispone de una superficie de 145 hectáreas. Parte de este suelo, se ha incorporado de inmediato, y para el resto hay que esperar a los trámites pertinentes.UAGA ha realizado dos aportaciones importantes. La primera, criterios de ponderación para adjudicar las tierras. Entre estos se encuentran la edad del agricultor, y la formación agraria. La segunda es la fijación de la renta anual. Éste propuso precios entre 90 y 120 euros para tierras de secano y entre 120 y 250 euros para las de regadío. La Diputación recibió bien la primera aportación, pero no la segunda. Aún así, el sindicato se mostró satisfecho por el proyecto.
90% de la tierra, de los baserritarras
En Gipuzkoa, además de la desaparición de explotaciones rurales, se están perdiendo terrenos disponibles. Para evitarlo, la Diputación creó en 2008 un banco de tierras. En ese momento, los baserritarras administraban más del 90% del espacio del territorio. Su objetivo era claro: que la pérdida neta del suelo agrario fuera cero y la concurrencia de la oferta y la demanda de terrenos.
Etorlur es el organismo público que gestiona el banco. Su labor es la de intermediario entre el comprador y el vendedor del terreno. Asimismo, alquila, adquiere o cede suelos para generar el merado.
Existen tres tipos de demandantes de terrenos. Los baserritarras que gestionan una explotación pero que necesitan más terrenos; jóvenes agricultores que se han formado pero que no disponen de terreno donde trabajar; y proyectos agrícola-ganaderos que necesitan suelo. Para conseguir este tipo de personas, Etorlur trabaja con Itsasmendikoi (sociedad pública del Gobierno de Lakua) y su programa Gaztenek, las asociaciones de desarrollo rural, las oficinas comarcales agrarias dependientes de la Diputación, las asociaciones sectoriales, los sindicatos agrarios y las entidades locales.
Las fuentes para adquirir el suelo se dividen en cinco grupos. Los propietarios no baserritarras (cada vez más), los baserritarras que están a punto de dejar su actividad (ya sea por jubilación o porque vayan a trabajar en otro sector), la del suelo público (más fácil de gestionar), el suelo de grandes infraestructuras (expropiaciones, vertederos,...) y el suelo del monte forestal (público o privado).
En Urola Kosta también se planea aprovechar el terreno al máximo. Ya hay un informe presentado que pretende obtener información sobre las explotaciones de la comarca con el fin de «poder dar tierras a los baserritarras que así lo requieran o viceversa, que los que no puedan seguir trabajando esas tierras, puedan ofrecérselas a otros. Se trata de planificar con qué tierras podremos contar de aquí a 15 años. En definitiva, identificar esas tierras para poder llevar a cabo una gestión adecuada», explica Xabier Arruti, el responsable del proyecto.
Para llevarlo a cabo, se realizarán encuestas en los baserris, salvo en los que se trabaje la silvicultura. Los criterios que se utilizaran serán que se trabajen más de cinco hectáreas y que se conforme una unidad de trabajo agrario (UTA), es decir, 1.920 horas al año como mínimo. Janire MENDIETA