Aunque restan tres semanas para que los resultados valgan puntos, la pretemporada de la Real resulta, cuando menos, alentadora. A nivel de marcadores -tres victorias y un empate en cuatro amistosos- y a nivel de sensaciones, si cabe más importantes a estas alturas.

El cuarto bolo veraniego, con el que se despiden del stage austríaco, llevó a los blanquiazules a Sankt Veit para enfrentarse con el Bochum, recién descendido a la Segunda División alemana. Y aunque el partido no pudo arrancar peor -gol de Chong Tae Se nada más empezar-, el regusto general volvió a ser positivo. Sobre todo porque el buen partido se completó ante un rival de cierto nivel y que está a punto de comenzar la Liga.

El equipo -en el que, tal y como se esperaba, se estrenó Tamudo a un cuarto de hora del final- se mostró ambicioso y las ocasiones se sucedieron. Las más claras fueron para Sutil, que primero estrelló en la cruceta un lanzamiento de falta y después en el cuerpo de Heerwagen una bonita jugada de equipo. La definitiva, para Prieto, con un gol que llevó la firma de la casa. Y es que el donostiarra se acordó de Panenka a la hora de transformar el penalti que establecía el definitivo empate a uno. Que pudo ser mejor, pero a Viguera también le estropeó la tarde la madera, repeliendo su vaselina.

A Zubieta

Finalizado el amistoso, toca empaquetar. Los txuriurdines regresan hoy a casa, para seguir con su trabajo en las instalaciones de Zubieta.