Huelga de hambre y sed en la cárcel de moulins
Alertan del estado de los presos Abaunza y Geresta en Moulins
El trato de los carceleros a los vascos que se encuentran en la prisión francesa de Moulins llevó a Ander Geresta y Jabi Abaunza a iniciar una huelga de hambre y sed que cumple hoy su undécimo día. A falta de datos exactos sobre su situación, se sabe que el primero ha perdido quince kilos y al segundo le comienza a fallar el riñón. Las advertencias médicas son claras: «Más de una semana sin ingerir agua es peligro de muerte».
Oihana LLORENTE | DONOSTIA
Los presos políticos vascos Jabi Abaunza y Ander Geresta cumplen hoy su undécimo día en huelga de hambre y sed para hacer frente a los cacheos vejatorios a los que están siendo sometidos en la cárcel francesa de Moulins-Yzeure. Allegados destacan que en el caso de Abaunza no consta que le hayan inyectado suero, por lo que se podría encontrar en peligro grave de fallo renal.
Las noticias que llegan desde la prisión no son alentadoras. Los dos presos vascos telefonearon ayer a sus respectivas familias, a las que le dieron algunos apuntes de su situación. Geresta informó de que ha perdido quince kilos de peso en lo que lleva de protesta, mientras que Abaunza alertó de que la concentración de glucosa en sangre es muy alta y que le empieza a fallar el riñón.
La madre de Geresta, Lourdes Auzmendi, relató GARA la conversación mantenida con su hijo en la tarde de ayer. Aseguró que pese a haber perdido mucho peso lo encontró «animado». «Nos pidió que estuviéramos tranquilos», apunta.
Cuando transcurrieron cinco días de ayuno y huelga de sed, el estado de salud de Geresta hizo que fuera trasladado al hospital, donde, según indicó el propio preso a su madre, le administraron una bolsa de glucosa y otra que supone que sería de suero. Explicó que mientras le inyectaban estas soluciones se quedó dormido y que cuando se despertó se encontró con las piernas y los brazos esposados.
Los policías que lo custodiaban le amenazaron con mantenerlo de esa manera si seguía en el hospital. Geresta volvió a la prisión, donde exigió al médico que la próxima vez que lo trasladen a un hospital «lo traten como a un ser humano».
El caso de Jabi Abaunza es más grave si cabe. A sus allegados no les consta que le hayan administrado ni suero ni glucosa, y advierten de que ni siquiera creen que haya sido trasladado al hospital. Marije Abaunza, hermana del preso gernikarra, también informó a GARA de los datos de que disponen. Detalló que en la llamada telefónica de ayer lo encontró «muy cansado y débil».
Al igual que ocurre con Geresta, Abaunza tiene muy limitados los minutos para comunicarse por teléfono con sus allegados, por lo que la información que ofreció ayer fue muy escueta y no se conocen los kilos que ha perdido.
El médico de la cárcel, viendo la gravedad de la situación, practicó el lunes una primera analítica a ambos presos. Ayer les entregaron los resultados, en los que se observa la concentración de glucosa en sangre en el caso de Abaunza.
El trato vejatorio al que son sometidos no ha cesado desde que emprendieron la protesta, el fin de semana pasado. A la vuelta de la visita, Abaunza volvió a ser obligado a desnudarse e intentaron practicarle un examen anal. Pese a todo, Marije asegura que su hermano no «va a rendirse».
Sus familiares desconocen la situación exacta de sus seres queridos debido a la escasa información que reciben. Se encuentran a la espera de una nueva llamada que los tranquilice, así como de la visita que la abogada de los dos presos prevé realizar hoy. Empleará el viaje hasta Moulins para hablar también con el director de la prisión y alertarle del riesgo que sufren estos dos ciudadanos vascos.
Inma Agirre, facultativa consultada por GARA, alerta de que la falta de agua daña el riñón en primer lugar. «Pasados seis o siete días sin ingerir agua, el riñón deja de funcionar», explica. Alerta además de que este fallo renal puede convertirse en un fallo generalizado del organismo y provocar la muerte.
No duda en calificar de «muy grave» la situación que pueden estar viviendo estos ciudadanos vascos encarcelados en Moulins-Yzeure, y asegura que desarrollar una huelga de hambre y sed siempre supone «poner en riesgo su vida».
Geresta y Abaunza emprendieron la huelga de hambre y sed el 31 de julio con objeto de hacer frente a los cacheos vejatorios que a los que están sido sometidos en las últimas semanas en la central francesa de Moulins-Yzeure.
El organismo antirrepresivo indicó que durante los fines de semana de julio, cuando los presos vascos se disponían a acudir a los locutorios para celebrar las visitas o volvían a sus celdas tras realizarlas, eran objeto de «tratos degradantes». En concreto, los servicios penitenciarios obligan a los ciudadanos a someterse, tanto antes como después de las comunicaciones, a «cacheos vejatorios», exigiéndoles incluso que se desprendan de toda su ropa y se agachen para proceder a un examen anal. Los funcionarios, además, han planteado esta exigencia sólo a presos políticos vascos y de forma totalmente arbitraria.
Presión desde sus pueblos
El sábado 31 de julio, el gernikarra Jabi Abaunza, tras haber sido conminado a someterse al cacheo degradante, reclamó su derecho a «no ser sometido a malos tratos». Las represalias no se hicieron esperar y los cuatro ciudadanos vascos encarcelados en este penal fueron conducidos al mitard, el módulo de aislamiento.
Fue entonces cuando él y Geresta decidieron iniciar la huelga de hambre y de sed, que cumple hoy su undécima jornada. Ismael Berasategi e Iñaki Lizundia, los otros dos presos vascos que se encuentran en Moulins-Yzeure según informó el movimiento pro-amnistía, no pueden entrar en huelga de hambre debido a su estado de salud y al tratamiento médico al que están sometidos.
El pasado jueves, cuando ya habían transcurrido cinco días sin que Abaunza y Geresta ingirieran alimento ni líquido alguno, representantes de los ayuntamientos de Zizurkil y Gernika, de donde son naturales estos presos, se comunicaron por vía telefónica con el director de la cárcel de Moulins-Yzeure, con objeto de solicitarle que deje a un lado estas prácticas.
El director de la cárcel, sin embargo, les respondió que «por desnudar a los presos no se incumple ninguna ley» y aseguró que no se toma ningún tipo de medida especial hacia los presos políticos vascos.
Al igual que estos representantes institucionales, numerosos vecinos han enviado cartas al director de la prisión. Asimismo, todas las tardes tanto en Zizurkil como en Gernika exigen el fin de estos cacheos y el respeto de los derechos de los presos políticos vascos. En la localidad vizcaina se movilizaron ayer tarde 66 personas, y 80 lo hicieron en Zizurkil.
1992
Es detenido en Uruguay, junto a otras 28 personas, situación que levantó una inmensa ola de solidaridad y costó la vida a dos jóvenes en la represión policial.
1995
Ibañez es extraditado desde Uruguay al Estado español y juzgado en la Audiencia Nacional, pero queda absuelto por la ausencia de pruebas.
marzo de 2007
Se le detiene de nuevo en el aeropuerto de París, en aplicación de una euroorden dictada por el juez Garzón. Cuenta con un pasaporte legal en regla.
octubre de 2007
El Tribunal de París da luz verde a la extradición de Mikel Ibañez. Cuatro meses después, en febrero de 2008 el elgoibartarra es entregado al Estado español.
junio de 2008
El 12 de junio de 2008, el entonces juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón le impone la prisión atenuada a causa del cáncer que padece.
julio de 2010
Tras permanecer dos años preso en su casa, y pese a encontrase aún aquejado de cáncer, la Audiencia Nacional española decreta su vuelta a prisión.
Mikel Ibañez continúa aquejado de cáncer y acaba de sufrir un ataque de miocardio que lo ha obligado a permanecer ingresado en el hospital del 16 al 26 de julio. Pese a todo ello, y a que los médicos cifran su incapacidad física en un 80%, se encuentra desde ayer preso de nuevo en la cárcel de Martutene. Este vecino de Elgoibar llevaba más de dos años sin salir de casa después de que la Audiencia Nacional española aceptara aplicar el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario debido a su grave e incurable enfermedad y abandonara la cárcel.
En mayo, tras más de veinte meses sin tocar la calle más que para acudir al médico, Ibañez solicitó mediante su letrado un permiso con el que poder salir durante un par de horas al día y pasear, según la recomendación médica. Tras la petición formalizada por su abogado, un médico forense de la Audiencia Nacional española acudió al domicilio de Ibañez para reconocerle. Éste concluye el informe subrayando los beneficios que otorgaría al enfermo andar a diario.
Aiert Larrarte, letrado de Ibañez, aclaró a GARA que el informe médico presentado por el forense al tribunal especial sólo hace referencia a los beneficios que le acarrearía andar y ni siquiera hace mención al historial clínico de Ibañez.
El fiscal de la Audiencia Nacional española, al recibir el informe, decidió que Ibañez, en vez de andar por la calle, podía hacerlo en una cinta transportadora, por lo que solicitó de nuevo su ingreso en prisión en un plazo de diez días. Larrarte indica que, nada más conocer esta petición, interpuso un recurso y exigió a su vez que mientras no se resuelva este recurso, no se haga efectivo el ingreso en prisión de su cliente.
Pese a no recibir respuesta alguna del tribunal especial, ayer, día en el que se agotaba el plazo, la Ertzaintza se personó por la mañana de ayer en el domicilio de Ibañez y lo trasladó hasta la cárcel de Martutene.
Su abogado espera ahora la respuesta del tribunal especial y desea que ésta llegue cuanto antes, porque teme que el ingreso en prisión afecte a la salud del elgoibartarra. Asegura que su estado sigue siendo grave e insiste en que han sido enviados diversos informes que así lo corroboran. Larrarte remarcó que Mikel Ibañez se encuentra encarcelado de forma preventiva y que su situación está recurrida en el Tribunal Constitucional.
Ibañez fue apresado en marzo de 2007 en el aeropuerto Roissy-Charles De Gaulle de París, cuando viajaba desde Uruguay. Casi un año después, en febrero de 2008, fue puesto en manos del Estado español en aplicación de una euroorden dictada por el juez español Baltasar Garzón. Para entonces sus allegados ya alertaban de su grave estado de salud.
Al preso político elgoibartarra le encontraron un tumor en el testículo izquierdo, del cual fue intervenido en el hospital madrileño de Gregorio Marañón en mayo de 2008. Al día siguiente de la intervención, sin embargo, fue dado de alta y enviado a prisión, lo que provocó que su salud empeorara, y fuera ingresado de nuevo.
Oihana LLORENTE