Hayrbyar Marri | Líder independentista baluche
«Pakistán no ha ganado una sola guerra, sólo ha sabido ser brutal con los pueblos bajo su bota»
Karlos ZURUTUZA |
Hayrbyar Marri habla de forma pausada y hierática, mirando fijamente a los ojos de su interlocutor. Si bien puede resultar algo incómodo al principio, no se trata tanto de una actitud desafiante, sino más bien de una gesto perfectamente acorde a la norma tradicional baluche. No en vano, antes de comenzar la entrevista en exclusiva con GARA le hemos visto sonreír tras informarnos de su reciente paternidad, y lamentar no tener consigo cierto ejemplar de «The New York Times»; aquél que anunciara la declaración de independencia de su tierra hace hoy 63 años.
Se cumplen 63 años de la declaración de independencia de Baluchistán (bajo control paquistaní). ¿Hay motivos para celebrar?
Nuestro pueblo fue independiente durante siete meses hasta que fue ocupado por Pakistán en marzo de 1948. Desde entonces somos víctimas de un genocidio a cámara lenta, un proceso de exterminación en el que nuestra lengua, cultura e identidad corren peligro de extinguirse. Si a eso le añadimos que estamos divididos por tres países (Irán, Afganistán y Pakistán), hablamos de un pueblo que lucha por su mera supervivencia.
Islamabad y Teherán aseguran que son los propios líderes tribales baluches los responsables del subdesarrollo en la región. ¿Cuál es su opinión?
Es la vieja retórica de siempre, la de que los baluches son «una sociedad tribal que se opone al progreso». Pero, ¿de qué desarrollo hablamos?, ¿a qué coste?; ¿es bombardear aldeas baluches y provocar miles de muertos, desaparecidos y desplazados la manera de llevar el progreso a nuestra región? Pakistán expolia el 90% de la riqueza de nuestra tierra, todavía hay familias cocinando con leña y estiércol sobre bolsas de gas que alimentan las cocinas de Punyab. Ésa, y no otra, es la realidad de nuestro pueblo.
Sin embargo, Zardari (el presidente de Pakistán) ha admitido dejación en Baluchistán y prometido medidas para subsanar dicha situación, ¿no es así?
Le voy a poner dos ejemplos muy conocidos: tanto Washington como Londres están invirtiendo enormes sumas dinero en la reconstrucción de Irak y Afganistán. Es innegable que han invadido ambos países pero, al mismo tiempo, se han dado un plazo de retirada. En nuestro caso, la ocupación corre de la mano de Pakistán quien, lamentablemente, no tiene ninguna intención de retirarse. Por otra parte, Islamabad intenta «comprarnos» con limosnas como trabajos en minas de carbón o plantas de gas. Desgraciadamente, la gente no se da cuenta de que ese gas, todos esos recursos, les pertenecen a ellos mismos.
Coaliciones baluches como el BNP (Partido Nacional Baluche) reivindican la autodeterminación de su pueblo, algo a lo que usted se ha opuesto siempre rotundamente. ¿Por qué?
La política parlamentaria del BNP no es más que otra forma de colaboración con un Estado que nos oprime. El simple hecho de reclamar la autodeterminación justifica la ocupación ilegal de nuestro pueblo por parte de Pakistán. La autodeterminación sólo sería un camino válido si Baluchistán se hubiera integrado por voluntad propia en Pakistán, y no fue así. Es imposible cambiar nada a través de la política parlamentaria ya que nuestra representación en Islamabad es mínima y el país está controlado por el Ejército y los servicios secretos.
¿Estaría dispuesto a negociar con Islamabad en algún supuesto?
Si el pueblo baluche me erigiera como su interlocutor, sólo lo haría bajo una única premisa: la retirada incondicional de las fuerzas de ocupación en Baluchistán. En ningún caso se trataría de una negociación política. Se me acusa siempre de apoyar la lucha armada cuando lo único que hago es reivindicar el derecho de mi pueblo a defenderse.
Pero Pakistán tiene 600.000 soldados apoyados por una poderosa maquinaria de guerra...
Cuando muere un baluche en combate siento dolor pero nunca pienso que ha sido en vano. Gracias a ellos, nuestro pueblo es cada vez más consciente de su propia identidad. La insurgencia está tomando cuerpo en regiones, como Makran (al sur de Baluchistán), lugares en los que nunca antes se habían producido levantamientos.
Por otro lado, todos hemos sido testigos de cómo pueblos más pequeños que el nuestro han conseguido la libertad. Creo que no es tanto el poder del enemigo como la legitimidad de nuestra lucha. Se nos ha privado de todos nuestros derechos durante más de 60 años dentro de un «Estado para los musulmanes» construido artificialmente en 1947. ¿Hay algo más absurdo que eso? Existen decenas de países musulmanes en el mundo, ¿por qué no se integran todos en Pakistán? Lo cierto es que un Estado tan corrupto, que sobrevive exclusivamente de la ayuda internacional, no puede perpetuarse en el tiempo, antes o después ha de desmoronarse. Pakistán no ha ganado ni una sola de sus guerras, sólo ha sabido ser brutal con los pueblos bajo su bota. En cualquier caso, yo no busco la desintegración de Pakistán sino la independencia de mi pueblo.
Ciertos sectores denuncian una supuesta «talibanización» de Baluchistán a manos de Islamabad. ¿Qué cree usted?
Es una faceta más del proceso de asimilación a la que estamos sometidos. Su objetivo es diluir nuestra propia identidad nacional a través de las doctrinas deobandíes patrocinadas por Arabia Saudí y Pakistán. Afortunadamente, los baluches somos, y hemos sido siempre, musulmanes moderados muy lejos del integrismo que Islamabad intenta enraizar en Baluchistán cómo ha hecho en Afganistán. Pero el peligro está ahí. Si hoy resulta casi imposible controlar regiones tan pequeñas como Swat o Waziristán, imagínese las dimensiones del desastre si los talibán lograran extenderse por Baluchis- tán, que ocupa más del 40% de la superficie de Pakistán.
Ya que lo menciona, ¿en qué medida está ligado el futuro de los baluches al de Afganistán?
El problema es que hoy toda la región está infestada de grupos yihadistas controlados por Pakistán. Si Islamabad consigue completar su agenda en Afganistán las consecuencias serán nefastas, y no sólo para los baluches sino también para Occidente. Durante la Guerra Fría, Pakistán se alineó con Occidente y fue pieza clave en episodios como la lucha contra los soviéticos en Afganistán. A nadie le importó entonces nuestro sufrimiento y, desgraciadamente, parece que la tónica sigue siendo la misma. Llevamos décadas sufriendo esta agresión sin que nadie nos escuche. Musharraf y sus generales, entre otros, deberían ser juzgados por «crímenes contra la humanidad» por tribunales internacionales. Es más, la comunidad internacional debería reconocer nuestra lucha legítima contra la ocupación ilegal y actuar en consecuencia antes de que sea demasiado tarde.
Muchos baluches creen que la ONU puede jugar un papel crucial en la persecución de los crímenes que menciona. ¿Y usted?
Sin duda, pero la ONU ha de cambiar, ya que pueblos sin Estado como los tamiles, los kurdos, nosotros, o ustedes mismos, los vascos, no tenemos voz allí. Pakistán ocupa Baluchistán y, automáticamente, éste es considerado como parte legal del país. Es injusto que la ONU reconozca la legitimidad de un Estado que sometió a todo un pueblo a punta de pistola hace ya más de seis décadas.
«Es injusto que la ONU reconozca la legitimidad de un Estado que sometió a todo un pueblo a punta de pistola hace ya más de seis décadas»
«Se me acusa siempre de apoyar la lucha armada cuando lo único que hago es reivindicar el derecho de mi pueblo a defenderse»