CRÓNICA Aniversario de la comparsa de Iruñea
Bailando mazurcas en la ciudadela como hace 150 años
La comparsa de gigantes y cabezudos sigue festejando su 150 cumpleaños. Ayer, 44 personas aprendieron a manejarse con los bailes populares de la década de 1860, cuando el agote Tadeo Amorena sacó del taller por primera vez sus creaciones.
Aritz INTXUSTA
Había tres mujeres para cada hombre, así que las parejas se formaron como bien se pudo. En total, 44 personas se animaron ayer a aprender los bailes más populares de la época en que los gigantes salieron a la calle por primera vez. «Eran bailes sencillos, pensados para estar horas y horas dando vueltas», explica el profesor de baile Patxi Laborda, del Aiko Taldea.
Los estilos que se bailaron fueron, principalmente, polcas, mazurcas, pasodobles, vals y chotis. Se trata de nuevos estilos que llegaban de Europa y que fueron cogidos con entusiasmo por el pueblo llano. «En aquella época apenas había contacto físico. Así que `el agarrao' les encantó. En las altas esferas y, sobre todo, en el clero, no cayeron tan bien estas modas», afirma Laborda.
Todos estos nuevos estilos llegaron como bailes de salón, muy formales, pero enseguida se hicieron un hueco en las plazas durante las fiestas. La gran mayoría de ellos, según explica el profesor, no llegaba directamente de su lugar originario, sino que se importaban desde París, con algunos adornos que se les practicaban en la capital del Estado francés.
Aunque Escocia se disputa con Alemania la invención del chotis, lo cierto es que la propia palabra chotis es una alteración de su nombre original Scottish, escocés. El vals viene de Austria, la mazurca, de Polonia y la polca de la Bohemia, sin embargo sus ritmos se mantienen en la tradición de Euskal Herria. «La entrada al paseo de Cortes es un chotis, mientras que la entrada en Otsagabia se hace a ritmo de Polca. La mazurca nos la encontramos en la clásica `Markosek egin eban'», dice el profesor de baile, que recuerda además que los gigantes de Iruñea se mueven a ritmo de vals.
A pesar de todo, estos estilos quedaron marginados a partir de 1939, después del golpe de Estado de Franco. Al parecer, las letras del pasodoble (que no se sabe si tienen origen militar o taurino) cuajaban mejor con la ideología del régimen y muchos han olvidado cómo se bailan y hasta cómo suenan.
Laborda pertenece a Aiko Taldea, que pretende «recuperar las danzas más sencillas, las que son para todos los públicos. Se puede bailar sin excesivo talento una jota con tan sólo tres pasos. Los bailes populares no pueden acabar siendo complicados o elitistas, porque, al fin y al cabo, son para divertirse».