CRÓNICA Barricada, en Zarautz
Otra gran noche de rock&roll
Los componentes de Barricada ya lo habían avisado y así fue: «Una gran noche de rock&roll». Miles de personas se dieron cita la noche del pasado sábado en Zarautz para gozar durante más de tres horas del presente y el pasado de la banda de la Txantrea.
Koldo OTAMENDI
Después de que el Servicio de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, prohibiera la celebración del concierto en la zona conocida como Desertu Txikia, en la playa, como estaba previsto inicialmente, Barricada actuó en Zarautz delante de miles de personas que no quisieron perderse el espectáculo organizado por el club de rugby. Así, con nueva ubicación y en el mismo terreno de juego donde juega el equipo, Barricada ofreció una gran lección de cómo se hace el rock & roll.
Cuando apenas pasaban diez minutos de la hora establecida, salieron a escena Enrique Villarreal, El Drogas; Alfredo Piedrafita; Francisco Javier Hernández, Boni; e Ibon Sagarna, Ibi. El concierto comenzó con «Desfilan», la primera canción del último disco de estudio de los de la Txantrea: «La tierra esta sorda». En la primera parte del espectáculo, los cuatro Barricada salieron acompañados de Iker Piedrafita, hijo de Alfredo, productor del disco y parte importante de la nueva dirección de la banda navarra. Cantó, hizo coros, tocó la guitarra, el bajo y hasta los teclados. Como ya habían anunciado, tocaron todas las canciones de «La tierra esta sorda», trabajo discográfico, acompañado con un libro y donde se desentierran historias de la Guerra Civil. El Drogas ejerció de portavoz y explicó las canciones una por una: «Sotanas», «22 de Mayo», «Los Cuervos», «Casas Viejas»... así hasta las dieciocho canciones que componen el álbum. La primera parte del concierto acabó con «Una lágrima en el suelo» interpretado totalmente a oscuras por problemas de iluminación.
Canciones míticas
La segunda parte arrancó con una intro y con los acordes de «Sean bienvenidos». Tras ella, sin apenas tiempo para un respiro, sonaron «Rojo», «Todos mirando» y «Contra la pared». Los Barricada, mucho más enérgicos que en la primera parte del concierto y ya en formato cuarteto, parecían motivados y dispuestos a sudar la camiseta. Un, dos, tres, fuego... y sonaron los acordes de «Objetivo a rendir», esta vez con el Boni como voz principal y con El Drogas deambulando de lado a lado del escenario.
Uno de los momentos mas esperados era la participación de Gorka Urbizu, de Berri Txarrak. Habían anunciado que cantaría la «Mañana será igual», traducida para su versión en euskara en «Bihar berdin izanen da». Y así, apareció de un lateral el escenario con una guitarra con forma de flecha el cantante de Lekunberri. No obstante, la primera canción en caer fue «Barrio Conflictivo». Y, acto seguido sonó «Bihar berdin izanen da», con Gorka a la voz y los Barri haciendo coros. Sin duda, uno de los momentos más intensos de la noche.
Como no podía ser de otra forma, hubo mención a la prohibición de realizar el concierto en la zona de Desertu Txikia, y El Drogas agradeció el importante esfuerzo del Club de Rugby Zarauztarra para reorganizarlo todo en tan pocos días. La noche avanzaba y cayeron «Víctima», «Rojo», «Todos mirando», «Contra la pared», «En blanco y negro», «Písale», «Tan fácil», «A toda velocidad», «Okupacion», «Lentejuelas»... Así, hasta más de veinte temas.
Tras el primer adiós, llegaron los vises. Un set de cuatro canciones que comenzó con «Oveja negra», para continuar con «No hay Tregua» y «Esta noche...». Si bien durante todo el concierto la implicación del público fue absoluta, al llegar al final aumentó si cabe aún más, e incluso los Barri bajaron el volúmen de los instrumentos, para dar por momentos todo el protagonismo al publico. El bolo acabó con una de las canciones mas carismáticas de la banda: «La silla eléctrica».
Una vez mas, los Barricada demostraron con creces que son una gran banda de rock&roll. Historia, trayectoria, presente y futuro de unos Barri que siguen siendo unos animales calientes bajo los focos. Mientras tanto, la cartelera del cine sigue siendo tan aburrida como siempre. Y mañana, será igual.