ANÁLISIs POLÍTICA ESTADOUNIDENSE
Kennedy y Obama: medio siglo de distancia pero un mar de coincidencias
Obama ha calcado la política de Coexistencia Pacífica de Kennedy, aparcando el proyecto de escudo antimisiles. Este movimiento escondería una jugada maquiavélica que intentaría convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y la estabilidad mundiales
Germán GORRAIZ LÓPEZ ALAI-AMLATINA
Obama basó su propaganda electoral en el uso de la plataforma multimedia (básicamente el portal Youtube y sus apariciones en horario prime de televisión repitiendo hasta la extenuación el pegadizo lema «Yes, We Can»), apoyado en la exuberante liquidez monetaria conseguida mediante cuestaciones populares en Internet y aportaciones de empresas y corporaciones privadas. Emuló así el famoso debate televisivo Kennedy-Nixon de 1960 en el que 70 millones de espectadores presenciaron el primer duelo presidencial televisado en la historia de los EEUU, debate que marcaría el inicio del uso de los medios audiovisuales por parte de los candidatos presidenciales para suplir la inexistencia de programa electoral alguno o, simplemente, su desconocimiento por parte de los electores.
Rasgos políticos
La llegada a la Casa Blanca de ambos estuvo marcada por la recepción de manos de la CIA de «regalos envenenados» bajo la envoltura de la prisión de Guantánamo y el proyecto de invasión de la Bahía de Cochinos: Obama firmó la Orden Ejecutiva para cerrar Guantánamo en un año, pero sus asesores buscan ahora los mecanismos legales para finiquitar un espacio virtual fruto de la ingeniería jurídica del Comité de Guerra (nombre en clave del selecto grupo de juristas y asesores que trabajaron a las órdenes de la Troika formada por Donald Rumsfeld, Michael Hayden y Dick Cheney, verdaderos detentores del poder durante el nefasto mandato de George W. Bush).
Sin embargo, el enmarañado proceso legal podría retardar el fin de dicho «limbo jurídico», rememorando el plan de la CIA durante la Administración de Eisenhower para derrocar al régimen de Fidel Castro y la posterior y fallida invasión de la Bahía de Cochinos por Kennedy (abril, 1961).
Inexperiencia política
Coincide además en ambos una acusada inexperiencia política visible en actos como la decisión de Obama de desclasificar documentos secretos que involucran a la CIA en técnicas de interrogatorio basadas en la tortura y que le habría granjeado la peligrosa enemistad de la Troika formada por el jefe del Pentágono, el director de la CIA y el vicepresidente en la era Bush. Este episodio hace revivir el craso error de cálculo de los hermanos Kennedy al menospreciar como rival al fundador del FBI, John Edgar Hoover, y al enfrentarse abiertamente a su poder omnímodo, por lo que no sería descartable la gestación de una trama endógena que podría terminar por reeditar el magnicidio de Texas (Kennedy, 1963).
John Fitzgerald Kennedy y Barack Obama eligieron como vicepresidentes a senadores con contratada experiencia (Lyndon B. Johnson y Joe Biden), encargados de asumir la presidencia en caso de desaparición del presidente El caso de Johnson es conocido. Triunfó en posteriores elecciones presidenciales, condenando de paso al ostracismo político al Partido Republicano inmerso en luchas intestinas y lastrado por la nefasta gestión de sus antecesores y haciendo cristalizar las iniciativas inconclusas de su predecesor.
Política doméstica
Recuperación del espíritu del New Frontier kennedyano, plasmado en el utópico Programa de Obama de destinar ingentes fondos federales para la mejora de la Educación, la ampliación de la cobertura de la Sanidad Pública y la ampliación de la cobertura del desempleo a ocho millones de nuevos parados, pero que serán postergados sine die o nacerán descafeinados tras su tramitación parlamentaria al ser claramente onerosos para el erario público (costarían unos 127.000 millones de dólares) y estar sumido el país en una aguda recesión económica. Ello hace previsible el retraso sine die del proyecto de ley sobre Inmigración, que buscaría una mayor igualdad y protección tanto para los nacidos en el país como para los que obtengan el derecho de residencia, pero que quedará postergado y deberá ser presentado por su sucesor, rememorando la «Ley sobre Inmigración y nacionalidad» promovida por Edward Kennedy (1965), hermano del presidente muerto en atentado.
Estancamiento económico
La crisis global que ha afectado duramente a EEUU recuerda el inicio del mandato de Kennedy, con la nación inmersa en una crisis de la que eran exponente los cinco millones de parados y el déficit presupuestario originado por los gastos militares de la Administración anterior.
Ambos aplicarán medidas keynesianas como bálsamo ante la crisis económica, como programas de especialización para obreros en paro, viviendas y ayudas a zonas afectadas por la depresión económica y subida del salario mínimo y reducción de impuestos para favorecer el consumo interno (uno de los tradicionales motores de la economía de EEUU que representa más de la mitad del PIB), pero resultan claramente insuficientes y favorecen en la mayoría de los casos a las clases altas.
Finalmente, asistiríamos a la progresiva desaparición de las clases medias y la consiguiente agudización de la fractura social del país, quedando obligadas amplias capas de la población (especialmente negros e hispanos) a depender en exclusiva de los subsidios sociales y a vivir en umbrales de pobreza (el programa de cupones para desempleados estaría alcanzando cifras récord con 36,5 millones de personas inscritas en comparación a los 29,4 millones que recibían esta ayuda mensual en 2008), lo que unido al renacer de sentimientos xenófobos en los estados sureños dará lugar a la aparición de líderes pacifistas negros que podrían revivir la gran marcha sobre Wa-shington (Martin Luther King, 1963) y de nuevos líderes como Jeremías Wright, que con sus soflamas incendiarias podrían terminar por reeditar los disturbios raciales del verano de 1963.
Política exterior
Obama ha calcado la política de Coexistencia Pacífica de Kennedy. Ha aparcado el proyecto del escudo antimisiles (NDM), sustituyéndolo por «un nuevo sistema de defensa antimisil móvil», pero este movimiento escondería una jugada maquiavélica que intentaría convertir a Rusia en colaborador necesario en la salvaguarda de la paz y estabilidad mundiales.
La decisión de Obama de vender nuevas partidas de armamento a Taiwán (proyecto aprobado por Bush) o la reunión privada con el Dalai Lama intentarían presionar a Pekín para conseguir su apoyo en la ONU contra Irán, (presiones que han conseguido su objetivo al ser China el mayor acreedor de EEUU y totalmente dolardependiente), con lo que podríamos asistir en un futuro inmediato a la entronización de la geopolítica interpares basada en la troika EEUU-Rusia-China.
Dicha Troika lograría descabezar al BRIC (Brasil, Rusia, India y China), que últimamente habían intensificado su cooperación. No hay que olvidar que, juntos, tendrían el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que el del actual G-8 (se estima que en el horizonte de 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 billones de dólares). La consolidación de la troika Washington-Pekín-Moscú dejaría así a la UE, India y Brasil como convidados de piedra.
Enfriamiento con Israel
A pesar de contar Kennedy con el apoyo explícito del lobby sionista para lograr su elección presidencial (recibió ingente ayuda económica y el 80% del voto judío), y tras garantizar el tradicional apoyo incondicional de EEUU y autorizar la primera gran venta de armamento a Israel en 1963, su mandato se caracterizó por un enfriamiento de sus relaciones con el primer ministro israelí, Ben Gurion.
En el caso de Obama y tras las acusaciones árabes de complicidad con Israel en la «operación Plomo Fundido» contra Gaza y de un deslizamiento del Gobierno de EEUU hacia posiciones prosionistas por la pertenencia al lobby judío de su Gabinete, se verá obligado a implicarse activamente en la apertura de un nuevo proceso de paz en Oriente Próximo con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino (previo reconocimiento del Estado israelí por parte palestina).
Doble vía en Latinoamérica
Aplicación de la «doble vía» kennedyana en su relación con los países de Iberoamérica: Obama se verá obligado a prestar una atención especial al tradicionalmente considerado patio trasero de EEUU, para intentar frenar la expansión de la influencia rusa en Latinoamérica tras la firma por parte de Raúl Castro y Dimitri Medvedev del Pacto por la Amistad y Cooperación aprovechando la miopía política de una Administración Bush obsesionada con el «Eje del Mal», reviviendo el pacto secreto firmado por Fidel Castro y Jruschov (Moscú, 1960), y que daría lugar a la Crisis de los Misiles.
EEUU procedería a tejer alianzas con los países ideológicamente afines conjugándolas con intentos de desestabilización de los gobiernos de corte progresista (Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela).
Irak versus Laos
Gradual retirada de tropas de Irak que deberá esperar a 2011 para su culminación e inicio de un posterior y complejo proceso de reparto de las áreas de influencia entre Turquía, Siria, Arabia Saudí e Irán, hasta desembocar en un gobierno de coalición integrado por kurdos, suníes y chiítas, reeditando la Conferencia de Ginebra de 1961 y la posterior salida de tropas y constitución de un gobierno de coalición en Laos( 1962).
Afganistán, nuevo Vietnam
La decisión de Obama de incrementar sustancialmente el número de soldados en Afganistán augura la escalada de las acciones bélicas a partir de 2011, emulando la decisión de Kennedy de apoyar de forma decisiva la intervención norteamericana en Vietnam.
Según señala el último informe del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS), la insurgencia talibán habría conseguido una presencia permanente en el 72% del territorio de Afganistán ( lo que representa un aumento del 18% con respecto a noviembre de 2007) y se acercaría a la capital Kabul, habiendo establecido los talibán un gobierno de facto.
El actual presidente afgano, Hamid Karzai, sería acusado por EEUU de tibieza en la lucha contra los talibán, existiendo informes de la CIA que podrían involucrarle en la gestación de un gobierno de coalición afgano pastún-talibán que buscaría la salida de las tropas de EEUU.
No sería descartable la creación de un ambiente propicio al golpe de Estado y el derrocamiento y ejecución de Karzai, reviviendo uno de los aspectos más oscuros de la política exterior de Kenne-dy (derrocamiento y ejecución del presidente survietnamita Diem, en 1963) y el posterior incremento de su apoyo militar a Vietnam, acelerando la escalada que llevaría a EEUU a un callejón sin salida.
Para evitar una peligrosa vietnamización del conflicto, Obama podría firmar en 2011 la retirada progresiva de tropas de Afganistán, rememorando la firma por Kennedy de retirada de efectivos militares de Vietnam en 1963, decisión que no sería compartida por su vicepresidente Biden y bajo cuyo hipotético mandato se podría producir una intensificación y un enquistamiento de dicho conflicto bélico.
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