Dice el refrán que a río revuelto, ganancia de pescadores. Desde luego, Lewis Hamilton mostró tener alma de pescador porque bajo la complicada atmósfera de Spa Francorshamps dominó el Gran Premio de Bélgica de cabo a rabo, se hizo con la victoria y, para postre, se sitúa en cabeza de la clasificación general.

Tras unas semanas en el que su McLaren penaba por los circuitos, el regreso de las vacaciones ha supuesto el cambio que el campeón de 2008 necesitaba. También reconocer que Hamilton tuvo bastante suerte, ya que se salió de la pista en la vuelta 35, mientras marchaba con ruedas para seco bajo un tremendo aguacero. Pese a darse una vuelta por el verde césped, Hamilton pudo volver a la pista, entrar en boxes y regresar a la carrera en cabeza.

Y hasta podría haberse llevado el doblete la escudería McLaren, de no haber sufrido Jenson Button un accidente con Sebastian Vettel. El joven piloto alemán perdió el control de su Red Bull en pleno acoso al vigente campeón y embistió al monoplaza, sacándolo de la carrera.

Pero mejor empezar por el principio, porque ayer hubo mucho que contar. La lluvia amenazaba en Las Árdenas y ésta llegó en la vuelta de calentamiento. Ya en la salida, Webber caía hasta la sexta plaza en beneficio de Hamilton tras una accidentada primera vuelta -Barrichello patinó y golpeó por detrás a Alonso, lo que obligó a al brasileño a abandonar- que hacía salir al safety car.

Alonso entró a cambiar de neumáticos y falló, porque la lluvia cesó en seguida. Los pilotos delanteros prefirieron aguantar con ruedas de seco -las radios echaban humo para saber los partes metereológicos- y acertaron de lleno, con Hamilton abriendo brecha y Button realizando un espectacular tapón a Vettel, Kubica, Webber y Massa. Rosberg y Schumacher se enzarzaban en una pelea entre compañeros de escudería.

Choques y chaparrón

La carrera se normalizó hasta la vuelta 17, cuando sucedió el incidente entre Vettel y Button. La capacidad de los Red Bull para desperdiciar la ventaja de su mecánica es digna de entrar en una antología, sobre todo un Vettel que aún debió purgar un drive through por este suceso y, como corolario, debió pasar otra vez por boxes por pinchar un neumático tras tocarse con Liuzzi en su remontada.

Mientras tanto, Hamilton ponía tierra de por medio y Kubica y Webber se consolidaban en los puestos de podio. Por detrás, el Force India de Adrian Sutil avanzaba posiciones y Fernando Alonso lograba meterse en zona de puntos. Los ingenieros informaban de que los chaparrones estaban a punto de llegar.

Sobre la vuelta 35 llegó una monumental tormenta y la guerra de nervios entre escuderías. Mientras los que nada tenían que perder entraban a cambiar neumáticos, los de delante decidían seguir una vuelta más, un giro que casi mandó fuera de carrera a Hamilton. Pero el peor parado del grupo cabecero fue el polaco Kubica, que perdió su segunda plaza en los boxes en beneficio de Webber, y que estuvo muy cerca de atropellar a uno de sus mecánicos.

La carrera aún tuvo que vivir una última convulsión, y es que hacia la vuelta 38 el safety car debió entrar a la pista tras el accidente de un Fernando Alonso desbocado que perdió el control de su Ferrari por aprovechar en exceso los pianos y resbalarse con la hierba sintética. Tras la retirada del coche de seguridad, Webber no quiso presionar a Hamilton, postergando su mano a mano por el título para las seis carreras que restan.