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Abierto de Estados Unidos

El último Grand Slam, un torneo repleto de intereses

Federer pretende su sexto título en Nueva York, que encarecería su récord a 17, y Nadal el que le falta.

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Miren SÁENZ

Los mejores tenistas del mundo tienen intereses en el Abierto de Estados Unidos. Rafael Nadal, el actual número 1 de la ATP, sueña con vencer en Flushing Meadows y alcanzar el único grande que le falta para acceder a un territorio inédito para él, el de los ganadores de todos los torneos del Grand Slam.

En esa lista figuran Budge y Laver -que se llevaron los cuatro títulos en el mismo año-, además de Perry, Emerson, Agassi y Federer. Otros fenómenos como Arthur Ashe, que da nombre a la pista, Sampras o Lend, se quedaron sin uno de los grandes. El manacorí puede cambiar de lista si endereza su situación sobre el cemento. Nunca ha pasado de las semifinales. Los otros se le dan mejor, esta temporada lleva dos de cuatro, Roland Garros y Wimbledon. El Abierto de Australia fue para Roger Federer.

El suizo, desplazado al número dos del mundo, acumula 63 títulos y el récord absoluto de grandes con 16. Ha ganado en cinco ocasiones el US Open -de 2004 a 2008- y con la colaboración de Paul Annacone, antiguo entrenador de Sampras, quiere ir a por el sexto que sería el 17. A falta de estadounidenses en los primeros puestos -Roddick es el noveno cabeza de serie- los mitos de la raqueta todavía jóvenes sólo tienen ojos para Federer. Sampras, su antecesor, opina que ha habido un nombre para cada década: «Pero si vemos los números, es claro que Roger es el más completo. Ya estoy acostumbrado a que me rompa los récords». Agassi comparte criterio con su compatriota: «Lo he dicho, Federer es uno de los mejores. No para de sorprenderme y si puede mantener lo que ha hecho, me seguiría sorprendiendo».

Sin el último campeón

Pese a parecer un combate entre dos, los demás también juegan. El pasado año, sin ir más lejos, Juan Martín del Potro se merendó a los dos gigantes. Primero eliminó a Nadal y en la final derrotó a Federer. El argentino, sin embargo, no está en condiciones de defender su título y causará baja en el torneo que en 2009 le proporcionó el mayor éxito de su carrera.

Una lesión en la muñeca derecha, de la que fue intervenido en mayo, le ha deparado una temporada en blanco. Lleva quince días entrenando, insuficientes para afrontar con garantías dos intensas semanas en Nueva York. Lo saben bien Djokovic o Andy Murray, tratando de asomar la cabeza en los torneos de prestigio.

La campeona femenina, Kim Clijsters, vivió una historia tan especial en la última edición que no quiere perderse el torneo por nada del mundo. Tras dos años alejada de las pistas para tener a su hija, la flamenca desempolvaba la raqueta, participaba en el US Open con una invitación y levantaba la copa que ya había ganado en 2005.

Un año después, ni siquiera las secuelas físicas del torneo de Montreal, donde la semana pasada cayó en cuartos, le hacen cuestionarse su presencia. Es más, Clijsters, tercera en el ránking de la WTA, se siente preparada para defender el título obtenido ante Caroline Wozniacki. No será fácil. La danesa lleva una temporada productiva con victorias en Copenhague, Ponte Vedra y Montreal y pretende seguir sumando como cabeza de serie número uno.

La ausencia de Serena Williams, lastimada en el pie derecho al pisar un vaso roto en un restaurante, ha permitido a Wozniacki ocupar el puesto de honor en un grande por primera vez en su vida. Serena, triple vencedora en Nueva York en 1999, 2002 y 2008, es una baja de peso para el torneo y para el tenis. Como vencedora este año en Australia y Wimbledon, podría haber sumado su decimocuarto grande. Su hermana Venus (3) tratará de cubrirle el hueco, aunque no se haya dejado ver desde la hierba inglesa.

eRA OPEN

Sólo Rod Laver, Andre Agassi y Roger Federer han conseguido ganar los cuatro torneos del Grand Slam en la era Open, desde 1969. Nadal quiere ser el cuarto aunque sin obsesionarse.

las WILLIAMS

Venus Williams intentará el que sería el sexto título individual en el US Open para el patrimonio familiar. También quieren repetir Clijsters y Sharapova, mientras Wozniacki suspira por estrenarse.

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