GARA > Idatzia > Mundua

Jadiya Hamdi, ministra de Cultura de la RASD

«La realidad saharaui es más grande que las mentiras de Marruecos»

Jadiya Hamdi, ministra de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), ha aprovechado su visita a la capital guipuzcoana con motivo de la firma de un acuerdo de hermanamiento entre el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia y el Fishara para denunciar el expolio y la situación del pueblo saharaui.

p044_f01148x192.jpg

Ainara LERTXUNDI |

Como ministra de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Jadiya Hamdi afronta importantes desafíos como la conservación y transmisión del patrimonio histórico saharaui, amenazado por «la guerra, el olvido y el maltrato del Ejército marroquí». Entre sus tareas más inmediatas figura la puesta en marcha del Observatorio Internacional para la Protección del Patrimonio Histórico Saharaui, creado en 2008. Pese al inmovilismo de Marruecos y a la inoperancia de la comunidad internacional, Hamdi se declara optimista porque, de otra manera, no podría seguir luchando, afirma en la entrevista a GARA. «La realidad saharaui es más grande que las mentiras y el bloqueo mediático», resalta.

¡Qué retos tiene como ministra?

Tenemos un patrimonio cultural muy rico que está amenazado por la guerra, el olvido, el Ejército y también por la acción de algunos agentes extranjeros. El desierto es un libro natural abierto que debemos proteger. A nivel oral, por ejemplo, tenemos la cultura beduina, que depende de los ancianos. Éstos están falleciendo por lo que nos corre prisa acercarlos a los jóvenes y registrar este modo de vivir, bailar, cantar y vestir. Como la cultura vasca, la nuestra también necesita protección para que el tiempo y el olvido no borren nuestras costumbres y valores. Para ello necesitamos la colaboración internacional, especialmente de la Unesco. Nos falta financiación para dotarnos de bibliotecas adecuadas y espacios de formación con los que fomentar el acercamiento entre generaciones. La transmisión de nuestras raíces e identidad cultural, que Marruecos intenta desvirtuar, es una piedra fundamental de nuestra existencia y lucha. A través de la cultura podemos hacer muchas cosas en defensa de nuestros derechos, la paz y la libertad. Dentro del Festival Internacional de Cine, por ejemplo, se ha proyectado el documental «El problema» que, a través de testimonios, refleja la vida de los saharauis en los territorios ocupados; las detenciones, torturas, fosas comunes...

Marruecos cuenta con fuertes aliados, entre ellos los gobiernos español y francés. El rey Mohamed VI ha descartado por activa y por pasiva cualquier otra salida que no sea la autonomía. ¿Ve motivos para la esperanza pese al estancamiento del conflicto y al prolongado exilio en los campamentos de refugiados en Tinduf?

Marruecos es una potencia colonizadora que tiene su posición. Es una parte del conflicto, no un todo. Sabe que la única solución es el respeto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, reflejado en todas las resoluciones de la ONU. Pero la comunidad internacional, que cuenta con todos los argumentos a favor, no está jugando su papel porque prima los intereses de los grandes, entre ellos el Estado español. Pese a todo, seguimos luchando y construyendo nuestra realidad e instituciones. Este tiempo lo estamos aprovechando para prepararnos para el futuro. Personalmente, el optimismo es el suero con el que alimento mi lucha. La credibilidad de nuestra causa y la realidad del pueblo saharaui están por encima de las mentiras.

¿Cómo valora el reciente encuentro entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el monarca alauí?

Es tan sólo una imagen forzada por lo ocurrido en Ceuta y Melilla, la visita de Mariano Rajoy y los problemas de inmigración. El Sahara debería ser uno de los puntos fundamentales de su agenda, porque es el problema político más importante que deben solucionar.

La causa saharaui cobró gran notoriedad internacional con la huelga de hambre de Aminatu Haidar. ¿Cómo la vivió?

Fue una situación muy fuerte. Aminatu es una gran mujer y militante que se sacrificó por el pueblo saharaui. Es una imagen brillante de la mujer saharaui, una hermana de lucha.

Además de estar al frente del Ministerio de Cultura, es una de las fundadoras de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. ¿Qué papel juegan las mujeres?

Las mujeres saharauis ocupamos el 32% del Parlamento. También estamos representadas a nivel de Gobierno y en otras instancias. Nuestro problema es la falta de autoestima y el miedo al poder de muchas mujeres. Nuestros derechos políticos y civiles están reconocidos. Depende de cada una de nosotras hacer esa lucha.

 

aminatu haidar

«Es una gran mujer y militante que se sacrificó por el pueblo saharaui. Es una imagen brillante de la mujer saharaui, una hermana de lucha»

patrimonio

«Como la cultura vasca, la nuestra también necesita protección para que el tiempo, el expolio y el olvido no borren nuestras costumbres y valores»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo