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Claroscuros de la protesta minera desde el pozo de tremor de arriba

La revuelta de los mineros de Viloria y Victorino Alonso mantiene varios frentes abiertos. Cuatro trabajadores siguen en huelga de hambre en Ponferrada y doscientos mineros contin�an su viaje a pie hacia Le�n. Mientras, contin�an los encierros en Tremor de Arriba y Palencia. Precisamente, es en el pozo de Tremor donde mejor se visualizan las paradojas de este levantamiento y la manipulaci�n que los empresarios ejercen sobre la protesta minera.
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Aritz INTXUSTA

Un ataque de ansiedad oblig� a Lucas Cica a escapar del pozo de Tremor de Arriba el viernes sobre las cuatro de la madrugada, donde permanec�a encerrado desde el 6 de septiembre. Con este abandono, s�lo quedan nueve de los 14 mineros que comenzaron la protesta. Al igual que Cica, la gran mayor�a de los que aguantan dentro, son polacos subcontratados. Hoy cumplir�n 20 d�as sin ver la luz del sol y en unas condiciones de salubridad p�simas. Con m�s del 80% de humedad y una temperatura constante de 14 grados, el fr�o cala en los huesos y �falta el aire�. La humedad provoca que la comida se pierda y han de baj�rsela a diario. Esto, junto a la visita del m�dico, que acude todas las ma�anas, sirve a los de dentro para medir el tiempo. Pese a todo, la mayor�a de los abandonos se producen por ataques de ansiedad.

El pozo de Casares, donde se encerraron los mineros, es propiedad del empresario Manuel Lamelas Viloria. Se encuentra en el peque�o pueblo de Tremor de Arriba, en el Bierzo, que recibe el nombre del r�o Tremor (temblor, en gallego). Esta empresa ha hecho de la protesta un circo medi�tico. El propietario ha encargado el control de los medios de comunicaci�n a su hombre de confianza, Jos� Antonio Bal�n. �l es quien se encarga de decidir qui�n puede ver y hablar con los mineros o qui�n no. Desde que comenz� el encierro, s�lo ha abierto el pozo a la prensa en dos ocasiones, la �ltima de ellas, el pasado mi�rcoles.

Los mineros que montan guardia junto a familiares y vecinos de Tremor, comentan que Bal�n cerr� la puerta a �Informe Semanal�. El mi�rcoles impidi� el paso a �Reporteros Cuatro�, porque los periodistas se negaron a aceptar sus condiciones: 20 minutos de visita y siempre rodeados de ingenieros leales a la empresa y, por supuesto, con �l mismo presente. Bal�n tambi�n dej� fuera a GARA. Del pozo s�lo sale lo que �l quiere.

�Los mineros est�n bien, est�n acostumbrados a esto�, comentaba Bal�n a uno de los periodistas mientras se montaban en la vagoneta que les llevar�a hasta la planta donde se encuentran los mineros. Mientras, arriba, un jubilado del pueblo se echaba las manos a la cabeza: ��Ha venido Bal�n otra vez? �l sabe que no puede venir a este pueblo, que nadie se hace responsable de lo que le pueda pasar�.

�Acostumbrados� a vivir sin sol

La decena de periodistas que eligi� Bal�n se colocaron el buzo, el casco y la linterna para bajar al pozo. Lilia, mujer de uno de los mineros, trat� de colarse con ellos para ver a su marido. Se visti� de minera para camuflarse con los reporteros. Pero la detectaron y la echaron de all�. �Ya sab�a que Bal�n no me iba a dejar entrar. Se lo hemos pedido, pero no nos deja verlos. Bastante es que nos dejan hablar por ellos a trav�s del gen�fono�, explica Lilia. De hecho, la empresa impidi� a las familias hablar con los encerrados hasta el tercer d�a. �Le ped� a Bal�n aqu�, en la boca del pozo, que me dejara hablar. Me dijo que imposible y que no era cosa de �l, sino de los de abajo. Afortunadamente, al d�a siguiente dio su brazo a torcer�, comenta la mujer del minero. Por otra parte, Lilia tambi�n se cartea con regularidad con su marido. Utilizan como correos a quienes bajan la comida y Lilia acostumbra a introducir en sus sobres algo de chocolate polaco para los de abajo.

�Parece como si no quisieran que la gente los viera. Nosotros estamos aqu� para reivindicar, para aparecer en los medios�, explica Constantino Chico, que sali� del pozo el pasado jueves tras sufrir un ataque de ansiedad. �All� es todo muy triste, muy negro. El d�a entero es negro. La convivencia en un recoveco de 15 metros cuadrados resulta muy dura, pienso que peor que la c�rcel�, contin�a Chico. �Te gu�as por las visitas: el desayuno baja a las 9:30, la comida a las 2:45... Pero luego se van y uno vuelve a la soledad. El sue�o no me cog�a hasta las cuatro de la ma�ana. Pensaba mucho, estaba estresado, nervioso. No lo aguant�. En cuanto a la humedad, el minero asegura que donde m�s se nota es en las rodillas. �Los vecinos del pueblo nos trajeron polietileno, es como una especie de corcho que repele la humedad y nos aporta algo de calor. Nos echamos a dormir sobre eso y nos alivia mucho�, comenta Chico, que ayer volvi� a la entrada al pozo para hablar por tel�fono con sus compa�eros, en especial con Pedro (Piotjr Pawek), un polaco que se quejaba de que nunca le llamaba nadie.

Viloria, al igual que Victorino Alonso, desataron la protesta minera despu�s de dejar de pagar dos meses a sus empleados (m�s de 2.000 personas). Esto es lo que ha producido que las revueltas se hayan desarrollado con mayor fiereza en Le�n que en Asturias, donde los mineros trabajan para una empresa p�blica. En concreto, el encierro en el Pozo de Tremor lo comenzaron trabajadores polacos que ya no aguantaban m�s sin cobrar. Esto le da al encierro un aire incontrolado, lo que ha hecho que el secretario general de FIA-UGT en Le�n, Antonio de Husa, se aparte y reniegue de la protesta: �Los encierros se han hecho de forma aut�noma, sin mediar los sindicatos y no sabemos a qu� responden�.

�Los polacos mandaban mucho dinero para casa y no resist�an m�s. Las pasaban muy putas (sic.). Los dem�s les siguieron con el coraz�n�, replican los mineros que montan guardia en la bocamina. Hablan con temor y ruegan que no se publiquen sus nombres. Aseguran jugarse el puesto de trabajo si hablan mal de la empresa, saben, que si les echan, tendr�n que marcharse del pueblo, porque en los pueblos de alrededor no hay otro trabajo que no sea la mina. Varios de ellos ya han sido abandonados debido a la crisis del sector minero. Si el d�a 29 Bruselas no renueva las ayudas, el valle morir�.

El robo de Santa B�rbara y la huelga

Desde que Viloria compr� la mina, las condiciones laborales en Tremor de Arriba empeoraron dr�sticamente con la llegada de las contratas. Al igual que Victorino Alonso, Viloria ha ido desmembrando las empresas para de esta forma mantener el m�nimo de trabajadores cotizando bajo el r�gimen especial de la miner�a. Los derechos conquistados mediante a�os de lucha por los mineros, como trabajar 35 horas a la semana y la jubilaci�n anticipada, se acabaron.

Augustyn Korpok, que fue el segundo de los encerrados que se vio obligado a salir y ahora se encuentra en el hospital con un trombo en el pulm�n, asegura a GARA que trabajaba dentro del pozo nueve horas diarias de lunes a s�bado. Seg�n los neum�logos que tratan al minero en el Hospital Comarcal de El Bierzo, de no haber salido del pozo, este electricista podr�a haber muerto. �Para m� no es un honor haber salido, para m� es una verg�enza�, explica Korpok. Dos de sus compa�eros se encerraron antes de que que les llegara el resultado de las pruebas de silicosis. All� dentro han recibido la noticia de que tienen silicosis de segundo grado, lo que significa que ya nunca m�s podr�n bajar a una mina. No obstante, ambos han decidido continuar con la protesta. Los neum�logos del hospital explican que, por permanecer algunos d�as m�s, la silicosis no se agrava. Pese a ello, s� que alertan de que su cuadro m�dico puede complicase si el encierro les provocara otras afecciones respiratorias, como una pulmon�a.

Seg�n aseguran junto a la bocamina del Pozo de Casares, Manuel Lamelas Viloria -que fue elegido empresario del a�o en 2004 por la Comunidad de Castilla y Le�n- recibe unos 39.000 euros en subvenciones por cada obrero y tiene a gente que cobra 800 euros. Asimismo, los habitantes de Tremor de Arriba afirman que no se contrata a nadie que no quiera trabajar en jornadas de diez horas al d�a. �Antes de que llegara Viloria, si un minero trabajaba diez horas se iba a casa con 290.000 pesetas al mes. Ahora, trabajando lo mismo, ganan mil euros�.

La precariedad laboral no afecta s�lo a estos empleados de las contratas, desde que lleg� Viloria los sueldos de todos han ca�do bruscamente. Una de las cosas que m�s duele en Tremor de Arriba es que Viloria haya eliminado como festivo el d�a de Santa B�rbara, la patrona de los mineros. �Antes siempre nos daban un llavero y algo de dinero para que ese d�a lo celebr�ramos en familia. Ahora nada�. Sin embargo, en todos estos a�os, ning�n minero ha bajado al pozo en Santa B�rbara. �Si faltamos al trabajo, nos pueden castigar con medio sueldo. As� que hacemos huelga todos los a�os�.

Los encierros de Tremor y en el Pozo de las Cuevas (Palencia) terminar�n el d�a 29, si la UE renueva las ayudas al carb�n. Si todo va bien, en Ponferrada se acabar� la huelga de hambre que mantienen Severino �lvarez, Miguel �ngel Men�ndez, Jos� Luis �lvarez y Jorge Vega, que pierden ya un kilo cada d�a. Desde la cama del hospital, Korpok lanza un ruego a sus compa�eros: �Si no se arregla, que no protesten hasta el fin. Son j�venes, que cojan a su familia marchen, que busquen otra cosa�. Pero la decisi�n corresponde s�lo a ellos.

horas

Por motivos de salud, los mineros trabajan 35 horas a la semana. Sin embargo, Korpok asegur� que trabajaba 9 horas al d�a, s�bados incluidos.

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