Una multitud repudia en Iruñea las detenciones y las torturas
La reciente detención de nueve independentistas vascos y las torturas durante su incomunicación que han denunciado fueron repudiadas ayer en Iruñea por unas 4.000 personas. «A nosotros nadie nos engaña y en sus caras vimos la huella de la tortura», afirmó el abogado José María Compains, que pudo comunicarse en prisión con su hijo Eneko.Iñaki VIGOR |
Entre toques de corneta y gritos de «Euskal presoak etxera», varios miles de personas iniciaron poco después de las 17.30 de ayer la manifestación convocada por los familiares de detenidos para denunciar la última operación de las fuerzas policiales españolas contra nueve independentistas vascos, así como para repudiar las torturas que padecieron en dependencias de la Guardia Civil, como recogieron sus testimonios. La única pancarta de la marcha estuvo portada por familiares y amigos de los detenidos en Nafarroa -Eneko Compains, Rosa Iriarte y Jose Aldasoro- y tenía como lema «Prozesu demokratiko baten alde. Errepresiorik ez».
Vigilados de cerca por media docena de furgones de la Policía española y agentes a pie, los manifestantes se dirigieron por la calle Amaia hacia la Avenida Baja Navarra entre constantes gritos de «Amnistiarik gabe, pakerik ez», «Atxilotuak askatu», «Presoak kalera, amnistia osoa» y, sobre todo, los dirigidos contra la tortura. «Rubalcaba torturador», «Juez Marlaska torturador», «Estado español, estado dictador» y «Aquí se tortura como en la dictadura», fueron los más repetidos durante el trayecto; también se corearon otros de «UPN torturador» al pasar bajo la sede de este partido.
Junto a conocidas caras de la izquierda abertzale, en la marcha participaron varios parlamentarios y cargos electos municipales de NaBai. Tras la pancarta de cabeza, numerosas personas llevaron ikurriñas, banderas de Nafarroa y banderolas a favor de la repatriación de los prisioneros políticos y contra la tortura.
Tras más de media hora de recorrido por varias calles del Primer Ensanche, la manifestación llegó de nuevo a la Plaza del Castillo. En nombre de los grupos que apoyaban la convocatoria, Nestor Salaberria intervino en euskara para recordar que los nueve detenidos bajo la acusación de pertenencia a Ekin son «personas que realizan una labor pública en sus pueblos, mientras que la versión policial nos quiere hacer creer que se trata de peligrosos terroristas».
Además de exigir la derogación de la legislación que posibilita la incomunicación y la tortura a ciudadanos vascos, así como de las leyes que permiten ilegalizar organizaciones sociales y políticas, Salaberria anunció que seguirán trabajando a favor de todos los derechos civiles y políticos «hasta conseguir una verdadera democracia».
A continuación tomó la palabra José María Compains, quien pudo visitar en prisión a su hijo Eneko y otros detenidos en la última redada. «Tras cuatro angustiosos días, el fin de semana pasado pudimos por fin comunicarnos con nuestros hijos. A nosotros nadie nos engaña. Les conocemos mejor que nadie y en sus caras vimos la huella de la tortura. Tortura que una vez más -añadió- ha sido permitida por la Audiencia Nacional».
«Detenidos por su ideología»
Compains denunció a «quienes nos hablan a todas horas de democracia y al mismo tiempo permiten que a día de hoy, en pleno siglo XXI, se detenga a militantes políticos por su ideología, se les incomunique para torturarles y se les encarcele».
«No sólo lo permiten, sino que lo impulsan, ordenan y encubren. Nos referimos -dijo- a la clase política dominante, a quienes les animan a ser todavía más duros, a los que dirigen medios de comunicación que se hacen eco de las filtraciones del Ministerio del Interior y luego no son capaces de publicar los testimonios de torturas o los esconden en páginas interiores».
Tras señalar que «estamos muy orgullosos de ellos, de su trabajo y de su compromiso con este pueblo», citó las palabras de su hijo Eneko al juez Marlaska: «Este tipo de detenciones pronto serán cosa del pasado, porque Euskal Herria va a recorrer el camino hacia la paz».
Su intervención fue acogida con fuertes aplausos y la marcha concluyó entre irrintzis y gritos de «Jo ta ke irabazi arte».
«A nosotros nadie nos engaña. Conocemos a nuestros hijos mejor que nadie y en sus caras vimos la huella de la tortura», dijo el abogado Compains.