Los sindicatos rematan al «nuevo laborismo» con la elección de Ed Miliband
La izquierda tradicionalista del laborismo ha ganado un voto crucial con la elección de Ed Miliband como líder gracias al apoyo mayoritario del sector sindical afiliado a este partido. La derrota de su hermano David por un escaso margen de tan sólo un 1,3 %, a pesar de contar con importantes apoyos en el seno del partido, entierra definitivamente la corriente del «nuevo laborismo» que inauguró la elección de Tony Blair como primer ministro británico en 1997.
Soledad GALIANA |
Las previsiones se cumplieron. El resultado de la votación para elegir al nuevo líder laborista su, el resultado fue ajustado en la votación del liderazgo laborista y la elección se dirimió entre los hermanos Ed y David Miliband, hijos del intelectual marxista británico Ralph Miliband. Al final, fueron los votos de los sindicatos afiliados al partido laborista los que le dieron a Ed, quien desde el inicio de la campaña se había situado políticamente a la izquierda de su hermano, el 1,3% de diferencia que le ha convertido en el sucesor de Gordon Brown frente al candidato que desde el primer momento había despuntado en las encuestas, su hermano mayor David.
Los resultados se dieron a conocer durante la apertura del congreso del partido, que se celebra en Manchester, cuatro meses después del inicio de la carrera por el liderazgo laborista, vacante tras la dimisión de Gordon Brown a consecuencia de la derrota de su formación en las elecciones generales.
Fueron necesarios cuatro recuentos y las transferencias de las segundas preferencias en los votos del resto de aspirantes -Diana Abbott, Andy Burnham y Ed Balls- para que uno de los candidatos superara el 50% de apoyos, lo que finalmente logró Ed Miliband con un 50,65% de los votos, por delante de David, que recabó el 49,35%.
David superó a Ed al conseguir el apoyo de dos de los tres «colegios electorales» del partido -el que reúne los votos de los cargos electos en los parlamentos de Londres, Edimburgo y Cardiff y en la Eurocámara-, pero el apoyo mayoritario a Ed de los sindicatos Unite, Unison y GMB, y otros grupos afiliados al partido -que constituyen otro de los «colegios» laboristas- dieron la victoria al menor de los Miliband. David fue el primero de los candidatos en levantarse para aplaudir al nuevo líder laborista, que le abrazó, y una buena parte de su discurso de agradecimiento estuvo dedicado a su hermano.
«David, te quiero muchísimo como hermano y tengo mucho respeto por la campaña que has hecho. Me enseñaste que la lección más importante es que podemos ser un partido que se acerque a la comunidad y ser también un partido serio en el Gobierno», apuntó Ed.
David no ha confirmado aún si actuará como portavoz bajo la dirección de su hermano, una decisión dolorosa para el mayor de los Miliband, que durante años ha esperado la ocasión para tomar las riendas del Partido Laborista, aunque esta semana se ha sabido que representantes de ambos se han reunido en secreto para discutir cuál sería el papel que cada hermano desempeñaría en el Gobierno del otro.
«Desastre» para el partido
Sin embargo, algunos diputados que apoyaron a David ya han advertido de que la dependencia de Ed del voto sindical es un «desastre» para el partido, ya que le convierten en diana fácil de los ataques de los conservadores y de la derecha mediática.
Posiblemente la clave del liderazgo de Ed Miliband en el partido que ocupa los escaños de la oposición en el Parlamento británico se encuentre en su posición en la cuestión del déficit. Harriet Harman, que ha actuado como líder durante su campaña, ya ha apuntado que hay que revisar la estrategia del partido en materia de déficit.
Ed Miliband, miembro del Partido Laborista desde los diecisiete años, fue elegido por primera vez a la Cámara de los Comunes del Parlamento de Westminster por el distrito de Doncaster North en 2005 y ha trabajado en el Departamento de Finanzas con Brown, que le nombró ministro de Energía en su último Gabinete. En sólo cinco años ha pasado ser un desconocido en la política al líder del partido de la oposición.
Y su victoria frente a su hermano David, el candidato preferido de los líderes del ya defenestrado «nuevo laborismo», propulsa claramente una alianza más profunda con el laborismo más tradicionalista de las bases sindicales. Durante su campaña para ganar los votos de la izquierda en el seno de su formación, Ed declaró la muerte del «nuevo laborismo», que describió como «capitalismo embrutecido al estilo estadounidense». Así pues, se espera un cambio en la dirección del partido. «Sé que hemos perdido la confianza, hemos perdido el contacto y sé que necesitamos un cambio», afirmó.
«En el futuro, el Partido Laborista debe ser un vehículo que no sólo atraiga a miles de jóvenes, sino a decenas de miles, a cientos de miles de jóvenes que nos vean como su voz en la política británica hoy», aseguró Ed el día que el partido confirmaba que desde la derrota de mayo ha incrementado el número de sus afiliados en 35.000.
«Es un resultado fantástico para él y para las políticas que ha promovido», afirmó Tony Woodley, del sindicato Unite, al conocerse la elección del ex ministro de Energía Ed Miliband como líder laborista gracias al voto mayoritario de las centrales sindicales afiliados al partido.