Un diario alemán publicaba hace unos pocos días una entrevista en la que Fernando Alonso se daba como favorito -aunque reconocía no tener casi margen para el error- para llevarse el mundial 2010 de Fórmula Uno. Pudiera sonar a bravata, pero el asturiano busca reivindicarse en la carrera nocturna de Singapur (hoy a las 14.00, La Sexta), para lo cual ya ha sumado su segunda pole position seguida, tras la obtenida en Monza.

Y eso que los problemas mecánicos de Felipe Massa -el brasileño deberá salir de la última plaza de la parrilla- no auguraban nada bueno para los monoplazas de Maranello. Pero el piloto asturiano no se dejó amilanar por las posibles limitaciones de su máquina y logró rascar unas pocas milésimas al cronómetro y superar así la tiranía de los Red Bull en los entrenamientos.

Porque fue poca, muy poca, la diferencia que obtuvo Alonso respecto a sus más inmediatos perseguidores. Así, Sebastian Vettel, el más rápido a una vuelta en lo que va de campaña, se quedó a sólo 67 milésimas. El McLaren de Lewis Hamilton, por su parte, se situó en tercera posición, a 181 milésimas del mejor tiempo.

El líder Webber, gris

La cruz de la moneda fue para un Mark Webber muy gris, que no pudo pasar de la quinta plaza, en tercera fila de la parrilla, a más de medio segundo del asturiano, y por detrás de Jenson Button, que se colaba para cerrar la segunda fila. Otra de las sorpresas agradables de ayer fue el décimo puesto del Sauber de Kamui Kobayashi, aunque a dos segundos y medio de Alonso.