Entrevista a ETA
«ETA ha dado un paso y tiene voluntad para dar otros nuevos»
¿Por qué y para qué adoptó ETA la decisión de detener las «acciones armadas ofensivas»?
La decisión se sitúa sobre el suelo de los logros obtenidos en muchos años por la lucha de liberación. Hemos hecho imposible la asimilación de Euskal Herria, y resulta evidente la importancia del cambio político para responder a sus necesidades. Por otra parte, en la sociedad vasca está suficientemente extendida la naturaleza política del conflicto, así como que su resolución, mediante el diálogo y la negociación, vendrá de la mano del reconocimiento de la territorialidad y la autodeterminación. Junto con todo ello, la izquierda abertzale ha aguantado la incesante agresión por parte de los estados español y francés, y consideramos que la capacidad de resistencia ha sido de un gran valor político.
Estos logros han definido el próximo reto de la lucha de liberación: en el camino a la independencia, llevar a cabo el cambio político. Una vez definido el reto, hay que organizar fuerzas y articular el proceso democrático, que constituye el instrumento político para, desde la situación de negación, efectuar el cambio político. Nuestra decisión pretendía crear nuevas condiciones para facilitar ambos quehaceres.
Por otra parte, resulta evidente el interés que existe desde el ámbito internacional sobre la resolución del conflicto político de Euskal Herria, así como la disposición para ayudar a salir de la actual situación de bloqueo. Así las cosas, nuestra decisión tiene también como objetivo trabajar las opciones que puedan existir en el terreno de la resolución del conflicto.
¿Y por qué ha dado a conocer ahora esa decisión?
Consideramos que el reto que acabamos de emprender debe ser construido sobre bases firmes. En ese sentido, cuando se tomó la decisión, entendíamos que el protagonismo debía corresponder a los agentes que están impulsando el cambio político. Haber hecho pública la decisión después de los acontecimientos de los últimos meses ha evitado que el paso de ETA se entienda de forma inadecuada. Durante estos meses se han producido avances notables. Ha comenzado a tomar cuerpo el tronco de la masa crítica del cambio. Se están trenzando nuevos acuerdos y alianzas. Con dar a conocer esta decisión se ha querido dar estabilidad al trayecto recorrido. Y se quiere propiciar que se liberen más fuerzas para empujar la dinámica a favor del proceso democrático.
Junto con ello, se le ha querido dar una respuesta constructiva a la petición pública hecha a nuestra organización en la Declaración de Bruselas.
¿Cuándo entró en vigor exactamente (teniendo en cuenta que no hace mucho tiempo el Ministerio del Interior anunció que ETA iba a atentar)? ¿Tiene fecha final?
Es comprensible que se pregunte cuándo entró en vigor, pero tenemos que decir que esta decisión no se puede situar en un día en concreto. Después de realizar una profunda reflexión, se hizo la propuesta y, acto seguido, se abrió el procedimiento interno para la toma de decisión. En cualquier caso, cuando el Ministerio de Interior español anunciaba nuevas acciones, la decisión ya estaba tomada. El Ministerio de Interior español realizó aquellos anuncios con intenciones aviesas, y sabía que estaba mintiendo. A la segunda cuestión quisiéramos responder con otra pregunta: ¿Hay alguien que quiera que haya fecha final? Nosotros, no. ETA quiere avanzar en el camino de la resolución, cada vez con mayor profundidad, hasta que en Euskal Herria se logre una verdadera situación democrática.
Qué son realmente las «acciones armadas ofensivas» ha sido objeto de comentario en los medios de comunicación. ¿Qué supone exactamente esa decisión en la actuación de ETA?
Los detalles de la decisión ya se han hecho públicos: los grupos operativos tienen la orden de suspender las acciones que ya tenían previstas y de no realizar acciones armadas ofensivas. ETA, por otra parte, se reserva el derecho a defenderse en hipotéticos enfrentamientos, las habituales tareas de abastecimiento y las labores necesarias para mantener su estructura.
Su iniciativa ha sido precedida por la Declaración de Bruselas y por la realizada por la izquierda abertzale en Iruñea. No se hacía alusión alguna a las mismas en su declaración del 5 de setiembre. Posteriormente, han hecho público otro comunicado dirigido a la Declaración de Bruselas. Se han mostrado dispuestos a estudiar conjuntamente los pasos que necesita la solución democrática. ¿Eso quiere decir que están ustedes dispuestos a decretar el alto el fuego permanente y verificable que se les demanda?
ETA tiene disposición para dar ese paso y también para ir más lejos, si se crean las condiciones para ello. Pero esos pasos hay que situarlos en la lógica del desarrollo del proceso. Porque lo sustancial no está en qué pasos debe dar ETA, de forma parcial y aislada. El objetivo reside en la resolución democrática del conflicto político, en cerrar para siempre la herida, y eso nos exige actuar con responsabilidad a todos.
ETA le ha dado una gran importancia a la Declaración de Bruselas y quiere profundizar con seriedad en la cuestión. Por eso les queremos hacer llegar nuestra reflexión y punto de vista, queremos recibir su aportación y analizar los pasos que se pueden dar para propiciar la solución democrática.
¿Quién debería verificar un alto el fuego de esas características? Hay quien ha señalado que debieran ser agentes internacionales.
Creemos que es demasiado pronto para responder a preguntas de ese tipo. Si llega el momento, entonces habrá que estudiar las opciones, aprendiendo de otras experiencias.
Por lo demás, ¿qué otras labores puede tener la intermediación internacional, por ejemplo de cara a otros agentes?
Nosotros siempre hemos dicho que la llave está en Euskal Herria, en la activación popular y en la acumulación de fuerzas a favor del proceso democrático. Sin embargo, los agentes e instituciones internacionales pueden realizar una gran contribución, como se ha podido ver en otros procesos.
Consideramos que la aportación internacional es necesaria durante todo el proceso, bien para dar impulso ininterrumpido, proteger y, en alguna medida, blindar el proceso, bien para ser garantes para el respeto del resultado del mismo.
En concreto, respecto a los otros agentes, puede hacer una contribución para salir de la presente situación de bloqueo. Para difundir la reflexión sobre la necesidad de dejar a un lado los intereses de partido y sumergirse en la solución democrática.
Asimismo, han dicho que serán necesarios compromisos multilaterales. ¿Cuáles son, a su juicio, esos compromisos? O dicho de otro modo: ¿Qué debe ser desactivado y qué activado para que un proceso democrático avance?
Los compromisos pueden situarse en dos niveles. Por una parte, los mínimos democráticos que necesita el proceso. Por decirlo de alguna forma, el escenario básico para que el proceso sea viable. Ese escenario debe recoger estos factores: que se tomen las medidas necesarias para que todos los agentes puedan actuar en igualdad de condiciones, que se establezcan los derechos civiles y políticos, que se desactiven los castigos añadidos impuestos a los presos políticos vascos y, en general, que se desactive toda situación de presión, injerencia y violencia.
Por otra parte, si el proceso debe desarrollarse a través del diálogo y la negociación, la voluntad y el compromiso de los agentes es imprescindible. Hay que activar y articular el proceso de diálogo. Se deben fijar los objetivos del diálogo, el método, la constitución de la mesa de diálogo, las reglas de juego y la temática. ¿Cómo se hace? Eso les corresponde a los agentes políticos y sociales vascos.
Por último, y sobre todo, lo que hay que activar es el procedimiento de dar la palabra a la ciudadanía vasca. Y para eso se deben desactivar los obstáculos, injerencias y límites existentes hoy en día.
Siguiendo el hilo de la anterior pregunta, ¿esos compromisos multilaterales constituyen condiciones previas para que ustedes den nuevos pasos o, como se puede extraer del debate de la izquierda abertzale, suponen avances a lograr en el propio proceso?
¿Y los pasos de ETA que cita qué son, condiciones previas o avances que hay que lograr en el proceso? A nuestro juicio, ese esquema nos conduce inevitablemente al bloqueo, a que cada uno rehuya su propia responsabilidad.
Ante la cerrazón de España y Francia, ETA está jugando con responsabilidad y está abriendo la oportunidad. Ha dado un paso y tiene voluntad de dar más pasos. Por el contrario, si alguien considera que, sin atender a la solución del conflicto en su integridad, es posible reducir el proceso a una mera desactivación de la lucha armada, hará un cálculo equivocado. Algunos quieren retroceder respecto a lo que se ha avanzado en estos años, queriendo dirigir un mero proceso técnico. Pero la sociedad vasca solicita una resolución justa y duradera, que responda al núcleo del conflicto político.
Otra cosa es, y estamos de acuerdo con ello, que todos los compromisos no se lograrán de un día para otro, y que eso no nos puede detener. Nos debemos sumergir en el esfuerzo constante de acumular fuerzas y lograr nuevos compromisos.
«No es suficiente». Ésa es la frase que más eco ha encontrado en los medios de comunicación...
Y nuestra pregunta es: ¿Para qué no es suficiente? ¿Para desarrollar un proceso democrático? De acuerdo. Por eso lanzamos una propuesta clara: demos pasos todos para construir ese «suficiente democrático» que necesita el proceso. No es tiempo de quedarse mirando a lo que hacen los demás. Cada cual debe preguntarse a sí mismo cuál es su contribución, qué ofrece a Euskal Herria.
Resulta conocido, por otra parte, que para algunos nunca nada será suficiente. Ese «no es suficiente» no es más que el pretexto para sostener la negación de Euskal Herria y la estrategia represiva.
Lo que dijo Zapatero resulta clarificador. Que no es suficiente porque no se fía de ETA. ¿Y qué confianza puede tener ETA respecto al Gobierno español que en el anterior proceso, desde el primer día, incumplió los acuerdos? ¿Y qué confianza puede tener Euskal Herria respecto a los estados que durante años sólo han ofrecido negación y cruda represión? La cuestión no reside en tener confianza en ETA o no. El verdadero problema de Zapatero, Patxi López y Sanz es que no se fían de los ciudadanos vascos. Que tienen miedo de que, en condiciones democráticas, sin ningún tipo de límite o injerencia, la oferta política subordinada a España no reciba el apoyo de la ciudadanía vasca. De ahí la imposición, y la violencia y amenaza del Estado.
Muchos han señalado que su decisión no es suficiente ni siquiera respecto a lo diseñado por la propia izquierda abertzale, como si ETA actuara de mala gana y tirando de esa izquierda abertzale hacia atrás. ¿Qué tienen que decir?
Nuestra lectura es muy diferente. El paso de ETA ha alimentado, ha dado un empujón al independentismo y al intento de estructurar el proceso democrático. Y estamos plenamente convencidos de que así ha sido percibido, no sólo por el resto de organizaciones y la base social de la izquierda abertzale, sino también por la mayoría de la sociedad vasca.
La decisión de ETA ofrece un nuevo color a lo diseñado por la izquierda abertzale. Otra cosa es que algunos, queriendo desvirtuar la apuesta política de la izquierda abertzale, quisieran ver en su diseño el equivocado deseo de adentrarse en la seudo-democracia española.
Resulta innegable que la iniciativa de ETA ha tenido una gran repercusión y que, en Euskal Herria, han sido muchos los agentes que han valorado positivamente la nueva situación: la izquierda abertzale, EA, ELA, Aralar, Lokarri... ¿Qué análisis hacen de ello?
El deseo, la oportunidad y la necesidad para el cambio político son evidentes en Euskal Herria. De eso son reflejo las múltiples iniciativas de relaciones y colaboración que, en los últimos meses, se han desarrollado desde diferentes ámbitos. Al margen de las intoxicaciones de diferentes medios y periodistas, concluimos que en la sociedad vasca ha sido bien entendida la decisión de ETA como una aportación para regar la dinámica que está floreciendo en Euskal Herria.
La respuesta oficial del PNV fue muy negativa, aunque por parte jelkide haya habido otras voces...
La respuesta oficial del PNV ha sido lamentable, y estamos seguros de que habrá avergonzado a muchos en el partido y en su base social. Se está alineando con la cerrazón del Gobierno español, con las tesis policiales de Rubalcaba y Ares. Ellos sabrán qué ganancias reciben, pero tienen que tener claro que ésa no es la respuesta que espera la sociedad vasca.
Efectivamente, también se han escuchado otras voces, y es para alegrarse. Sin embargo, la situación de Euskal Herria demanda actuar con responsabilidad, y el habitual doble juego ya no resulta suficiente. El PNV debe decidir entre seguir en el oscuro túnel sin salida que ofrece España u optar a favor de Euskal Herria.
El Estado no ha respondido sólo de palabra, sino también con hechos, con prohibición de manifestaciones y detenciones. El Estado no está en tregua...
Después de que, al hilo de la iniciativa de ETA, Alfredo Pérez Rubalcaba expresara firmemente la posición de la salida policial, ha querido representar las detenciones y la prohibición de la manifestación como una secuencia coherente. Al mismo tiempo, sin embargo, la contradicción resulta innegable, porque ha sido evidente que el problema no sólo lo tiene con ETA, sino también con este pueblo.
En cualquier caso, la conclusión es clara: el Estado español no tiene ninguna voluntad para la solución democrática. No está dispuesto a abandonar la imposición, la violencia y la vulneración de derechos.
Aunque quieran mostrar lo contrario, vemos que la posición del Gobierno es débil. Resulta palpable la incapacidad y miedo político que tiene el Gobierno español para responder a las bases de la solución del conflicto. Harán todo lo que esté en su mano para bloquear el proceso democrático. Y eso nos enseña de antemano la envergadura del reto.
En cualquier caso, es de suponer que dar pasos para entrar en un proceso de este tipo puede ser difícil cuando la represión resulta tan dura. Mirando a la historia de ETA, muchas veces ha citado el «derecho a responder». Además, la suspensión de acciones armadas siempre ha sido interpretada por los portavoces políticos y los medios de comunicación como señal de debilidad. Así lo han dicho también en esta ocasión. Sentencian que ETA ha fracasado. Por todo ello, es lógico pensar que ofrecer pasos de distensión unilateral habrá provocado debate interno en ETA...
ETA se sumerge en una reflexión constante, analizando en cada momento los factores que inciden en la situación de Euskal Herria y buscando el camino más eficaz para desarrollar la lucha de liberación. Así, evaluamos los riesgos y oportunidades de cada decisión o iniciativa. Si se atiende a la actuación de ETA, no se puede negar que ha sido una decisión profunda, y ha tenido una reflexión y un debate del mismo nivel.
En cualquier caso, como ya hemos señalado, la decisión no es una rendición que ETA reconoce de mala gana. Constituye un paso dado con determinación, en ofensiva, con el convencimiento de dar nuevos y determinantes pasos en la lucha de liberación, con el objetivo firme de lograr el marco democrático que haga posible la independencia.
Ya que cita la debilidad, debemos recordar que eso mismo han dicho cada vez que hemos dado un paso que no estaba bajo su control. Así lo subrayaron en el 98 y también cuando presentamos la propuesta de Bergara. Si ETA no estuviese en una posición de fortaleza no daría un paso de este tipo. La cerrazón y la posición violenta del Gobierno español es la que destila incapacidad. Es la que está fracasando.
Sobre la definición del proceso democrático y el ámbito de negociación
En Ziburu manifestaron que podíamos estar a las puertas de una nueva situación. ¿El proceso democrático ya ha echado a andar, aunque salte a la vista que los estados mantienen el bloqueo?
En Ziburu dijimos que podíamos estar a las puertas de una nueva situación y hoy lo reiteramos. Como ya hemos citado, en Euskal Herria el compromiso de alcanzar la independencia a través del proceso democrático es nítido. Así lo atestiguan la ilusión surgida en los últimos meses o el incremento de las relaciones entre agentes, sindicatos y partidos. Resultan significativos la dimensión que el conflicto vasco ha logrado en el plano internacional y el nuevo campo de juego que se ha abierto. En el mismo sentido, el último exponente ha sido el compromiso expresado hacia dinámicas como Euskal Herria Adierazi para levantar y superar topes, ante el bloqueo y veto del Gobierno español.
Consideramos que hay que seguir con la misma perspectiva. Acumulando fuerzas. En la construcción de Euskal Herria. En la dinámica de presión para abrir la puerta que el Gobierno español le quiere cerrar al proceso democrático. Profundizando en las bases de la solución del conflicto, trabajando conjuntamente en el contenido y la metodología a desarrollar en el proceso.
Más allá de que el proceso haya comenzado a andar, nosotros diríamos que es Euskal Herria la que está en marcha.
«Pese a los altibajos y superando los problemas que se presenten, el proceso democrático constituirá un reto que deberá mantenerse en el tiempo», dice «Zutik Euskal Herria». En el mismo sentido, la Declaración de Iruñea destacó la tendencia a la ruptura de los anteriores procesos. ¿Cómo entiende ETA el proceso que se está abriendo o se quiere abrir?
En nuestra opinión, el proceso democrático debe tener un objetivo claro: pasar de la actual situación de negación al marco democrático que reconozca a Euskal Herria como sujeto político y su derecho a decidir. Si pretende lograr la solución democrática y estable, debe responder a las claves que se encuentran en la base del conflicto político. Por tanto, es un proceso para dar una formulación acordada a la territorialidad y la autodeterminación.
Eso no se hace de un día para otro. Mucho menos hoy en día, cuando las fuerzas favorables a España no tienen ninguna voluntad. Será un reto que tendremos que mantener en el tiempo, sí, y necesitará las mismas dosis de paciencia y audacia. Debemos acometerlo sin precipitación y sin aprietos políticos. Es verdad, por otra parte, que en el anterior proceso el Gobierno español tuvo la ruptura como objetivo desde el primer momento. Comenzó el proceso con la despreciable intención de minar a la izquierda abertzale. Y es de suponer que en esta ocasión no será diferente.
Euskal Herria tiene mucho en juego. Y eso no se puede dejar en manos sólo de los partidos políticos. Así las cosas, para alimentar, empujar y dirigir el proceso, el pueblo tiene que ser el protagonista. La activación popular debe ser el motor del proceso, y las reivindicaciones insatisfechas de los ciudadanos las que guíen su orientación. El pueblo debe proteger el proceso.
Por lo tanto, ¿se puede afirmar que el proceso tiene un carácter «definitivo»?
ETA tiene voluntad clara de que el próximo proceso que se abra sea definitivo. Ésa es la intención y el objetivo de ETA, y lo acometeremos desde esa actitud. Pero pensamos que decir, hoy en día, que tiene un carácter definitivo es quizá decir demasiado. Tenemos un largo camino que recorrer, muchos pasos por dar. Sólo el hecho de que el proceso establezca el procedimiento para dar la palabra a los ciudadanos vascos y que se respete la voluntad popular lo hará definitivo.
¿ETA asume el compromiso de respetar los Principios Mitchell?
ETA ha manifestado en muchas ocasiones que, en un escenario sin limitaciones ni imposiciones, respetará lo que decidan los ciudadanos vascos. Más aún, abrir esa opción ha sido y es el objetivo de la lucha de ETA.
En cuanto a los Principios Mitchell, creemos que primero hay que hacer una aclaración. Esos principios constituyen las reglas de juego que todos los partidos políticos debieran aceptar en las conversaciones multipartitas para superar el conflicto político. Por lo tanto, corresponde a los partidos mostrar su compromiso con esos principios. En cualquier caso, y aunque esté fuera de ese ámbito, ETA tiene voluntad, tomando en cuenta los Principios Mitchell, de no influir en las conversaciones entre los partidos y de respetar los acuerdos que en ese ámbito se puedan lograr en la resolución democrática del conflicto.
La territorialidad y, en concreto, la situación de Nafarroa ha sido siempre una de las claves principales de un hipotético proceso. Después de todos los intentos habidos, ¿cómo se le debería hacer frente a esa cuestión?
No podemos olvidar que el Amejoramiento del Fuero Navarro se impuso para la partición y desaparición de Euskal Herria. Los estados imponen un concepto concreto de territorialidad y ponen límites al derecho a decidir.
ETA tiene su propia visión sobre la articulación a realizar y no es en modo alguno cerrada. La clave reside en respetar los derechos de los ciudadanos vascos en toda Euskal Herria. Otra cuestión es la formulación u organización que se debe dar, pero la opinión y la capacidad de decidir de cada ciudadano vasco debe valer lo mismo en el conjunto de Euskal Herria. No se pueden diferenciar el derecho y el ámbito de su aplicación.
En cualquier caso, siguiendo el esquema implantado en Anoeta, corresponde a los partidos y los agentes sociales plantear cómo se plasma y se articula el derecho a la territorialidad.
Cuando se cita el proceso democrático, parece que hablamos del sur de Euskal Herria.¿Qué puede pasar en Ipar Euskal Herria si la nueva situación se afianza?
Hace cuatro años, en 2006, la izquierda abertzale presentó en Uztaritze la propuesta de autonomía. Allí se habló con claridad. Aunque nuestro pueblo se encuentre sometido a dos estados, el punto de partida del conflicto resulta el mismo a ambos lados del Bidasoa: la negación y la imposición. También se señaló que elaboraríamos dinámicas diferenciadas adaptadas a la realidad de cada territorio de forma coherente con la estrategia común. Y no cabe la menor duda de que estos cuatro años han sido fructíferos. En ese sentido, aunque el proceso vaya a conocer diferentes ritmos y diferentes realidades, consideramos que el proceso democrático debe tener una naturaleza nacional, que debe ser único.
Los mandatarios franceses ya saben que, a consecuencia de la dimensión internacional que está tomando el conflicto vasco y en la medida en que se estabilice el proceso respecto al Estado español, no podrán esconder la responsabilidad que les corresponde. En ese sentido, creemos que tiene especial importancia que acometan desde hoy las dinámicas de relación entre los partidos, los agentes y los ciudadanos de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa.
Por otra parte, el Estado francés sigue haciendo oídos sordos a los deseos de los ciudadanos de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Aun así, las medidas que contra la voluntad de los ciudadanos vascos se están tomando desde Pau y París han provocado estos últimos años que una amplia mayoría de ciudadanos reivindique un reconocimiento político e institucional que devuelva a Euskal Herria niveles competenciales y de poder. La posición irracional de Francia respecto al conflicto vasco no confunde ya a la sociedad vasca. La sociedad vasca ya ha superado ese debate. Al Estado francés se le exige una alternativa. Y eso es imparable: la determinación sobre la necesidad de un espacio de decisión y gestión o de un marco autonómico que integre a las tres provincias. Hace tiempo superamos esquemas obsoletos como el de primero en Hego Euskal Herria y después en Ipar Euskal Herria. No debemos estar esperando al día de la resolución del conflicto con España, es tiempo de confrontación con el Estado francés.
Para que se desarrolle el proceso democrático es lógico pensar que debe haber un proceso de negociación. ¿Quién debe ser protagonista? En opinión de ETA, ¿qué ámbitos y qué agentes deben tomar parte?
La metodología que se presentó en Anoeta cuenta con un apoyo suficientemente amplio entre los ciudadanos y los agentes. Allí se fijaron dos ámbitos. Uno, entre ETA y el Estado español. El otro, entre los partidos y agentes sociales vascos. Creemos que resulta un método adecuado y expresado con precisión. A nuestro juicio, el ámbito más importante es el de los partidos políticos y el resto de agentes, puesto que la solución del conflicto político se resolverá en los acuerdos políticos que allí se logren y en su implementación.
En cualquier caso, el protagonista del proceso democrático debe ser Euskal Herria. Si resulta innegable que debe haber trabajo de cocina, la puerta de la cocina debe estar abierta y los aromas ricos o agrios se deben oler en el comedor popular. Así, sólo podrán ofrecerse platos adecuados al deseo popular.
Muchas veces se les ha acusado de querer «tutelar» los procesos. ¿Qué actitud va a tener ETA?
Ésta sí que es buena, que quienes aceptan la tutoría de los estados español y francés acusen de tal cosa a ETA. ¡La Guardia Civil y los gendarmes tutelan hoy Euskal Herria!
El problema no reside en la lucha armada o en la actitud de ETA, eso es una mera excusa. El problema se encuentra en que el Estado español quiere establecer qué es aceptable y qué no, por encima de la voluntad popular. Lo acabamos de ver en Catalunya. El plan de Ibarretxe también es un ejemplo claro, y quienes acusan a ETA de querer tutelar el proceso lo aceptaron sin ni siquiera levantar la voz.
ETA no quiere un protagonismo especial en el proceso. Corresponde a los agentes políticos y sociales, a los ciudadanos vascos, en general, acordar la articulación del reconocimiento de Euskal Herria y el derecho a decidir, y el procedimiento para dar la palabra a la ciudadanía vasca; así como lograr la garantía de que sea respetado lo que los ciudadanos vascos sin tutelajes, sin límites ni injerencias, decidan. ETA realizará una aportación continuada para alimentar, fortalecer y dar cuerpo al proceso.
¿Ha abierto ETA algún canal de relación o, en su caso, ha llamado alguien a su puerta?
Como se puede presumir, ETA ha abierto canales de relación y ha habido quien ha llamado a su puerta. En todo caso, y en honor a la verdad, queremos dejar claro que no hay ningún tipo de acuerdo o compromiso.
Sobre la situación política y los factores que influyen en el proceso
El debate de la izquierda abertzale ha constituido un factor clave en la evolución de la situación política. ¿Qué valoración hace ETA?
Hacemos una valoración muy positiva. Y queremos subrayar la demostración de capacidad que ha dado la izquierda abertzale pese a estar permanentemente hostigada.
Resulta innegable, por otra parte, la influencia que han tenido la determinación e iniciativa de la unidad popular para poner patas arriba la situación política.
Sin embargo, diferentes medios de comunicación han difundido que ETA ha actuado en sentido contrario a la dirección de ese debate.
El Gobierno español está realizando un gran esfuerzo para debilitar a la izquierda abertzale y alimentar la división interna, a través de la intoxicación y la presión política. Algo que, por otra parte, no es nuevo, puesto que lo han repetido en cada debate de la izquierda abertzale.
La realidad es que ETA no ha tomado parte en ese proceso, que no ha influido ni en una orientación ni en otra. La línea y posición de la unidad popular la establece la base social de la unidad popular, y ETA lo toma con respeto y le otorga un gran valor político.
ETA tiene un punto de vista propio y hace su aportación sobre el debate y la acción política, y también muestra sus discrepancias. Así lo hemos hecho en esta ocasión, y consideramos que es enriquecedor, puesto que creemos que en la izquierda abertzale puede haber puntos de vista complementarios que confluyen en los objetivos.
En resumen, ¿ETA hace suya la resolución «Zutik Euskal Herria»?
Como hemos dicho, «Zutik Euskal Herria» fija la posición política de la unidad popular. ETA no la haría suya palabra por palabra, pero estamos de acuerdo con la apuesta política que se desprende de esa resolución.
Pese a que la izquierda abertzale avanza y encuentra nuevos compañeros de viaje, la estrategia represiva se mantiene. La represión, al final, puede provocar frustración y desánimo. ¿Cómo se le puede hacer frente?
Los ciudadanos vascos, por desgracia, contamos con una tremenda experiencia en hacer frente a la represión. Hemos ganado también muchas batallas, y no tenemos ninguna duda de que todas esas luchas tienen consecuencia directa en las condiciones políticas de hoy en día.
En este momento resulta imprescindible dar una respuesta firme y amplia a la represión. Responder a las agresiones de España y Francia como pueblo, conformar el muro popular para proteger a Euskal Herria. Y llegar a una situación en la que la represión no tenga cabida.
La represión puede provocar desánimo, sí, y ése es uno de los objetivos de la estrategia de los estados español y francés. Pero la respuesta que le damos a la represión se convertirá en acicate para fortalecer el proceso, sin ninguna duda.
La colaboración entre independentistas se ha fortalecido últimamente. ¿Cómo ven esa situación y, en concreto, el acuerdo estratégico logrado por la izquierda abertzale y EA?
Pese a que el daño hecho a la construcción del país a causa de la estrategia de ilegalización de los últimos años resulta notoria, el renacimiento que vive el independentismo es motivo de alegría. El ingente trabajo de años y la necesidad de superar el marco autonómico han encendido la conciencia y la activación de los ciudadanos. Por otra parte, opinamos que, después de la composición españolista de los gobiernos de Iruñea y Gasteiz, la envergadura del ataque contra el carácter y la identidad de Euskal Herria ha influido para fortalecer el compromiso colectivo con Euskal Herria.
En ese sentido, en estos tiempos en los que el modelo territorial y el modelo socio-económico de España y Francia se encuentran en crisis, constituye una tarea fundamental presentar la fortaleza y estabilidad que traerá consigo el Estado vasco a Euskal Herria. Asimismo, creemos que es tiempo de redoblar esfuerzos en el trabajo de base, codo con codo, en un trabajo constante, en torno a los pilares que nos hacen pueblo. Por eso, en nuestro opinión, la perspectiva estratégica con la que cuenta el acuerdo entre EA y la izquierda abertzale tiene un valor modélico. Llamamos a los ciudadanos vascos a unir fuerzas en esa misma dirección.
¿Ese acuerdo ata de alguna manera a ETA?
El acuerdo constituye, sin ninguna duda, una referencia, y tiene influencia en la reflexión de ETA. En todo caso, hoy por hoy, únicamente el compromiso con Euskal Herria y con los gudaris caídos en la lucha por la libertad [la entrevista se lleva a cabo a pocos días del Gudari Eguna] ata a ETA.
El PSOE vive una situación de debilidad. Es previsible que haya un cambio de gobierno en las próximas elecciones. ¿Que llegase el PP al Gobierno sería un factor relevante?
No entendemos que la clave del debate sea qué partido dirige el Gobierno español. Eso nos llevaría al estéril debate sobre la hipotética voluntad de uno y otro, a estar a la espera de supuestas voluntades. Consideramos que los agentes vascos y, en general, los ciudadanos debemos hacer un ejercicio práctico que se sustente en nuestra voluntad y fuerzas: ¿qué tenemos que hacer para que el Estado español reconozca el derecho a decidir de Euskal Herria? ¿Qué tipo de mecanismos de presión, qué tipo de confrontación política debemos iniciar para que la palabra de los ciudadanos vascos sea respetada?
También el PNV es un agente importante. ¿Cómo analizan su actuación (se ha convertido en protagonista en las negociaciones con el PSOE), y hacía dónde puede ir?
La actitud del PNV no puede ser más mezquina. En los últimos años se está alejando paso a paso del abertzalismo y de los intereses de Euskal Herria. Resulta muy significativa la actitud de estas semanas. La falta de voluntad que ha mostrado para tomar parte en cualquier iniciativa a favor de Euskal Herria y qué fácil se amolda para apoyar al partido responsable de la negación y de la represión más violenta.
En estos momentos en que el deseo y necesidad de cambio político en Euskal Herria son más evidentes que nunca, el PNV anda queriendo fortalecer el marco autonómico, queriendo llevar el debate político al campo de las competencias autonómicas. Sin querer ver que lo que se encuentra ahora en juego es que Euskal Herria logre en su integridad la competencia de decidir su futuro.
El PNV se encuentra en un trance, fuera del escenario político que se está gestando y sin una oferta política clara, sin poder encontrar la centralidad que ha buscado siempre. Porque, últimamente, al PNV se le ha reducido el campo de juego. Está quedando en evidencia que el autonomismo que ha defendido hasta ahora nos deja sometidos a España, mucho más desde que las fuerzas favorables a ésta han asumido la gestión autonómica.
Adivinar hacia dónde se pueden dirigir resulta difícil y ya no estamos esperando a su decisión. A ellos les corresponde decidir si continúan en el peaje que conduce a España o se adentran por los senderos de Euskal Herria. Satisfacer a la oligarquía vasca o encontrarse con la mayoría de su base social.
¿Qué importancia les conceden a las elecciones municipales y forales del próximo año? Se ha dicho que su iniciativa no es más que un engaño para que la izquierda abertzale pueda estar en las elecciones.
El engaño es ése, estar buscando permanentemente excusas para mantener el fraude electoral, para volver a forzar la voluntad de los ciudadanos con la ley y con la fuerza. Por otra parte, ligar nuestra decisión y el movimiento que está tomando cuerpo en Euskal Herria con el deseo de estar en las elecciones pretende desviar el debate, reducir el trayecto del cambio político.
Estas elecciones tienen una gran trascendencia para Euskal Herria. Nuestro pueblo se encuentra ante el desafío de vencer de forma definitiva el tiempo del apartheid político. Huelga decir que eso ofrecería al proceso democrático un nuevo impulso.
Y tendría una segunda consecuencia que no se suele citar. Esto es, la influencia que ha tenido la expulsión de la izquierda abertzale de los ayuntamientos en la política municipal cotidiana. Puesto que no son pocos los casos de corrupción que se han quedado sin denuncia o los proyectos contrarios a los intereses ciudadanos que se han desarrollado bajo la protección de la exclusión de la izquierda abertzale de los ayuntamientos.
Los resultados electorales serán también muy importantes. A la izquierda abertzale le darán la oportunidad de desarrollar su proyecto abertzale, de izquierdas y participativo; de fortalecer el proyecto independentista que está tomando cuerpo y de dar nuevos pasos en la articulación institucional de Euskal Herria.
Sobre los presos
El Gobierno español ha mostrado voluntad de fortalecer la división entre los presos. Algunos presos han tomado otro camino fuera del Colectivo. ¿Qué tienen que decir?
La estrategia de los gobiernos español y francés es absolutamente cruel y desalmada. Con la intención de debilitar la lucha de liberación, el castigo y el chantaje a los presos políticos vasco está yendo al extremo. Al mismo tiempo, consideramos miserable que, en cárceles donde la tortura está tan arraigada, se presente como botín de guerra que algunos presos renuncien a su militancia y se arrepientan.
Respecto a aquellos que se han situado fuera del Colectivo, calificamos de muy grave que, a cambio de las ventajas personales ofrecidas por Rubalcaba, alimenten la política penitenciaria criminal del enemigo y ofrezcan la excusa para hostigar al resto de compañeros. En cualquier caso, entendemos que la decisión respecto a los presos que han dejado el Colectivo buscando una salida personal debe tomarla el propio Colectivo.
La dignidad, coherencia y resistencia del Colectivo de Presos Políticos Vascos son un modelo para nosotros. Ése es el ejemplo que debemos llevar desde el último rincón de Euskal Herria hasta el ámbito internacional. También en nuestro pueblo tenemos un montón de presos que muestran una dignidad similar a la de Nelson Mandela, que ha sido una referencia a lo largo y ancho del mundo.
Sin embargo, la situación de los presos ha empeorado mucho en los últimos años. Puede ser una carga demasiado grande. ¿Cómo se debería responder a esta grave situación?
¡Con urgencia! Algunos problemas demandan una solución inmediata, y la situación de los presos es uno de ellos. Lo que viven los presos políticos vascos es una realidad que no puede aceptar este pueblo. El apoyo, la solidaridad y la denuncia son dinámicas que no deben cesar hasta traer a casa a los presos políticos vascos. En ese sentido, hacemos un llamamiento amplio a la sociedad vasca para que se involucre en la defensa de los presos políticos vascos.
En el proceso de solución, ¿dónde sitúan la cuestión de los presos y exiliados? Equivocadamente o no, parecía que este tema debía esperar a un último acuerdo político...
Como hasta ahora, situamos la liberación de los presos en el ámbito negociador entre ETA y el Estado. Estamos de acuerdo en que la cuestión de los presos y refugiados no se puede dejar aparcada hasta el último acuerdo. Dar pasos en ese ámbito puede ser una gran contribución para fortalecer el proceso democrático.
Por otro lado, durante esta entrevista hemos repetido en más de una ocasión que para abordar el proceso democrático resulta imprescindible cumplir algunas condiciones de mínimos democráticos. Entre esos mínimos colocamos la puesta en libertad de los presos enfermos, de los compañeros que han cumplido 3/4 partes de la condena o de los que les han alargado la condena hasta la cadena perpetua mediante un doctrina especial.
No obstante, ello no quiere decir que trabajar y luchar en la cuestión de los presos corresponda sólo a ese ámbito. Se trata de un tema que debe ganarse y condicionarse en la calle. En el proceso político y democrático, la cuestión de los presos y refugiados y su participación será fundamental desde un principio. En ese sentido, será determinante que, haciendo suyo el reconocimiento del estatus político del EPPK, los agentes, sindicatos y partidos vascos entablen relación con el Colectivo.