China y Rusia acordaron ayer reforzar su «asociación energética» y la cooperación en varios ámbitos, especialmente en el energético, durante la vista de tres días que realiza desde el domingo el presidente ruso, Dmitri Medvedev, a Beijing.

El suministro de hidrocarburos ruso ocupa un lugar destacado en la cooperación entre ambas potencias, ya que Rusia es el primer productor de petróleo del mundo y China el principal consumidor de energía, por delante de EEUU. De esta manera, Beijing permite a Rusia diversificar sus exportaciones esquivando Europa y Rusia es un canal para que China multiplique sus fuentes de abastecimiento para alimentar su crecimiento.

«Nunca antes nuestros vínculos estuvieron marcados por un nivel como éste de confianza mutua», señaló Medvedev, horas después de inaugurar simbólicamente un oleoducto que transportará crudo siberiano hacia el noreste chino, que comenzará a funcionar dentro de unos meses.

También suscribieron acuerdos en la banca, el desarrollo nueclear y en la lucha «contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo».