Análisis | Concluye la temporada estival
Mucha pelota al margen de los números uno
Al menos deportivamente, Asegarce ha conseguido cerrar con muy buena nota su verano más complicado por la ausencia de Aimar Olaizola, llevándose cuatro -uno con pareja mixta- de los seis torneos estivales.
Jon ORMAZABAL
El verano pelotazale ha concluido en Logroño con Oinatz Bengoetxea, Patxi Ruiz y Abel Barriola como principales vencedores, pero sobre todo, con la confirmación de que hay muchos pelotaris y muy buenos, al margen de los grandísimos Aimar Olaizola y Juan Martínez de Irujo.
Al menos deportivamente -seguro que económicamente haya habido veranos mucho más gratificantes-, Asegarce ha solventado con nota su período estival más complicado. Sin un Aimar Olaizola que ya está inmerso en la última fase de su largo período de recuperación y fuera de las finales oficiales, el período vacacional presentaba grandes dudas para la promotora bilbaina que, sin embargo, ha solventado con victoria en cuatro de los seis torneos disputados, si bien en uno de ellos, el de Donostia, el triunfo fue compartido con Aspe, que sólo se ha llevado los de Gasteiz y Lekeitio.
Como gusta decir ahora, la promotora bilbaina ha demostrado tener un amplio y adecuado fondo de armario, ya que la ausencia de su gran referente ha permitido brillar a otros pelotaris que en ocasiones se suelen ver eclipsados por el de Goizueta, al que no obstante se sigue echando de menos.
Si en veranos anteriores fue la dupla Berasaluze VIII-Begino la que le sacó las castañas del fuego, no hay duda de que esta vez han sido Oinatz Bengoetxea y Patxi Ruiz los que personifican, más que nadie, ese éxito. La pareja compuesta por el de Leitza y por el de Lizarra ha conseguido el triunfo en los tres torneos que han disputado juntos, Iruñea, Zarautz y Logroño, formando un tándem que podría ser interesante para el Parejas, aunque los propios Pablito y Begino ya han probado en sus carnes que lo que funciona tan bien con temperaturas no tiene por qué hacerlo cuando el mercurio baja.
Y es que no habrá otro deporte en el que la temporada no presente un solo período de descanso, con lo que el momento de forma adquiere una importancia suprema, ya que se ha demostrado imposible que un deportista de élite compita al 100% en períodos de tiempo muy prolongados. Sin embargo, el momento económico ha llevado a las empresas a programar menos y más selecto, por lo que el calendario de los pelotaris con más tirón es prácticamente inhumano. Pero precisamente por eso ha resultado más reconfortante que los dos pelotaris de Asegarce y Abel Barriola hayan sido los más destacados este verano.
Y es que, aunque a menudo se olvide, son tres campeones manomanistas los que tan buenos partidos han ofrecido este verano, cada uno con sus historias particulares: Abel Barriola tras superar el calvario de su año en el dique seco por su lesión de rodilla; Oinatz Bengoetxea recuperando esa continuidad y confianza que, desde aquel histórico triunfo en el Manomanista de 2008 no había conseguido en competiciones oficiales; y la mas curiosa de todas, la de un Patxi Ruiz que, tras ser prácticamente desahuciado por su propia empresa en el Parejas -sembrando incluso dudas sobre su estado físico al retirarlo de la competición- le ha arreglado gran parte del verano.
Teniendo en cuenta que a Martínez de Irujo nunca se le han dado bien este tipo de torneos -sólo ha ganado San Mateos el año pasado y Lekeitio éste-, los problemas físicos de Aimar, Gonzalez -prácticamente inédito este verano- o Zubieta, y la irregularidad de Xala, el atractivo de Berasaluze VIII -otro que ha sujetado gran parte de la programación de Asegarce-, el eterno Titín o las aportaciones de Saralegi, Begino, Asier Olaizola, Aritz Lasa y Laskurain, y el potencial de las nuevas promesas se puede decir que estamos ante el cuadro más completo y de más calidad en toda la historia.
Por poner algún pero, y precisamente por ese amplio abanico de pelotaris con el que cuentan las empresas, quizá sí se haya echado en falta que alguno de esos pelotaris que tan buenas maneras han demostrado, o otros más consagrados como Asier Olaizola, hayan podido tener su oportunidad en alguno de estos torneos, porque el Manomanista de promoción organizado en Gasteiz y Logroño no ha terminado de cuajar. Con los presupuestos tan ajustados, las empresas han arriesgado lo mínimo, y en parte es normal, pero vistos los precedentes y por mucho que venda el bipolarismo del Barcelona y el Real Madrid, harían bien en democratizar las oportunidades.
El público agradece las caras nuevas y los resultados parecen avalar que hay pastel para repartir entre varios.