Agentes sociales animan a acudir a Bilbo «a pesar de todos los obstáculos»
Representantes de cuarenta agentes sociales mostraron ayer su adhesión a la marcha convocada por once ciudadanos para el sábado en la capital vizcaina, bajo el lema «No a la prohibición de manifestaciones. Ninguna imposición, ninguna violencia. Sí a los derechos humanos, civiles y políticos». Los reunidos expresaron que, «a pesar de todos los obstáculos, esta vez llenaremos las calles de Bilbo».
Agustín GOIKOETXEA
Cuarenta agentes sociales de Euskal Herria comparecieron ayer a la tarde en Bilbo para mostrar su adhesión a la movilización convocada por once personas preocupadas por las recientes prohibiciones de manifestaciones para el sábado, a las 17.00, en la capital vizcaina.
Lorea Bilbao y Lander Etxebarria, en euskara y castellano respectivamente, fueron los encargados de dar lectura a un manifiesto que suscriben agentes sociales y personas que representan a una amplia pluralidad de ámbitos e ideologías del país. «Aunque provenimos de culturas sociales diversas y reflejamos diferentes formas de pensar -aclararon-, en los últimos meses hemos ido uniendo nuestras fuerzas y compromisos en torno a una necesidad de primer orden: que en Euskal Herria todos y todas seamos personas y colectivos de pleno derecho, sin ningún tipo de excepción ni exclusión».
Con cierta humildad, «y a la vez con mucho orgullo», quienes se sumaron a la manifestación convocada por Txaro Arteaga, Félix Cañada, Alfonso Dubois, Periko Ibarra, Natxo Isuskiza, José Luis Longarte, Gabriel Mariscal, Carmen Moreno, Maixux Rekalde, Paul Ríos y Ramón Zallo resaltaron que es el rico movimiento popular vasco el «embrión» de la iniciativa por los derechos civiles y políticos que ahora «florece con fuerza en Euskal Herria».
«No constituimos un ámbito homogéneo. Entre los agentes que nos hemos unido, pueden encontrarse diversas ideologías. Pero todas y todos -remarcaron Bilbao y Etxebarria- constituimos un movimiento de cáracter firme, amplio, vivo y participativo. Somos la voz de las personas sin voz. La fuerza movilizadora de miles de personas anónimas».
Frente al «Estado autoritario»
En su reflexión, recordaron cómo las manifestaciones convocadas para el 11 de setiembre fueron doblemente prohibidas por la Audiencia Nacional española y así «la libre expresión de miles de personas fue censurada por un Estado Autoritario». A pesar de ello, los organismos sociales incidieron en que ante «este nuevo atropello» se «dio una respuesta sin igual, ya que en pocas horas se multiplicaron las adhesiones e implicaciones activas de agentes de todo tipo, nuevos para el incipiente movimiento popular por los derechos civiles y políticos. Kafe Antzokia se convirtió en escenario de un movimiento imparable».
Ante el nuevo llamamiento a manifestarse efectuado por personas relevantes de la sociedad vasca, que lo consideran «dirigido a enfrentarse y saltar por encima de las prohibiciones de manifestaciones, anunciaron su apoyo «porque ello ayuda sin duda a fortalecer el amplio acuerdo que nosotros hemos construido laboriosamente en los últimos meses». Así, citaron el amplio consenso político, social y sindicales recabado en torno a la reivindicación de que se suspenda toda situación de excepción o de violencia, de modo que se detengan, además, todas las actuaciones que impliquen vulneración, limitación o negación de derechos, para llegar a un nuevo escenario de respeto de todos los derechos de todas las personas en el conjunto de Euskal Herria.
Asimismo, estiman que en la marcha de Bilbo se reflejará también la solicitud para que se garantice el ejercicio de derechos civiles y políticos, derechos humanos, individuales y colectivos, en concreto el derecho a la vida y a la libertad, así como el retorno de los presos vascos a Euskal Herria. También entienden que se incluye en este capítulo la puesta en libertad de todos los encarcelados políticos que han cumplido su condena y de todos aquellos enfermos.
Entre las peticiones se contempla la solicitud para que se detenga «de inmediato» la incomunicación y la tortura, o que la libertad de expresión sea una realidad para «todas las personas, todos los proyectos, todas las opciones». No falta tampoco la reclamación para que se legalice inmediatamente a todos los partidos y organizaciones ilegalizadas por los tribunales españoles, «y consecuentemente desactivación de los procesamientos, juicios y sentencias correspondientes».
Tras dar lectura a la tabla de peticiones que han logrado consensuar una amplia representación de agentes políticos, sindicales y sociales, los representantes del movimiento popular expresaron «con firmeza y rotundidad» ante la ciudadanía vasca que, «a pesar de todos los obstáculos, esta vez llenaremos las calles de Bilbo». Conscientes de que sus trabajos sectoriales involucran a miles de vascas y vascos, animaron a éstos y a otros colectivos a que se sumen a este nuevo llamamiento y colaboren en su difusión a todos los rincones.
Hace una semana, en la presentación de la nueva iniciativa, uno de sus impulsores, el abogado Félix Cañada dijo que la sociedad civil debe reaccionar y defender sin cesar los derechos civiles y políticos para «poder construir una democracia en paz y por las vías políticas». Aquí, remarcó que está en la mano de la ciudadanía vasca rebelarse ante resoluciones judiciales como las anteriores que «cercenaron derechos».
Ante la hipótesis de que la situación vuelva a repetirse en esta ocasión, el catedrático de la UPV-EHU Ramón Zallo, dijo que de materializarse «estaremos sumidos en un estado de excepción permanente y, por tanto, se estaría en un estado autoritario. Esperemos -apostilló- que no llegue la cosa hasta ahí, porque, en ese caso, habrá quebrado el Estado de Derecho».
La comparecencia de los agentes sociales de Euskal Herria para adherirse a la convocatoria de manifestación del sábado en Bilbo se vio sorprendida ayer por la detención de siete militantes de Askapena en una operación ordenada por el juez de la Audiencia Nacional española Pablo Ruz, que les acusa de «integración en organización terrorista». Tal hecho tuvo su reflejo en la rueda de prensa que se desarrolló en la Sala Bolunta del Casco Viejo, donde en primera fila quedó libre la silla reservada al representante del movimiento internacionalista, como testigo mudo de la solidaridad hacia los arrestados y la organización en la que militan.
Poco después de dar comienzo la comparecencia, Lorea Bilbao y Lander Etxebarria resaltaron ese hecho, la silla vacía del representante de Askapena. «Al igual que el resto de los agentes que nos encontramos aquí -subrayaron los portavoces en euskara y castellano respectivamente-, tiene un firme compromiso porque nadie más en Euskal Herria vea conculcado ninguno de sus derechos humanos, civiles y políticos».
A los siete internacionalistas arrestados por la Policía española les quisieron hacer llegar «al lugar donde se encuentren» su solidaridad «y firme convicción de que el camino emprendido será capaz de que este tipo de sucesos no se pueden repetir nunca más». Esta reflexión fue el arranque de la rueda de prensa, en la que los cuarenta organismos populares, además de sumarse a la convocatoria de los once ciudadanos para el sábado, a las 17.00, en la plaza Aita Donostia de la capital vizcaina, insistieron en su compromiso de que en Euskal Herria todos y todas seamos personas y colectivos de pleno derecho, «sin ningún tipo de excepción ni exclusión». A.G.