La misma distribuidora que ha estrenado «Bella», «La última cima» y «Blood Money, el valor de una vida» recupera con dos años de retraso «La verdad de Soraya M.», que en principio podría parecer alejada de los intereses de los grupos cristianos y de derechas que están detrás de todas estas películas, pero que forma parte del otro frente abierto en la cruzada contra el Islam.

La presencia en el reparto del actor ultracatólico James Caviezel ya delata el signo ideológico de un producto que estilísticamente remite a «La pasión de Cristo», protagonizada por Caviezel. En «La verdad de Soraya M.», la violencia visual se aplica en lugar de la crucifixión a una lapidación, tal como indica el título original en inglés mediante el término stoning, sustituido en la versión doblada por el más ambiguo de «la verdad».

La película, que obtuvo hace dos años el Premio del Público en el Festival de Toronto, adapta una novela del periodista franco-iraní Freidoune Sahebjam, a quien precisamente encarna en la pantalla Caviezel. Narra el caso real de la tal Soraya, en el Irán jomeinista de 1986, cuando fue lapidada bajo una falsa acusación de adulterio, aprovechando el establecimiento de la Sharia por parte de los ayatolás.

La actriz que encarna a la víctima es la iraní Shohreh Aghdashloo, descubierta por Kiarostami en su país, pero que después ha triunfado en Hollywood con películas como «Natividad», «La casa del lago», «La casa de arena y niebla» o «El exorcismo de Emily Rose». En la televisión protagonizó la telemovie «House of Saddam», donde encarnaba a Sajida, la mujer de Saddam Hussein.