El drama que vive el Arrate como institución, con su supervivencia gravemente amenazada, acarrea otros dramas aparentemente menores, por individuales, pero igualmente graves. Los que afectan a jugadores, técnicos y auxiliares albiazules, que ayer lanzaron un grito de auxilio desesperado a quien pueda ayudarles a aliviar una situación «insostenible».

El capitán Sergio Berrios y el entrenador Julián Ruiz intentaron evitar críticas y amenazas. «Estamos aquí para explicar cuál es nuestra situación y para pedir soluciones». «A corto plazo», porque algunas situaciones son realmente desesperadas, como consecuencia de las deudas acumuladas. No sólo respecto a los jugadores, sino las que empiezan a acumular algunos de estos, «incluso con los propietarios de los pisos» en los que viven de alquiler. «Todo esto hace que estemos llegando a circunstancias verdaderamente alarmantes, no ya como deportistas, sino para el desarrollo de una vida normal y digna», subrayó Berrios, que no descartó que en el futuro se puedan tomar «medidas a nivel individual y colectivo», pese a que el equipo sigue trabajando con una «disposición y compromiso máximos».

Pero el capitán albiazul, que reconoció el «trabajo» y el «compromiso» de la directiva en la búsqueda de soluciones, insistió en que éstas lleguen de inmediato «para la viabilidad de este club histórico, pero sin olvidar los derechos de los trabajadores. Así no podemos continuar», admitió.

También Julián Ruiz insistió en el mensaje de la urgencia. No es sólo que haga falta ayuda, es que tiene que llegar de inmediato. «No es una reclamación, porque no somos nadie para hacerlo. Es una llamada de auxilio para quien la pueda recibir porque necesitamos ayuda con la máxima brevedad posible», subrayó el técnico, consciente de que «los problemas crecerán conforme avance el tiempo».

La clave, en opinión del entrenador cántabro, puede pasar por que se acelere la puesta en marcha del plan de viabilidad del club. Ruiz entiende que la tramitación del plan «puede tener sus plazos, pero nuestra urgencia es distinta. Nuestra necesidad es muy distinta a la evolución de ese plan de viabilidad, que entiendo que es muy multilateral y de ahí sus plazos». «Sabemos que hay ganas de ayudar, pero con unos plazos -insistió-. Por eso ésta es una llamada a la sensibilidad de todos los que participan en ese proceso, para que entiendan que hay que acelerarlo».

El plan de viabilidad

Ese plan de viabilidad es también la esperanza del club, que acumula una deuda de un millón de euros, pero al que le están pesando especialmente los problemas de liquidez.

El Arrate sufrió un fuerte mazazo hace dos años, cuando su principal patrocinador, Isolux, hizo las maletas de la noche a la mañana. La creación de los «amigos del Arrate» -con presencia de entidades privadas y públicas- y la considerable reducción del presupuesto han mantenido al club con respiración asistida estas dos temporadas, pero resultarán insuficientes si no llega el crédito -solicitado a Kutxa con la mediación de la Diputación- imprescindible para desarrollar el plan de viabilidad con el que, en cinco años, se espera solucionar la situación.