Juanjo Basterra Periodista
Trabajar108 años para cobrar igual que un directivo del Ibex
La pobreza aumenta en Europa y en Euskal Herria. Ocurre así porque el otro lado de la balanza acaricia las nubes más altas en la parte más elevada del cielo; es decir, se forra a cuenta de los primeros.
La pobreza alcanza al 22% de la población vasca, de los que más de 400.000 viven en la pobreza grave, y más de la mitad de los asalariados vascos tienen que vivir con menos de mil euros al mes. Otras casi 172.000 personas se encuentran en paro y un tercio de las mismas no recibe prestación económica alguna. Todo esto ocurre en un país supuestamente desarrollado.
La explicación, como siempre, se encuentra en la balanza que mencionaba al comienzo. Si una parte toca el suelo, quiere decir que la otra está por las nubes. Un 1,30% de la población de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa controla un 44,4% de la riqueza que genera este país avanzado. En pocas manos se concentra la riqueza. Mientras, a los trabajadores se les pide que se aprieten los cinturones, que la crisis continúa. ¿Será verdad? Los ejecutivos de las empresas del Ibex, las principales que cotizan en la bolsa española, cobran de media 2,72 millones al año, un 50% más que en 2006 y por encima del 15% respecto a 2008.
Así es normal que avance la pobreza, porque para que ese directivo perciba esa cantidad, de algún sitio la tiene que obtener. Habrá pensado que trabajen ellos; que doblen la espalda ocho horas o más al día; que callen, no protesten y, como estamos en tiempos de crisis, les metemos la mano al bolsillo y les quitamos algo, porque los pobres siempre se han arreglado con poco. Eso deben pensar.
Un trabajador vasco necesitaría trabajar 108 años para cobrar lo mismo que el directivo de la empresa del Ibex. Entonces nos dirían que nos tendríamos que morir antes, porque la Seguridad Social no podría afrontar el pago de las pensiones durante más de un siglo. Por cierto, es el sueldo medio, pero algunos multiplican esa cantidad por cinco y casi diez veces. Les conocemos. Sí. Igual que al presidente de la patronal española, CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, que dice que para salir de la crisis hay que trabajar más y cobrar menos. Pocas lecciones de dignidad puede dar este impresentable patrón. ¡Que se vaya!