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La CDU se prepara Para la época post-Merkel

Las encuestas no tienen misericordia con Angela Merkel. Tanto es así que en los medios de la derecha se insiste en exigir su relevo, antes incluso de la debacle anunciada en las elecciones de primavera en Baden-Württemberg. Su capital, Sttutgart, es escenario en las últimas semanas de un movimiento interpartidario en contra de la construcción de una mega-estación subterránea. En este panorama, las expectativas para los Verdes van viento en popa.

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Ingo NIEBEL I

En toda la Unión Europea es perceptible un repunte de la derecha. Menos en Alemania, que va contracorriente. Si este domingo se hubieran celebrado elecciones generales en Almania, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), habrían obtenido sólo el 29%de los votos. Su socio de gobierno, el partido liberal FDP, ni siquiera habría superado el límite del 5%. Es el peor resultado jamás obtenido por la canciller alemana Angela Merkel.

Ante estas perspectivas, cada vez se oyen más voces anónimas que preparan la época pos-Merkel. Han fijado la fecha de caducidad en el 27 de marzo de 2011, día de las elecciones regionales de Baden-Württemberg. El diario «Frankfurter Allgemeine Zeitung» (FAZ), buque insignia de la burguesía alemana, ha citado a «círculos bien informados» de la CDU que opinan que la pérdida de este feudo desembocaría en «una situación explosiva» que se llevaría por delante a la canciller y a su vice, el liberal Guido Westerwelle.

Como sustituto de Merkel se baraja al muy mediático ministro de Defensa Karl Theodor zu Guttenberg. Sin embargo, el joven político cuenta con dos desventajas aún: primero, es de la CSU, y hasta ahora ninguno de sus compatriotas bávaros ha conseguido ganar unas elecciones generales. Segundo, su partido, que sólo se presenta en Baviera, tiene que cosechar alrededor del 40% de los votos para superar así el límite del 5% a nivel nacional. No obstante, a la CSU se le hace cada vez más difícil alcanzar esta meta. Si en 2013 no lograse entrar en el hemiciclo de Berlín, la CDU de Merkel se quedaría en tan sólo 23 puntos.

De esta forma, según la reciente encuesta del instituto Forsa, la canciller empataría con el partido socialdemócrata, el SPD. Por delante de ambas formaciones se ubicarían los Verdes, que por segunda vez consecutiva han obtenido 25 puntos.

Todavía nadie se lo quiere creer pero el SPD tiene que ir pensando en que el siguiente canciller alemán podría ser el dirigente verde Jürgen Trittin y su vice, el presidente socialdemócrata Sigmar Gabriel.

Un panorama cada vez más real.

En Baden-Württemberg las encuestas ubican a la CDU con 34 puntos, a los los Verdes con un 32% y al SPD con tan sólo 19 puntos. Desde agosto miles y miles de ciudadanos, procedentes de todos los partidos establecidos, se manifiestan semanalmente contra la proyectada megaestación subterránea de Stuttgart. Tras una brutal intervención policial el 30 de septiembre, la resistencia se ha hecho tan fuerte que el ministro-presidente Stefan Mappus se ha visto en la obligación, mejor decir necesidad, de negociar con el colectivo ciudadano que quiere parar las obras por los riesgos ecológicos y económicos que conlleva. Merkel, por su parte, se mantiene enrocada e insisten en que las obras han de continuar.

Tal y como están las cosas, el proyecto no va a poder seguir adelante. Bien porque el gobierno regional va a tener que apostar a fondo por la carta de la represión, que va a afectar también en buena parte al electorado de la CDU o bien porque tendrá que negociar algún tipo de compromiso. En ambos casos Merkel y su partido van a perder.

Hoy por hoy, los Verdes podrían liderar una coalición con el SPD tanto en este land como en el distrito capitalino, donde su líder, Renate Künast, se ha convertido en una seria rival del alcalde gobernador, el socialdemócrata Klaus Wowereit.

Los Verdes, subidos a la ola

Los Verdes están surfeando en una ola de simpatías. Pero, eso sí, les falta tanto la estructura organizativa como la implantación social para convertirse en un «partido de masas». De la volatilidad del momento actual son conscientes también los líderes verdes y por eso se muestran muy cautos ante las buenas noticias que les obsequian los sondeos.

En el marco de esta situación está debatiendotambién el partido socialista Die Linke. El jefe de su grupo parlamentario en el Bundestag, Gregor Gysi, ha criticado cierto parón en el trabajo de su partido que según su punto de vista lleva todo el año «ocupándose de sí mismo». En concreto, consideró como «totalmente tonto» el debate sobre los tres sueldos que cobró el co presidente del Linke, Klaus Ernst. A cambio, la co presidenta Gesine Lötzsch contradijo públicamente a Gysi, indicando que Die Linke ha subido de 10 a 12 puntos en los más recientes sondeos.

De hecho su partido sí está ocupado de sí mismo porque ha de decidir sobre su programa político e ideológico. Por eso celebrará una primera convención en noviembre. Ahí se van a enfrentar el sector que opta por gobernar con Verdes y SPD al que se inclina por la oposición para cambiar el sistema político y social en Alemania.

El problema incalculable para Merkel son sus parlamentarios, que temen por su reelección. Hace unos meses, el «Financial Times Deutschland» recomendó a los militantes de la CDU de dar «ya» el golpe contra Merkel, es decir en su congreso de noviembre y no esperar hasta después de las elecciones perdidas de Stuttgart. La cuestión es quién puede sustituir a la canciller al frente del partido y del Gobierno. Quizás este otro problema es el queva a mantener a Merkel otros seis meses en el poder.

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