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Otegi aboga por generar condiciones que permitan avanzar en el proceso

Cuando se cumple un año desde que fuera encarcelado junto a otros cuatro dirigentes independentistas, el diario «El País» publicaba ayer una extensa entrevista con Arnaldo Otegi, realizada por John Carlin. El representante de la izquierda apuesta por generar las condiciones necesarias para avanzar en el proceso con «la movilización de la sociedad», con «la complicidad de la comunidad internacional» y con «gestos y acciones de carácter unilateral».

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Arnaldo Otegi, detenido el 13 de octubre de 2009 y enviado a prisión tres días después, reitera desde la cárcel madrileña de Navalcarnero los fundamentos de la resolución «Zutik Euskal Herria» aprobada por las bases de la izquierda abertzale.

La entrevista realizada por John Carrin que publicaba ayer el diario «El País» en su edición impresa -ofrecía también la versión íntegra en su página web- se centra en la cuestión de la violencia. A ese respecto, Otegi asegura que «la estrategia independentista es incompatible con la violencia armada», apuesta por la desaparición de «todas las armas» y por eso pide al Estado español que también asuma que «la utilización de la coacción, tortura, ilegalización de partidos, cierre de medios de comunicación... no pueden ni deben formar parte de su estrategia para tratar de impedir el proyecto independentista».

El dirigente abertzale da por «absolutamente superado» el esquema de avanzar en el proceso democrático dependiendo de compromisos previos o de «la confianza en determinado gobierno», si bien puntualiza que «es evidente que en fases más avanzadas el proceso exigirá de dinámicas, acuerdos y compromisos de carácter multilateral, pero sólo alcanzaremos esa fase si somos capaces de generar las condiciones necesarias desde la movilización de la sociedad, la complicidad de la comunidad internacional por una solución democrática y la materialización de gestos y acciones de carácter unilateral».

Cuando el entrevistador le pregunta «qué le diría ahora a la dirección de ETA si estuviera frente a ella», responde: «Que decrete una tregua unilateral, permanente y verificable por la comunidad internacional, siendo coherente con la caracterización unilateral de esta fase del proceso, y haciéndose eco tanto de la petición expresada por la declaración de Bruselas como la expresada y suscrita por el conjunto de organizaciones de la izquierda abertzale con otras fuerzas políticas, sociales y sindicales».

Cuando Carlin le plantea cuál sería la reacción de Batasuna «si ETA matara mañana», Otegi señala que ésa es una hipótesis «imposible o altamente improbable por cuanto ETA ha anunciado el cese de sus acciones armadas, pero no quiero eludir la pregunta. Si tales hechos sucedieran, la izquierda abertzale, en virtud de su propia reflexión y de los compromisos adquiridos con la comunidad internacional y en aplicación de los Principios Mitchell, se opondría a tales hechos».

Sostiene, al mismo tiempo, que el Gobierno español debería explorar la disposición mostrada por ETA -en la entrevista publicada por GARA el 26 de setiembre- a abordar la cuestión de los presos «con urgencia y sin condicionarlo a la existencia o no de acuerdos políticos de carácter resolutivo».

A continuación, rechaza que la apuesta del independentismo haya sido planteada para poder presentarse a las elecciones. Cuando se le pregunta «¿si no consiguen la legalización, no están condenados a desaparecer?», replica: «Rotundamente no, y la prueba más evidente es que tras largos años de persecución, detenciones e ilegalizaciones hoy seguimos estando no sólo presentes, sino que además estamos marcando, en buena medida, la agenda política de nuestro país».

Currin insiste sobre la cuestión de la legalización ligándola a la «condena expresa» de la lucha armada de ETA. Tras precisar que «nuestra apuesta busca un escenario donde tal condena o similar no sea necesaria, por la desaparición de la violencia política», incide en que «a la izquierda abertzale se le deben exigir exactamente las mismas garantías y condiciones que a cualquier otra formación política a la hora de registrarnos como partido o movimiento político. Si no es así, seguiremos siendo víctimas de la aplicación arbitraria y antidemocrática de auténticas leyes de excepción».

Zapatero apunta a Urkullu

Las reacciones a las reflexiones expuestas por Otegi en la citada entrevista no se hicieron esperar, aunque, como es habitual en jornada dominical, no fueron muchos los portavoces políticos que se pronunciaron.

El presidente del Gobierno español fue muy escueto, a tenor de lo que reprodujeron las agencias de noticias de la conversación informal que mantuvo con los periodistas que acudieron al mitin que protagonizó en la localidad leonesa de Ponferrada. Al ser preguntado por la entrevista, José Luis Rodríguez Zapatero señaló que «las palabras tienen el valor que tienen» pero «hacen falta hechos», aunque puntualizó: «mejor éstas que otras».

En este contexto, Zapatero apuntó que mantiene una «gran sintonía» con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, en esta materia, y recordó que los jeltzales ya se corresponsabilizaron del proceso de paz de 2006. Según recogía la agencia Efe, resaltó que el PNV siempre ha tenido un papel muy importante en este tema, y ahora todavía más.

Precisamente, en una entrevista difundida ayer por Europa Press, el líder jeltzale hacía referencia a la cuestión manifestando que «es evidente que aquí quien tiene que dar los pasos» para alcanzar la paz son «ETA o la autodenominada izquierda abertzale», y añadía que «el Gobierno español tiene su margen de actuación».

En cuanto a la posición de su partido, comentaba que «unos y otros», tanto la izquierda abertzale como el presidente del Gobierno español, «saben que tienen el apoyo del PNV en la búsqueda de ausencia de violencia, de un verdadero proceso de pacificación, con los elementos que queramos incorporar, desde resoluciones a declaraciones institucionales, al trabajo discreto, a la cobertura internacional y al apoyo a estadios posteriores».

Al ser cuestionado sobre la actitud de la izquierda abertzale en los últimos tiempos, responde: «Sí confío en la madurez de ese mundo en estos momentos, tras todos los avatares que también ellos están viviendo, como los estamos viviendo los demás, para dar los pasos aún en el caso de que ETA no los dé».

El presidente del EBB del PNV también afirmó que, en las conversaciones que ha mantenido con él en las últimas semanas, ha emplazado a José Luis Rodríguez Zapatero para que «no pierda el tiempo, en la medida en que disponga de tiempo, para profundizar en este deseo (de paz)».

Rubalcaba impide a Carlin cruzar los muros de la cárcel

John Carlin (Londres, 12-5-1956) es el autor de «El factor humano» -en la versión original, «Playing the enemy»-, el libro sobre Nelson Mandela que dio lugar a la película «Invictus», dirigida por Clint Eastwood. Su relación con el líder del CNA se forjó entre 1989 y 1995, cuando estuvo trabajando como corresponsal de «The Independet» en Sudáfrica. Periodista político y deportivo, su dominio del castellano proviene de que su madre es española y de pequeño vivió en Argentina. En la actualidad trabaja para «El País» y publica artículos en «The London Observer», «Independent», «Sunday Times» o «New York Times».

Conocedor del proceso irlandés y amigo de Brian Currin, Carlin ha mantenido opiniones discordantes con la línea editorial del grupo Prisa en relación al conflicto en Euskal Herria. Éste no ha sido su primer intento de entrevistar a Arnaldo Otegi. En febrero, en vísperas de que se hiciera pública la resolución «Zutik Euskal Herria», el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, prohibió el encuentro. Ahora ha ocurrido lo mismo y la entrevista que publica «El País» tuvo que ser elaborada a través de un cuestionario. GARA

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