Si asumimos como un axioma que la calle, entendida como el ámbito en el que se desarrollan las relaciones sociales, es la mejor universidad para formarnos como personas, el recorrido a cielo abierto de la última edición del Nafarroa Oinez se convirtió en una magnífica escuela para enseñar al mundo que el euskara es una herramienta, como cualquier otra lengua, que se utiliza para hermanar a las gentes, sea cual sea su origen y sea cual sea su ideología. Quienes quieran quedarse fuera de esta universidad popular, lo harán movidos por una estrechez de miras que sólo puede abocarles a la pobreza cultural.

«Munduz mundu» fue el lema escogido por los organizadores de la ikastola Paz de Ziganda para expresar la riqueza que puede aportar el euskara en esta sociedad globalizada en la que una pequeña nación tiene el mismo derecho que la más grande a mantener viva su cultura, a defenderla con uñas y dientes cuando es atacada, y a divulgarla a los cuatro vientos sin ningún pudor. La universalidad que presidió los actos celebrados ayer en Atarrabia es un trayecto de ida y vuelta, por eso se dieron cita allí representantes de otras culturas, de otras naciones, que se interesan por nuestra lengua nacional y que, en correspondencia, son acogidos en Euskal Herria con las mismas ansias de aprender de ellos.

Visto cómo transcurrió la jornada de ayer en Iruñerria, hoy será tiempo de felicitaciones para quienes vienen impulsando el desarrollo de las ikastolas, que ya alcanzan a tres generaciones en muchos puntos de nuestro país, de agradecer a todos los asistentes su esfuerzo personal y de transmitir optimismo a aquellos centros que se encuentran en situación precaria y que, como enseña la universidad del euskara, van a poder remontar el vuelo con el aliento de todas y todos los que acudieron al Nafarroa Oinez, también de los que lo hicieron desde la distancia.

A partir de hoy quedarán 363 días para acudir a la próxima cita en esta peculiar universidad. Durante este largo curso hay que seguir aprendiendo a romper barreras, a universalizar los valores del euskara.