El 23 de febrero de 2008 la vida de Eduardo da Silva cambió por completo. Un futbolista que llevaba una carrera meteórica y que se estaba consolidando en el once titular del Arsenal caía lesionado tras una brutal entrada de Matthew Taylor, jugador del Birmingham City. El diagnóstico era demoledor: fractura de tibia y peroné. Fue operado en apenas unas horas ya que incluso se habló del riego de perder la pierna. Una vez completada la intervención quirúrgica le esperaba un largo tiempo y trabajo de recuperación, amén de perderse el resto de la campaña y la Eurocopa de Austria y Suiza.

La rotura de la tibia y el peroné es una de las lesiones más graves que puede padecer un futbolista. Visualmente, además, ver el estado de las piernas fracturadas también supone un gran impacto. Hay casos de jugadores que logran recuperarse y continuar con su prolífica carrera, siendo el deportivista Manuel Pablo o el galo Djibrill Cisse dos de los ejemplos más notables. Otros como el uruguayo Diogo no volvieron a alcanzar el nivel mostrado antes de la lesión. En la actualidad, el donostiarra Iñigo Díaz de Cerio intenta retomar el ritmo de competición en Córdoba aunque de momento no está teniendo suerte, el gunner Aaron Ramsey encara el tramo final de su recuperación tras caer lesionado después de una entrada de Ryan Shawcross y recientemente hemos tenido noticia de la lesión del magpie Ben Arfa tras ser cazado por el duro Nigel de Jong.

Para demostrar que puede volver a ser el mismo de antes de la lesión, Eduardo ha tenido que dejar Ashburton Grove. Wenger no podía garantizarle los minutos necesarios y el futbolista croata aceptó la suculenta oferta del Shakhtar Donetsk. Los ucranianos pagaron más de siete millones de euros por sus servicios y el futbolista comparte vestuario con otros seis futbolistas de origen brasileño, siendo el prometedor Douglas Costa uno de los más conocidos. El ex azulgrana Chygrynskiy y el también croata Darijo Srna son otros de los ilustres integrantes de la plantilla de los mineros.

En apenas 10 encuentros oficiales con el Shakhtar ya ha anotado cuatro tantos, demostrando su olfato goleador. Y es que los números de Eduardo siempre han sido buenos. Incluso en su periplo inglés donde, a pesar de no haber podido comparecer en multitud de encuentros por su lesión, acabó firmando 21 tantos en apenas 66 encuentros. Es decir, marcaba un gol cada tres partidos que disputaba. Mucho mejores fueron sus promedios en el Dinamo de Zagreb, con 96 dianas en 137 choques. En su última campaña en el gigante croata hizo 47 goles en apenas 44 partidos.

De Río a Zagreb con 16 años

Procedente de Bangu, un barrio acomodado de Río de Janeiro, Eduardo da Silva dio el salto a Europa siendo apenas un adolescente. Comenzó su trayectoria jugando en el equipo del barrio, pero con 16 años llamó la atención de los ojeadores del Dinamo de Zagreb. Realizó junto a su compatriota Leandro una prueba en noviembre de 1999 y fue reclutado finalmente en febrero de 2000. Leandro se quedó por el camino.

Eduardo quemó etapas muy rápido y apenas unos meses después ya se había estrenado con el primer equipo. Con la elástica de los mordi (azules) se hizo un nombre en el firmamento continental y acabó siendo el gran ídolo de la afición. Más cuando en su encuentro de despedida anotó un hat-trick ante el Hadjuk Split, eterno rival del Dinamo.

En 2004, el futbolista obtuvo la nacionalidad croata y fue convocado por la sub 21 ajedrezada. Poco tiempo después, debutó con la absoluta ante Irlanda. Con la selección fue segundo máximo goleador de la fase de clasificación de la Eurocopa de 2008, únicamente superado por el norirlandés David Healy. Tras su lesión retornó al equipo nacional, pero ahora tiene por delante a Ivica Olic y Mladen Petric, además de la competencia del joven Mario Mandzukic. En total, ha disputado 33 compromisos con la selección croata absoluta y ha marcado 18 goles.