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Maite SOROA

Las lecturas de una crisis de gobierno

Al final Rodríguez Zapatero remodeló su Gobierno y casi todas las miradas se posaron en Euskal Herria. De un lado el ascenso del ministro del Interior a la Vicepresidencia y, de otro, el nombramiento de Ramón Jáuregui como ministro de Presidencia, dieron paso a todo tipo de especulaciones.

Según Hermann Tertsch, en «Abc», «entre los amigos potenciales del nuevo Gobierno estarán también la izquierda abertzale porque capítulo prioritario en este guión para año y medio es el final de ETA, pactado con ETA».

También en «La Razón» miraban a estos pagos: «En busca del final de ETA para coronar la legislatura. Rubalcaba continuará en Interior ante el momento decisivo que se vive por los movimientos de la banda». Pues si el momento es «decisivo», mejor hiciera la prensa española en animar al Gobierno a dar también «pasos decisivos», ¿no les parece?

En portada de «El Correo Español» destacaban que «el presidente anuncia que `los pasos' de Batasuna no van a ser en balde». Un poco críptico, ¿verdad?

Y, según «Deia», «Zapatero refuerza el perfil político del Gobierno para enfilar el fin de ETA».

En «El País» se felicitaban por el ascenso espectacular de Pérez Rubalcaba: «Lo principal es el enorme protagonismo público y parlamentario que adquiere y que su ascenso sea compatible con su continuidad en Interior. Habría sido un error hacerlo a costa de dejar inconclusa la tarea par la que fue nombrado en 2006: el fin de ETA». Pues a la vista de cómo condujo el proceso que se estrelló, el tío no ofrece muchos avales.

En «El Mundo» eran más categóricos: «Zapatero deja España en manos de Rubalcaba». Miedo me daría... si fuera española.

En el rotativo de Pedro J. Ramírez le daban al asunto su propia interpretación: «El presidente utiliza la crisis para dar esperanza a Batasuna». En su editorial se mostraban aún más contundentes: «Zapatero abdica en un virtuoso del trabajo sucio». Eso parece cierto.

Casimiro García-Abadillo, subdirector de «El Mundo», mostraba cierta angustia: «¿Dará la opción a Batasuna de presentarse a las elecciones municipales?» Eso es lo que les preocupa.

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